En A Escena Valencia, nos trasladamos a Madrid y hablamos con el periodista y apasionado del mundo del deporte Jesús Álvarez. En un café tranquilo de la capital, desgranamos en esta charla sus vivencias personales, y su extensa y premiada trayectoria personal. 

Un placer de charla. Gracias, Jesús.

A.E.: Todo un referente del buen periodismo. Jesús Álvarez tiene una extensa y dilatada trayectoria, y es uno de los rostros más populares de la televisión durante décadas de informativos. Apasionado del mundo del motor y el deporte. Personalmente, tenía muchas ganas de hacer la entrevista en persona.

J.A.: Encantado Juan Pablo, aquí estamos por fin. Hemos podido juntar nuestros intereses, nuestros horarios, cronología y viajes... (risas). Aquí estamos. Encantado de estar en A Escena Valencia. 

A.E.: Viendo tu currículum y tu trayectoria profesional, es la de toda una vida. Lo hablábamos hace un momento, antes de empezar la entrevista. Muchos hemos crecido viéndote trabajar. ¿Cómo empezó el periodismo en tu vida y cómo decidiste dedicarte de manera profesional?

J.A.: El periodismo fue una causa lógica de tener un padre periodista, una madre locutora de radio, una hermana trabajando en la radio, una tía que era locutora de radio y actriz de doblaje. Se me ocurrió hacer todo el bachiller de ciencias, porque no iba a hacer periodismo. Iba a hacer otra carrera. 

Las circunstancias de la vida me abocaron a hacer periodismo. Tuve la desgracia de perder a mis padres muy joven. Mi padre murió cuando yo tenía 12 años. El primer presentador de un telediario en este país. Él presentaba el telediario de las tres. Había que hacer un informativo y había que empezar por el de las 15:00h. Lógicamente, no vas a empezar por el de las 21:00h. Le tocó y por eso fue el primero presentando un informativo. Mi madre murió muy joven desgraciadamente, cuatro años después que mi padre. Tenía 16 años entonces. Me planteé rápidamente que si quería estudiar una carrera de ciencias, como yo tenía pensado, me iba a llevar mucho tiempo y dinero, y a lo mejor al final no la iba a sacar. Me dije que tenía que ser pragmático, mirar por mis intereses y tenía que empezar una carrera o un oficio que me permitiera empezar a trabajar desde ya. Pensé que el periodismo era el que más se ajustaba a mis necesidades y también a mis gustos. Siempre digo que soy periodista por genética, porque lo llevaba en la sangre, aunque no lo sabía. 

A.E.: Hablemos de tus comienzos en el periodismo... 

J.A.: Cuando empecé a estudiar, tuve la inmensa fortuna de empezar a trabajar muy pronto en la radio. Desde primero en Ciencias de la Información, ya estaba trabajando en la radio. Enseguida, al año siguiente, pasé a televisión, insospechadamente, porque para un chaval de 19 años salir en televisión, y más en aquella televisión, que era la única televisión que había en nuestro país, con el rigor, con la trayectoria que tenía, con la rigurosidad... para mí fue una sorpresa. Fueron tiempos de cambio. 

Estamos hablando del año 76-77. Supongo que los directivos de televisión vieron en mí sangre fresca para incorporar a una televisión que había estado muy encorsetada durante mucho tiempo por la censura, el franquismo, etc. Pensaron que a lo mejor había que actualizar las cosas, darle un poco de gracia al asunto, y vamos a poner a gente joven. Ahí aparecí yo. Hubo otras circunstancias que me abocaron a llegar a televisión, pero el resumen es ese. Aparecí con 19 años en televisión, y me he pasado 47 años haciendo esto.    

A.E.: Cuando estudiaste periodismo, ¿había alguna decisión sobre el tipo de periodismo que querías hacer o medio en el que quisieras trabajar?

J.A.: No. Te voy a explicar por qué. Siempre he explicado en las clases de periodismo, que he tenido la oportunidad de dar en las diferentes universidades, que hay que estudiar periodismo general. Tienes que ser primero periodista, y luego ya veremos en qué rama te enfocas o tienes la oportunidad de trabajar. Cuando estás estudiando periodismo, no sabes si te van a coger para economía, deporte, nacional, internacional, política, etc... Creo que lo mejor es estudiar periodismo, y luego las circunstancias de la vida o tus gustos, o casualidades de la vida, te llevarán a estar en un sitio o en otro. 

En mi caso, estudié periodismo general sin saber a qué me iba a dedicar. Lo que pasa es que enseguida me enfoqué al deporte por un motivo, porque cuando yo estudiaba había una especie de ataque de titulitis, que me parece bien que lo haya. Si no tenías el título, no podías ejercer. Lo que me gustaba era ponerme delante de un micrófono, redactar noticias, todas esas cosas... Tenía un jefe que me decía que no había terminado la carrera, estaba en segundo y tercero, y yo le decía que quería hacer eso. Me empeñé mucho, le dije que me ponía delante de un micrófono, que lo que no le gustara lo quitábamos. Me dijo que no podía hacer eso, salvo que fuera a la redacción de deportes para hacer información deportiva. Me extrañó aquello. ¿Qué tiene el deporte para que yo pueda ejercer el periodismo en esa especialidad? No se me había pasado por la imaginación, pero siempre me había gustado el deporte. Se había juntado el hambre con las ganas de comer. Es el método, el motivo, el recorrido o el camino para que me ponga delante de un micrófono y redacte noticias, hago información deportiva. Y ahí seguí en la redacción de deportes. 

Curiosamente, empecé en la televisión con un programa de información general que se llamaba '7 días', que no tenía nada que ver con el deporte. También había noticias de deporte en alguna ocasión, hablé del Mundial de Argentina del 78. Encontré en la radio y en el periodismo deportivo mi situación de agrado, mi zona de confort, y seguí ahí hasta hace unos meses. 

