Hablamos en A Escena Valencia con el dramaturgo y director escénico Paco Zarzoso sobre el nuevo espectáculo de la compañía Hongaresa, 'David', que podremos ver del 30 de mayo al 2 de junio en el Teatre Rialto de Valencia.

A.E.: Planteas un tema muy interesante, los abusos del ser humano. Esa dualidad entre ser piadoso y bueno, pero también poder ser cruel y malvado. Todo ello tratado desde el prisma de dos personajes, un verdugo y su víctima.

P.Z.: Es un tema que me rondaba desde hacía tiempo, hablar de una de las crueldades humanas: el abuso de los fuertes sobre los inocentes. Hay una frontera ética, y de alguna manera eso aparece en la obra. Es casi un canto humanista. Representar esa cadena, como que las personas que sufren también hacen sufrir. No siempre. Han sufrido mucho y con distintas formas de sufrimiento, pero bien es cierto que el sufrimiento llama al sufrimiento. La obra plantea como una consciencia de esto. Se plantea romper de alguna manera esta cadena de abuso. Los dos personajes viven como el abusado y el abusador, pero hay doble abuso.

A.E.: ¿Cómo ha sido trabajar con ellos la situación? ¿Cómo definirías cada personaje?

P.Z.: Hemos descubierto cosas durante el proceso. El trabajo ha sido muy revelador. El texto planteaba una situación, pero han aparecido nuevos colores, gamas de grises. Hemos descubierto como las fronteras... Hemos arriesgado llevando las partes luminosas hacia la luz y las partes oscuras hacerlas muy oscuras. Hay momentos en los que se unen y se funden. Tomamos la decisión de que, ya que vamos a trabajar todo lo monstruoso, inspirados en Goya, en el esperpento... ya que íbamos a tratar un tema monstruoso... salir un poco de las claves del realismo y hacer una situación poética. Hemos bebido un poco de la tradición con Goya, el esperpento, el expresionismo... Los grandes contrastes entre las luces y las sombras entre ellos. 

Hemos tenido la suerte de contar con un equipo maravilloso. Las luces de Mingo con mucho trabajo de contrastes. La escenografía que plantea todo ese juego de blanco y negro de Los Reyes del Mambo. El vestuario, donde aparece un diálogo entre el blanco y el negro, y la gama de los grises. Ha sido un descubrimiento muy poderoso. En la oscuridad hemos visto luz y hemos visto sombras también en la luz. Hemos intentado poner la mano en el fuego, colocándonos en los abismos. 

La obra es más una tragicomedia. La obra va desvelando el dolor, el viaje al corazón de las tinieblas. Empieza de una manera más ligera. Hay una relación como de un padre con su hijo, de un jefe con su súbdito. De alguna manera se enriquece al plantear una situación más común, de relaciones paterno-filiales, de personas que conviven. Hay dificultades en esa relación. La obra entra en otro territorio como más oscuro. Ha sido un maravilloso viaje.

Como autor, he descubierto mucho. Tanto Àngel como Enric han creado personajes más complejos, más grandes, más humanos. No han tenido miedo a sacar las partes más oscuras. Hacer uso de las luces y las sombras de los dos personajes. Eso sería lo más importante con los actores.

A.E.: Es un texto ganador del Premio Max Aub de Teatro en Castellano Ciutat de València 2022 y seleccionado para el Encuentro Iberoamericano de Dramaturgia de Bogotá 2023. ¿Cómo ha sido combinar ser autor y dramaturgo con la dirección escénica del espectáculo?

P.Z.: Confío cada vez más en el trabajo común. Me gusta mucho que la última escritura se cierre en los ensayos. El texto ha evolucionado. Ha cambiado. Con la mirada cómplice de los intérpretes y del resto del equipo. La obra ha ido evolucionando y me ha ayudado. Ya en Bogotá pude ver una lectura dramatizada en el Encuentro Internacional, y es muy interesante ver cómo allí se vio y se trabajó. Una sociedad a 8.000 kilómetros. Como allí, en Bogotá, se plasmó. Me ayudó mucho a hacerla. A querer trabajar en ella, porque sentía cómo llegaba... la música también... cómo llegaba a las heridas, los abismos, los personajes, el humor, y llegaba a la humanidad. La necesidad que va mostrando la obra desde lo humano de a su vez mostrar el horror, curar las heridas y cruzar las fronteras. Me animó mucho el poder verla en Bogotá. 

Gracias a Paco Zarzoso por esta entrevista para A Escena Valencia.