J.R.L.: La ficción te permite la crónica periodística o el ensayo, y es retratar la condición humana en toda su complejidad, porque puedes llevar por donde quieras al personaje. Al principio es una cosa, luego es otra, y lo vas contando. Forma parte de algunos de los retos de escribir novela, que tienes que retratar el mundo a través de personajes que no son lineales. Tienes que meterte en esos personajes. En ese sentido, para mi es más divertido y enriquecedor la ficción.
A.E.: En la novela tienes espacio para imaginar lugares y personajes, en el caso de Inmunofitness da menos pie a ello porque son datos científicos para refutar la información. Un trabajo riguroso, científico. Cuando hablas de todo el metabolismo, la dopamina, la serotonina…
J.R.L.: Hay mucha documentación. En la novela hay papeles de mi madre. Melina es mi madre. Todo eso que sucede en la infancia de mi madre es real. Estaba en unos diarios que ella escribió ya de mayor. Para quitarse de encima el peso de lo que había pasado de niña. Cuando encaras la tercera novela, a lo mejor llega el momento de escribir sobre eso y lo he tenido cerca. A partir de ahí, tracé una historia que no es la de mi madre. Es un personaje de ficción. Se basa en la vida que ella vivió y un recorrido que nunca ha vivido. Quería llevarla para que ella a su vez nos llevara por la inmigración, el exilio, por todos los sitios que recorre Melina en la novela. Son seres humanos que quieren ser independientes y que buscan la manera de serlo.
A.E.: En este caso, Melina sería un símbolo de lucha contra esa dictadura hacia las mujeres que no podían llegar a ser lo que podían ser.
J.R.L.: Además, hay una situación muy curiosa y contradictoria. La atmósfera en la que se desarrolla el relato, la vida de Melina. Es gente de izquierdas, progresista, igualitaria, etc. De manera que, con todo el proceso histórico que se experimenta y se relata en la novela... Pierden la Revolución del 34, pierden la Guerra Civil, sufren la represión en esas familias. Las mujeres a todo eso tienen que añadir que la vida en casa de estas personas, que son igualitarias y luchan por una vida mejor para todos, pero en el terreno del hogar no es igualitaria. No se ejerce en casa esa igualdad. Las mujeres hacen las cosas de las mujeres. Es una de las curiosidades de la novela, de las cosas llamativas, pero que son reales. Las mujeres tenían esa triple carga. De perder la guerra, de sufrirla, como le dice la tía Lita a Melina, cuando la hacen los hombres y además sufrir en casa el machismo.
A.E.: Has estrenado con éxito un proyecto en Telemadrid, ¿Cómo funciona Madrid?, que habla del día a día en la ciudad.
J.R.L.: Es un proyecto que me ilusiona mucho. Me apetece mucho hacerlo y volver a una segunda parte. Los episodios ya están grabados. Es un concepto nuevo de televisión, que se hace preguntas y trata de responderlas de la manera más amplia posible. El elemento esencial y diferenciador es que me implico en la búsqueda de respuestas hasta el fondo. He disfrutado mucho haciéndolo y seguiremos haciéndolo.
Hemos explicado cómo funciona el agua en Madrid, cómo llega hasta nuestras casas. Hemos explicado cómo funciona el 112, cómo funciona la policía. Cómo se organiza un partido de fútbol, cómo se organiza un aeropuerto… Muchas cosas que son cercanas y cotidianas, pero que no sabemos muy bien qué es lo que hay detrás o qué lo mueve. He disfrutado mucho haciéndolo porque me meto hasta el fondo.
A.E.: Estoy recordando ahora programas como La Naranja Metálica, Todo Madrid, son programas donde había esa implicación, contando las cosas de primera mano. Recuerdo que cuando salió el conflicto del chapapote por el vertido, te sumergiste para contar de primera mano lo que estaba ocurriendo. Es una labor periodística que te motiva, contar las cosas en primera persona.
J.R.L.: Sí, me divierto haciéndolo. Creo que es muy cercano, que llega. Está muy bien. Ha comenzado con una audiencia media y creo que irá creciendo poco a poco. Es una forma de contar las cosas en la que te implicas personalmente, muy grata para los espectadores. Muy auténtica. Este proyecto me permite hacerlo. Hemos grabado todos los programas. Espero tener la oportunidad de seguir haciéndolo en una segunda temporada a partir de enero.
