Hablamos con el autor de cómic y docente, Pedro Cifuentes, sobre su nueva obra que acaba de publicarse, 'El club de los castigados'.

Pedro Cifuentes es profesor de Ciencias Sociales en ESO desde 2008, y miembro del Comité Coordinador de la Red de Docentes para el Desarrollo. Su labor como introductor y divulgador del uso del cómic con finalidad didáctica ha sido reconocida con el Premio Nacional de Educación para el Desarrollo (2010), el Premio Materiales Didácticos Comunitat Valenciana (2011), el Premio al Profesor Destacado de la Generalitat Valenciana (2019) y el Premio Cope Castellón de Educación (2020). 

Pedro es un apasionado lector y dibujante de cómics, y entre sus publicaciones están Los profesores somos gente honradaLos objetivos del milenio en cómic (AECID-MECD), Historias de Vida (Fundación Telefónica-Escuelas Jesuitas) y Convivencia y conciencia (Plataforma de la infancia), además de varios webcómics que abordan mediante tiras cómicas asuntos serios como son la educación, los animales y sus dueños o la gestión del patrimonio cultural. Pedro Cifuentes realiza además habitualmente charlas y ponencias sobre innovación educativa, shows de sketching en vivo, talleres sobre Visual Thinking o ludificación en el aula. 

A.E.: ¿Desde cuándo empezaste a leer cómics y cuándo el cómic cobró para ti tanta importancia en tu día a día?

P.C.: Mis primeros recuerdos de infancia van unidos a los tebeos. Perderme en casa de mis abuelos y empezar a rastrear tebeos de mis tíos, de mis padres, de mi madre... Siempre ha sido una cosa que me llamaba la atención, me fascinaban esos dibujos, que además contaban cosas. A eso me dedico ahora, a contar cosas con dibujos, y encima enseñarlas en clase. 

A.E.: Como profesor de Ciencias Sociales, poder contar lo que pasa en la sociedad, en la Historia, a través de diferentes épocas, y con una herramienta tan potente y tan visual, como es la narrativa del cómic.

P.C.: Es una apuesta personal. Cuando empecé a trabajar en 2008... no es que me considere pionero ni lo soy. No se entendía el tebeo en una disciplina como las Humanidades y más para establecer contenido. Era más como una salida de ocio. Igual que pasa con la novela histórica, pasa con el cómic. Había gente que trabajaba mucho, que hacía grandísimas adaptaciones en cómic. Contando cosas y explicándolas mediante viñetas en un aula. Era un poco como un salto suicida. 

Pronto entendí que lo que tenía detrás de mi no era solamente una pizarra. Es la viñeta más grande que existe. Es una pizarra, y también una viñeta gigantesca. Durante estos años, he descubierto la capacidad expresiva que tiene para el alumnado. Gracias al tebeo, cualquiera se puede expresar con la narrativa gráfica. Dibujes bien o dibujes mal. De una forma más esquemática o más realista. Lo importante es transmitir mediante texto, viñetas, dibujo... Es algo que a la chavalería le viene bien y lleva su propio entreno personal. Cualquier persona puede utilizar el cómic como herramienta.

A.E.: Mediante el cómic, también se les incentiva a dibujar, a perder el miedo a dibujar sin complejos...

P.C.: El miedo escénico, vamos a llamarlo así. Tengo un crío de 7 años y se pasa el día dibujando. Viene con cualquier garabato y te lo explica. Dentro de 7 años, cuando esté en un segundo de ESO, tratando de explicar lo que hace... con ese miedo que tiene que ver con la tiranía del bolígrafo azul, bolígrafo negro... que todo tenga que ser estandarizado... La expresividad es bonita cuando se gana. Cuando les ves expresarse en clase con dibujos, abriendo ese universo. Es bonito.

A.E.: Además, viendo tu currículum y la experiencia que tienes. Haces una labor y es muy de agradecer. Buscar nuevas formas, nuevos métodos a la hora de enseñar en clase.

P.C.: Por mucho que cambien las cosas, siempre son las mismas. Soy un docente, tengo que transmitir información, tengo que enseñar cosas, dominar mi temario. Tengo que ser experto en lo que transmito dentro del aula. El vehículo en este momento necesita un cambio, una puesta al día. Me gusta pensar, ahora que estamos hablando de la escenografía, en proyectos como 'Megalópolis' de Coppola, que tiene este punto de live cinema, que de repente se para y el actor habla a la galería, como hicieron en Cannes.

Esa mezcla de géneros y de vehículos de transmisión diferentes, ahí está donde entronca el cómic como herramienta didáctica. ¿Por qué tiene que ser todo texto, imagen, y todo serio? ¿Por qué no puedes meter otros vehículos para contar la misma historia?

A.E.: ¿Cómo se te ocurrió la idea de empezar a dar clases con un cómic? ¿Fue algo que estuvo desde el inicio o se fue desarrollando durante la docencia?

P.C.: Cuando empecé mi primera clase, en un 3º de ESO, en Geografía, me giré, vi la pizarra y vi una viñeta. Vengo del mundo del diseño gráfico. Había aprobado las oposiciones a la primera, pero también un poco de chiripa, y pensé: "¿Y ahora cómo doy clase?". Otra persona a lo mejor habría comenzado a desarrollar esquemas. Imaginé un planeta Tierra lleno de problemas, empecé a poner flechitas y me di cuenta que acababa de hacer un cómic en la pizarra. A los chavales les gustó. Empezamos a trabajar así y funcionó. Así hasta ahora. 

A.E.: Buscando información sobre libros que has escrito o entrevistas que has hecho, hay una cosa que se suele repetir, esa sensación que uno tiene cuando lee un buen libro, un buen cómic, que no hay horas. Tienes clase al día siguiente, pero puedes estar hasta la madrugada si un cómic te atrapa.

P.C.: Sí, sentido de la maravilla. Nos pasa a todos los que somos buenos lectores y nos gustan las grandes historias. Siempre se deja un poco de lado la narrativa en lo que es la enseñanza. Es una fase importante y fundamental. Cualquier profesor y cualquier buen docente es capaz de hablar de una tragedia griega, de Sófocles y Esquilo, y también tiene algo que puedes aplicar a tu vida, despertando un sentimiento. Es importante reivindicar esa narrativa, esa capacidad de impactar, de seducir a la gente, a la chavalería que tienes en el aula, a los lectores. 

Esto me lo comentó José Valenzuela en una charla y tiene toda la razón del mundo. Aprendemos mediante narrativa. Cualquier persona en la Prehistoria, en el Pleistoceno, sentado al lado del fuego, escucharía al chamán que por la noche le estaba contando un mito y le enseñaba algún tipo de aprendizaje. Las grandes historias encierran algo que luego puedes aplicar a tu vida.

A.E.: Trasladar grandes historias. Me encanta coger un cómic que me está narrando un clásico, o un manga que coge una obra de Shakespeare y la pasa a ese formato. Es como volverlas a descubrir, porque lo que te has imaginado en la viñeta es otra mente la que juega y la que se inspira con ese texto. ¿Cuáles son tus referentes en el cómic a la hora de narrar, de plantearte dibujar? ¿Qué background tienes sobre cómic? 

P.C.: La escuela franco-belga. Todo lo que tenga que ver con René Goscinny como guionista. Todo lo que tenga que ver con Astérix me lo he papado desde pequeño. Sí que es cierto que si tuviera que destacar autores, me quedaría con tres, con Bill Watterson, un autor de tiras cómicas, de 'Calvin y Hobbes' por ese juego que hace del tigre de peluche y las historias. Me gusta mucho el formato de la tira cómica. También destacaría a Rumiko Takahashi, que es la autora de 'Ranma 1/2' y un montón de mangas. Me gusta cómo cuenta las historias. 'Ranma' al fin y al cabo no deja de ser una sitcom, una comedia de situación perfecta. 