A.E.: La verdad es que contar las cosas así se agradece. Es una forma de acercar al público una realidad y en primera persona. No es contarlo desde un plató y poner un vídeo, es hacerlo in situ y desde el mismo lugar en el que suceden las cosas
J.R.L.: Es una forma de entender mi trabajo experimentando la misma sensación que el espectador, con la diferencia de que llego antes al sitio y me entero antes para contárselo. Me fascina, me sorprende, me divierte, me entristece, igual que a cualquiera.
A.E.: Quería preguntarte por las obras que has escrito, por las novelas y también por los libros de desarrollo personal. Hablando de Inmunofitness, comentabas y mostrabas en redes sociales que esa rutina te ha hecho crecer personalmente y afianzar ciertas cosas.
En este caso quería preguntarte cómo es la combinación de baños fríos, del té por las mañanas, esa práctica de meditación por las mañanas. La verdad es que está muy bien porque hay como dos líneas. Lo describes de una manera muy detallada, viviéndolo mucho en primera persona. Los baños fríos y el cosquilleo en la piel; cuando hablas del té, los diferentes tipos de té; en la meditación cómo has aprendido a focalizar en un punto. Esa sería una línea, y la otra todo el conocimiento científico y de datos que acompaña los capítulos del libro.
¿Qué te aporta seguir estas pautas y cómo las fuiste descubriendo?
J.R.L.: Me aporta calidad de vida. Lo he ido descubriendo poco a poco. Lo más reciente han sido los baños. Al principio lo estaba haciendo mal, aprendí a hacerlo correctamente cuando escribí el libro, para hacer las cosas con rigor. No hay que meter la cabeza en el agua, cuando te metes en agua helada. Me aporta calidad de vida y lo he compartido porque tengo una idea de la salud global, que engloba la salud personal, salud natural y salud animal.
La naturaleza, los animales y los hombres en el tema de la salud tienen que estar conectados. Nos lleva a sentirnos bien, conectando con la naturaleza, necesitamos reconectar con la naturaleza, relacionándonos con los animales. Todo ello conforma un concepto global de salud que es lo que he intentado defender. Le doy mucha importancia a lo que yo individualmente pueda hacer, a preservar la salud del medio ambiente, a preservar la salud de la tierra.
Todo eso que hacemos y beneficia, aunque sea a escala muy pequeña, que es la nuestra propia, para la naturaleza es positivo, y sin embargo es muy perjudicial para nuestra propia salud no tener presente el valor que tiene la naturaleza y el medio ambiente, y lo cerca que lo tenemos. Porque no es cuestión de irse a un monte o encerrarse en una ermita. Simplemente es escuchar el silencio en un parque o a los pájaros que están sonando cerca de nosotros.
A.E.: Hay una gran cantidad de ruido a nuestro alrededor. Sentarte en un parque en silencio y escuchar es uno de los pequeños placeres que tenemos al alcance de la mano. Además, ir a tu tierra, a Asturias, ayuda a encontrar esa desconexión.
J.R.L.: Son las raíces, es el origen. Hay gestos cotidianos que ayudan a nuestra salud. Me tomo un té todas las mañanas. Últimamente jengibre. Todo eso lleva a una vida mejor. A estar un poco más en armonía con el mundo en el que estoy y en la vida en la que creo. Eso es lo encuentro.
A.E.: Hablabas de cuatro pilares del inmunofitness. La ciencia, la prevención. Toda esa parte de cuidar el sistema inmunitario. La alimentación. Llevar una vida activa, combatir el sedentarismo. Y por supuesto, tener una mente sana. Son como esas cuatro pautas básicas.
J.R.L.: Eso es esencial para mejorar tu calidad de vida. Para mejorar tu sistema inmunitario. Para vivir. Para entender el mundo. La alimentación adecuada. Mover la cabeza. Mover el cuerpo. La relación con la gente. Recomiendo ir a los bares, hay relaciones, hay encuentros. Tiene mucho valor para tu salud física y mental.
A.E.: Siempre que puedo, para hacer las entrevistas busco el encuentro personal, el cara a cara. Por pantalla y con distancia no es lo mismo. ¿Cómo nació la idea de escribir Inmunofitness y compartir esas rutinas con los demás?
J.R.L.: Me grababa una campaña que hago con un laboratorio farmacéutico que venden este concepto vinculado a la salud. Esas cosas que hago tienen que ver con el sistema inmunitario. Empiezo a estudiarlo y a verlo y les pregunto si puedo utilizar este nombre. Me dicen que sí. Además, me compraron unos cuantos ejemplares. Ellos me llaman para ser la imagen y les comento lo que hago, que tiene que ver con el sistema inmunitario. Estudio y hallo respuestas. El agua fría, el ejercicio…
A.E.: Además, has comentado alguna vez que has hecho triatlón, te has preparado física y mentalmente. Dieta estricta. Siempre has sido muy deportista.