También destacaría a un autor de la terreta, que emigró y ha hecho toda su vida en América, Sergio Aragonés, autor de 'Groo'. Es muy poco conocido aquí, pero es un crack. Ha trabajado en MAD, en 'Groo', y ha hecho mucha labor por los derechos de autor de los autores. Fue el inventor de los marginals, dibujos que aparecen hoy en día en cualquier revista a pie de página, que son como pequeños chistes. Básicamente porque el hombre no tenía ni papa de inglés, pero cuando fue a la revista MAD de Nueva York a pedir trabajo vieron que era un crack. Le preguntaron si podía hacer historias mudas y les dijo que sí. 

En el caso de Rumiko Takahashi, es una maestra en la hibridación de géneros. Bill Watterson por su técnica y su capacidad de mezclar fantasía y realidad. Sergio Aragonés porque es dibujante como la copa de un pino. 

A.E.: ¿Sobre qué temas te gusta escribir y hacer cómics? Viendo los títulos, hay como una línea histórica. Quieres plasmar en cómic hechos históricos y acontecimientos clave de la Historia del Arte, de la Historia de España... ¿Cuál es el proceso para elegir lo que quieres contar y lo que se queda fuera?

P.C.: Principalmente por mi formación, soy profesor de Ciencias Sociales. Es importante reivindicar las Humanidades dentro del trabajo por proyectos. Se utiliza mucho el concepto de STEAM, "science, technology, engineering, arts and maths", la A de Arte somos nosotros. Principalmente, siempre busco la idea de hacer algo didáctico y expositivo, como los cómics de Historia del Arte y de Historia de España. Partir de hacer la Historia atractiva. 

Con mi última obra, 'El club de los castigados', que se acaba de publicar, he dado un paso más allá. He cogido a personajes de mis cómics anteriores, 'Viaje por las letras', 'Historia del Arte, 'Historia de España', y los he juntado en una especie de aventura de fantasía, ciencia ficción, que tiene que ver mucho con la película de John Hugues de 'El club de los 5'. Lo he disfrutado una barbaridad. Un puntito de maravilla. Y ahora estoy ya preparando la segunda parte, aunque tengo otros proyectos dentro del cajón, como la continuación de la 'Historia del Arte'. Es lo que más me gusta, liarme y contar una aventura loca, descacharrante y muy divertida.

A.E.: Estás rompiendo moldes también. Por los premios que has tenido, por tu labor y la forma de enfocar las clases. Al principio, romper moldes costaría, porque cambiar el esquema tradicional de coger los libros, darles la lección... romper eso y explicárselo a través del cómic, costaría romper esa grieta tradicional sería curioso.

P.C.: Sí, he escuchado mucho a Álvaro Pons, Nando López, que también lo piensa mucho, y yo cada vez lo tengo más claro. A la generación más mayor como nosotros, incluso en la anterior generación, nos cuesta un poco romper géneros. Tiene que ser narrativo, lírico, música, drama, teatro... el cómic establece una idea de que hay más géneros. Es una especie de pegamento que aglutina muchas cosas. Estamos en el siglo XXI, hay que crear nuevas formas, romper tabiques de alguna manera, y empezar a crear cosas nuevas. El cómic tiene mucho que contar ahí. Por mucho que tu cuentes lo de siempre, el vehículo tiene que ser diferente, y no pasa nada porque sea diferente.

Me llama la atención que escribe hilos en X maravillosos, Pedro Torrijos y compañía, y piensas que esta gente es muy buena contando trayectorias, eso es una especie de género por sí mismo. Es algo tan novedoso y potente que nos cuesta entenderlo. Fíjate lo que tiene un TikTok bien hecho. Sintetizar un concepto complicado en un vídeo de un minuto y hacerlo atractivo, divertido y que te sirva para aprender cosas. Yo digo esto en otro foro y me lapidan (risas) pero creo que es importante renovarse. Adaptarse a nuevas cosas, sistemas y vehículos de transmisión de información.  

A.E.: ¿Cómo suele ser el proceso de elaboración de un cómic en tu caso? Primero viene la imagen, luego la narrativa, o todo junto...

P.C.: Para 'El club de los castigados' me vino una imagen. No voy a comentar nada porque tiene que ver con el spoiler del tebeo. Con los de Arte y los de Historia es complicado. En el tebeo te rindes también a las características del formato. Tienes 96 páginas para desarrollar un tema. Por ejemplo los de Arte o los de Historia que son más de 160. Tienes que planificar lo que vas a sacar, lo que vas a dejar fuera...

A.E.: Y el formato del cómic también...

P.C.: El formato también incide mucho. Los cómics de Arte me gusta hacerlos apaisados con doble página porque creo que luce más. El de Historia de España lo hicimos en formato atlas porque es más expositivo. 'El viaje por las letras' era un libro más pequeño, de bolsillo. En el cómic incide mucho el formato. La parte documental o de desarrollo de la información es complicada. Te constriñes a lo que tienes. Son 96 páginas para contar algo. Sintetizar es muy complicado. 

El cómic es muy generoso y puedes utilizar recursos para sintetizar muy bien la información. Pero te puedo asegurar que en el último que he hecho, el de Arte Barroco, me las he visto y deseado para buscar la formar de cribar. Entre otras cosas, tenía que hablar del contexto histórico donde se desarrolla el Barroco, esa Europa empobrecida, donde las cortes no dejan de acumular obras de arte. Es complicado, pero al final cuando ya lo tienes es cuestión de tener un esquema, una planificación, y empezar a dibujarlo. No es sencillo. Es un trabajo complicado pero me gusta. 

Ayuda mucho que en el caso de los cómics de Arte y de Historia trabajo con Desperta Ferro que es una editorial especializada en Historia. Ahora te abren cualquier puerta, por ejemplo el vestuario de las personas en una época. Ellos te ayudan.

A.E.: ¿Qué tipo de dibujo te gusta en tus cómics? ¿Algo más realista o más de trazo, por así decirlo?

P.C.: Mis personajes son como caricaturescos. Viven mucho de la herencia de cómo enfoco la figura humana, de la tira cómica, del estilo de la escuela francesa, pero me gusta el contraste de estos personajes arquetípicos, entre comillas, que pueden ser dibujados por cualquier niño, y el trabajazo que tiene de reproducir a nivel arquitectónico y visual todas las obras y elementos que van apareciendo en el background.

A.E.: Me gustaría profundizar en los cómics que has creado. Hablamos de la Historia del Arte, de la Historia de España, 'El viaje por las letras', 'Planeta a la fuga', '¡Vaya siglo nos espera!', también los webcómics, que es otra forma de narrar en pantalla. ¿Hay alumnos que después de dar clase contigo se dedican profesionalmente al mundo del cómic?

P.C.: Sí, tengo alumnos que han estudiado ilustración y se han dedicado profesionalmente. Con respecto a la educación, los profesores pecamos de ver las cosas a corto plazo. Hay que entender que lo que explicas en el aula, tiene un largo recorrido y la vida dirá. Básicamente, me quedo con que si luego me ven por la calle no me tiran una maceta en la cabeza, o te dicen "has sido tu". 

Sí que veo que van encontrando ese punto y una de las cosas más potentes que me ha llegado a decir una alumna, que ahora es ilustradora y es maquetadora profesional en un medio de Castellón, hizo Bellas Artes. La tuve en 2º de ESO y era una auténtica crack dibujando. Se había leído 'It' de Stephen King en verano. Cuando acaba el curso me escribe una carta y me dice: "Pedro, gracias a ti he descubierto que tengo imaginación". Pensé que era triste, si esta niña dice que no tiene imaginación, si dibuja como los ángeles, es divertida, ¿qué es lo que estamos haciendo mal aquí?. En ese sentido, el sistema no funciona. 