J.R.L.: Sí, he intentado hacerlo. Y sigo tratando de hacerlo. Últimamente tengo menos tiempo, pero intento hacerlo.
A.E.: ¿Qué te aporta la meditación en tu vida diaria?
J.R.L.: Autoconocimiento. Serenidad. Aprendes a mirarte dentro. La meditación es una práctica, no una técnica. Te sientas y observas. Observas tu respiración en un solo punto. Todo lo demás descansa. La mente está centrada, concentrada, y atenta. Atenta a todo. Es una disciplina que te ayuda a encontrar la serenidad y a trabajarla en cualquier circunstancia. A conocerte mejor, porque cuando meditas te vienen pensamientos que apartas y te concentras en lo que estabas. Eso te va permitiendo ver lo que te preocupa de verdad. Cuando estás atento de verdad, centrado y concentrado es cuando aflora lo importante. Lo que te preocupa. Sirve para autoconocerte, para buscar la serenidad, para tener espacios propios en los que regalarte a ti mismo. Nos regalamos muy pocos espacios, siempre con gente, siempre haciendo cosas. La meditación es un encuentro contigo muy sereno, muy tranquilo. Con el tiempo te ayuda a conocerte mejor.
A.E.: Tienes razón, hay que buscar tu espacio para ti. El libro me ha gustado mucho. Además de la gran labor de divulgación que creo que va intrínseca a tu trabajo como autor y periodista. Cuando hablas de tu rutina, también haces referencia a autores y a conceptos relacionados.
J.R.L.: Sí. Al sueño, que considero fundamental, también hay referencias.
A.E.: Siguiendo con la parte de tu obra más dedicada a la salud y al autoconocimiento personal, me gustaría preguntarte por otro libro, Hablemos sobre felicidad, que además pude leer en un momento de reflexión personal tras la pandemia. Me vino muy bien para responderme algunas cuestiones que por tiempos y ritmo de trabajo dejas a un lado, pero que son necesarias. ¿Qué es la felicidad para ti? ¿Tienes que estar feliz las 24 horas? Y no es verdad, la felicidad es ese instante. Además, creo que el formato es muy bonito. Es una charla. Comentabas que nació el proyecto en una comida. Eran unas charlas que hacíais y pensasteis que sería muy bueno sacar el libro.
J.R.L.: Pensamos que sería muy positivo hacer un libro y lo hicimos. Hicimos vídeo también. Lo colgamos en Youtube en su día. Nació a partir de conversaciones entre Sandra Ibarra y Javier Fernández Aguado. Fue en el año 2015. Creo que es lo primero que publico. En Onda Cero. Fue lo primero que publiqué.
A.E.: Uno de los momentos que te produce más felicidad es compartir naturaleza y los caballos. Me inspiran mucha nobleza ¿Qué te aporta estar cerca de ellos?
J.R.L.: Los caballos son una conexión con la naturaleza. Es muy fácil conectar con los caballos, son animales muy dispuestos a esa conexión. Están acostumbrados al grupo y prestan atención a cualquier cosa nueva. Cuando como humano conectas con ellos, cuando te admiten en la manada, te admiten como el líder o como alguien con capacidad de liderar. La comunicación con ellos es la comunicación con la naturaleza. Seres irracionales, muy grandes, pero tremendamente sensibles. Muy sensibles. Te enseñan a tener paciencia, a comunicarte con gestos. Aprender.
A.E.: Y esos parajes tan llenos de naturaleza en tu tierra.
J.R.L.: Eso hace mucho. Algo particular en nuestra relación con los caballos es que estamos en una atmósfera que invita a disfrutar de la naturaleza y a conectar con ellos. Realmente, se puede hacer en cualquier circunstancia.
A.E.: En Asturias, con esos paisajes maravillosos se dan las condiciones idóneas para ello.
J.R.L: Es un privilegio. No son muy caros de mantener y te abren la puerta a una naturaleza preciosa y muy enriquecedora. Igual que puedes disfrutar de la naturaleza en un parque, puedes disfrutar de tu relación con un caballo en un sitio que no hace falta que sea tan bonito. Te conecta con seres primarios, naturales, y te comunica con la naturaleza. Es parecido a tener un perro, lo que pasa es que el perro es leal, es otro tipo de relación. El caballo nos ha servido muchos años, igual que el perro, pero de otra forma. La historia de la humanidad es también la historia que impulsa el caballo. Todas las grandes conquistas hasta que llega el coche se hacen a caballo. El caballo es el medio de transporte, el medio de avance, el medio de progreso. Ahora podemos conocerlo de otra forma. Y eso tratamos también de difundir, es una relación con la naturaleza y también te enriquece.