Comentabas también el tema de los webcómics. Pensemos que la principal plataforma de acceso para los chavales es el webcómic, en concreto la plataforma WebToons. Muchos autores y autoras sacan luego sus cómics en papel y lo petan. Luego los vemos en los salones cómo firman y no entendemos nada. Por ejemplo, Miriam Bonastre, es una chica de Valencia, lo ha petado en WebToons y es el cómic que más vende. 

Sí que es cierto que cuando dejé la parte gráfica y me introducí en la docencia, me ayudó mucho para continuar. Me gustan mucho las tiras cómicas, seguir dibujándolas en Internet me permitió tener mimbres para luego tener soltura y plantearme la Historia del Arte en cómic. Como bien sabrás la planteé como un crowfunding, lo petó, y me planteé hacer mi primer cómic largo. Fue cuando tuve un problema de ansiedad, porque no es lo mismo hacer un webcómic que hacer un largo de 96 páginas y planificarlo. Es lo que me pasó. Sigo haciendo y me gustan las tiras cómicas. Lo sigo haciendo en los dos perfiles que tengo. Las hago y me gustan, de vez en cuando me meto en algún berenjenal, sobre todo las que tienen que ver con educación.  

A.E.: ¿Cómo es compaginar la labor educativa con la labor de dibujante de cómics?

P.C.: Complicado. Los primeros años más. Coincidía con el tema de tener un niño pequeñito y todo esto me vino de mayor. Tengo 50 años. Llevaba toda la vida siendo profesor, haciendo cómics y webcómics como aficionado, y de repente viene la curva el éxito, la producción total y absoluta, y la gestión de todo eso. Tuve que buscar terapia, a un especialista a que me centrara un poco y me planteara cómo hacerlo. Es cuestión de disciplina. 

Paco Roca lo dijo en una charla y es cierto, te das cuenta de que te profesionalizas cuando en realidad no lo haces por placer, es tu trabajo. Tienes tu parte de docencia, llegas a casa, hay una fecha de entrega y te toca entintar, o colorear... y es lo que hay. Cuando lo empiezas a enfocar así, la cosa cambia, no es que apetezca o no, lo tienes que hacer y ya está. Al principio, me costaba organizarme. He tenido dos novedades al año durante tres o cuatro años. Era un boom. Ahora saco uno al año y bien. He tenido que frenar un poco y lo disfruto. Me permite hacer obras más locas como 'El club de los castigados'. 

Encontrar ese equilibrio me costó mucho. Con 43, 44 que saqué el primer tebeo. Me costó mucho. Pensaba que era dibujar cuando quería y no. Es complicado. Vivo un momento muy dulce el que vivo con los cómics. Me empiezo a plantear algún tipo de excedencia o reducción de jornada en el instituto. Llevo ya unos cuantos años alargando esa decisión porque me encanta dar clase. La cercanía con la chavalería y mi trabajo en la sala de profesores me gusta. Reconozco que lo disfruto. Es cierto que si esto va a más, tendré que tomar una decisión durante una temporada. La docencia siempre estará ahí. Mi mujer dice que llegaré a más gente, que explicaré más cosas con cómics. Explicar cosas me gusta, pero también me gusta charlar con un chaval que ha tenido un problema y ver cómo se lo puedo solucionar. 

A.E.: Sobre qué temas o cómics te gustaría escribir o hacer en el futuro...

P.C.: Hay un proyecto para hacer guías de viaje en formato cómic, por ciudades europeas. Cuando he viajado con la chavalería, he ido con ellos, y me gustaría plantearlo desde el punto de vista de un profesor que va con sus alumnos visitando Praga. Creo que es algo que se puede hacer, es muy novedoso y estamos viendo posibilidades. 

Muchas gracias a Pedro Cifuentes por esta entrevista para A Escena Valencia. Podéis encontrar sus cómics en Desperta Ferro Ediciones y HarperKids.