A.E.: Además del deporte, de los caballos, de tus rutinas diarias, compartimos algo que nos apasiona, la moto. También una manera de conectar contigo y con la naturaleza.
J.R.L.: Sí. Hace tiempo que no cojo la moto, que no viajo. No lo he dejado, pero en este momento priorizo más estar con los caballos, escribir. El caballo es una forma de disfrutar de la naturaleza, la moto es una forma distinta de viajar también. Oler los sitios. Sientes mucha más libertad que viajando en coche o en otro medio.
A.E.: Volviendo a las novelas, estaba acordándome de un gran personaje en La maldición de la casa grande, como era ese Lobo. Un personaje muy bien dibujado, con todas las aristas. Era finales del siglo XIX, en La Unión. Pensando ahora en La maldición y también en Melina hay nexos temáticos en común. Hay como temas que te gusta tratar. ¿Es algo consciente y que tienes claro antes de escribir o surge durante el proceso?
J.R.L.: La Maldición surgió de una conversación informal inesperada. Cuando me pusieron delante al personaje de Miguel Zapata, al Tío Lobo. Me ayudó con la documentación María Dueñas. Empecé a investigar. María Dueñas estaba conmigo cuando me hablaron de este personaje. Ella estaba escribiendo la novela sobre un minero, La templanza. Me dijo que me pusiera con él y dije que adelante. Me pasó la primera documentación sobre Miguel Zapata, aparte de lo que nos habían contado. A partir de ahí, quería escribir sobre ello.
En Agua de luna había un tema sobre el que quería hablar y era el terrorismo islámico. En esta tercera que es la que considero más novela, Melina, es cuando por fin me atrevo a hablar sobre mi madre. La siguiente novela seguramente será más de género negro y con protagonista masculino, un thriller, probablemente un asesino. Otro depredador.
A.E.: Durante mucho tiempo tanto en radio como en televisión, destaca tu labor de realizar entrevistas. Programas como En días como hoy y En noches como esta, que además era un formato muy riguroso en el que hablabas con tus invitados de una manera más personal.
J.R.L.: Sí, me gustaba mucho hacerlo. Lo disfrutaba mucho. Buscábamos la cercanía.
A.E.: En informativos das la noticia y hay un tratamiento más frío, pero en el caso de un programa de entrevistas el trato es mucho más cercano. Hay más confianza y el trato es más de persona a persona. Si conoces por ejemplo a un deportista y sabes cosas sobre su vida o anécdotas puedes descubrir datos que son desconocidos para el espectador. Resulta muy interesante.
J.R.L.: Lo que buscábamos era descubrir a la persona. Creo que lo conseguimos.
A.E.: Creo que en esa curiosidad que siempre te define, has tocado todos los palos, hasta el cine.
J.R.L.: Sí, salgo en un par de ellas. En una película de mi amigo Miguel Ángel Lamata haciendo de revisor de un tren y en otra de Torrente haciendo de mi mismo cuando estaba en Informativos Telecinco.
A.E.: Hubo un momento en tu carrera en el que alguien te dijo que te encaminaras hacia el periodismo.
J.R.L.: Un cámara de televisión. Luis Berraquero. Si quieres hacer cine, haz cine. Me gustaba mucho. Pero, mientras tanto estudia algo que tenga más salida. Me metí en periodismo, porque se estudiaba en la misma facultad que imagen. En mis tiempos se estudiaba imagen, periodismo y publicidad. Eran las tres ramas de la Facultad de Ciencias de la Información. Con intención de seguir haciendo cine, estudié periodismo y al final me metí en esto.
A.E.: ¿Qué proyectos te gustaría hacer?
J.R.L.: Estoy con una productora de podcast en Asturias. Ahora tenemos el programa de Telemadrid. Escribir. Es lo que más me gusta. Hay un proyecto de serie con mi hija mayor, que es actriz. Ahora estoy en una faceta más creativa que periodística. Disfrutando mucho.
Muchas gracias a Juan Ramón Lucas por esta entrevista para A Escena Valencia.
Fotos vía Juan Ramón Lucas | El Heraldo de Aragón | Jordi Alemany | Alberto Di Lolli | Omar Pardo | Marcos León
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