A.E.: El nombre de Jesús Álvarez va asociado a deporte. Hubo también otras parcelas de información, además de la deportiva. ¿Hay algún tipo de noticias que te gustaría trabajar o hayas trabajado?

J.A.: Siempre digo que los periodistas tenemos que saber un poco de todo, y luego dedicarnos a algo. Incluso en el deporte, hay muchas especialidades. Está el fútbol, baloncesto, balonmano, olimpismo. Tienes que definirte un poco. Buscar dos o tres cosas que te gusten. La verdad es que en el deporte he encontrado mi realización profesional. 

Como periodista, he cubierto otras cosas porque las circunstancias de la vida me han puesto ahí. Recuerdo un verano, estando en Ólvega, en Soria, en el pueblo de mis suegros. A 10 km puso una bomba ETA y me fui rápidamente con el coche a cubrir la noticia. Estuve cubriendo la información. Entré en los informativos especiales que se hicieron con un teléfono contando el atentado y todas las cosas que habían sucedido. Lo que veía, lo que no veía. Situé perfectamente la casa cuartel de la Guardia Civil. Fijé el punto donde estaba. Disfruté mucho haciendo esa información, porque al fin y al cabo era relatar. Nosotros somos el nexo de unión entre la noticia y el público. Relatar al público lo que yo veía, lo que sucedía, las impresiones que yo tenía, me produjo satisfacción. Al fin y al cabo, estaba haciendo mi trabajo periodístico. 

Al comentar un partido de fútbol, también describes situaciones, el balón, los jugadores que hay alrededor... Y lo hice. No me planteé nunca cambiar de escenario, como han hecho otros compañeros. Hay compañeros que han empezado en el deporte, y luego se han dedicado a nacional, internacional, política, etc. 

El deporte siempre me ha atraído mucho, y he tenido la fortuna de estar en sitios que ni imaginaba que podría estar. Como dice un amigo mío, he estado en sitios que hay gente que mataría por haber estado allí. Bueno, puede ser que haya podido estar en grandes acontecimientos del deporte, haber conocido a grandes deportistas, que en definitiva son la referencia que tenemos o tiene la gente desde fuera. Los he vivido en primera mano porque he tenido que estar allí para contarlos.

A.E.: Hay grandes acontecimientos a nivel narrativo y periodístico como unos Juegos Olímpicos, o estar narrando una Eurocopa o un campeonato de F1. ¿Hay algún deporte por el que tengas más predilección a la hora de hacer una crónica periodística?

J.A.: Siempre me ha gustado el fútbol, como a todos los que nos hemos dedicado al deporte. Hemos empezado en el fútbol, aunque tenía un jefe que me decía "empieza a leer los periódicos deportivos por la parte trasera". Todos vais al fútbol, pero hay muchas parcelas de la información deportiva que están sin cubrir y puedes encontrar ahí un buen aliado para estar en sitios y contar cosas. 

Siempre me ha gustado el fútbol, hice fútbol. Pero después me gustaba mucho la Fórmula 1, me gustaban los coches en general. He hecho mundiales de Rallies, he hecho Fórmula 1. Eran quizá deportes que no estaban en las primeras páginas, pero que también son muy vistosos y agradecidos de ver. Me han proporcionado también grandes satisfacciones y estar en sitios muy buenos, conocer a grandes referentes del deporte, y poder contarlo a la gente.

A.E.: El público que sigue tu carrera periodística desde hace muchos años sabe que hay un estilo propio a la hora de narrar un acontecimiento deportivo. ¿Qué es lo más importante para ti a la hora de cubrir un evento deportivo?

J.A.: Lo más importante a la hora de narrar un acontecimiento deportivo y de narrar, lo he recalcado mucho y también a los alumnos a los que les he dado clases, es el rigor. El rigor informativo es lo primero. Me acuerdo que en la facultad bromeábamos con lo de que "no permitas que la realidad te estropee un buen titular". Lo bonito de la situación y lo claro es que teniendo rigor y credibilidad con la gente, vas a ser una persona apreciada, porque vas a contar la verdad. Vas a contar las cosas como son, no como te gustaría que fueran. Siempre he tenido muy presente el rigor informativo. 

A la hora de narrar un acontecimiento, dar los suficientes datos como para que la gente se entere de lo que está pasando, en una situación en la que pasan muchas cosas a tu alrededor: un partido de fútbol, una carrera de Fórmula 1, una prueba de esquí. Tienes que intentar no apabullar, de tal manera que hables tanto que la gente no sepa de qué le estás hablando. Si le estás hablando del tiempo meteorológico o del avión que ha pasado por encima. Ser un poco descriptivo, pero sin pasarte. 

Mi escuela ha sido la radio. Me he pasado muchos años en la radio, narrando partidos de fútbol. Entiendo que los tempos son distintos en la radio y en la televisión. En la radio tienes que tener mucha imaginación, describir mucho las cosas. Es muy importante. Ahora cuando escucho partidos narrados por la radio, pienso "deben pensar los comentaristas de la radio que todos estamos viendo el encuentro por televisión". Te dicen "ahí está el balón". ¿Dónde está el balón? Explícame. 

En la radio, siguiendo las instrucciones del gran Matías Prats, que describía muy bien: "está en la posición teórica del defensa lateral izquierdo". Tu te imaginabas que estaba junto al lateral izquierdo, en el área. O "pasa la línea divisoria..." y sabías que había atravesado el centro del campo. "Remata desde la frontal del área de castigo perpendicular al punto de penalti", pues sabías dónde estaba rematando. Ahora te dicen "ahí está el balón", y no me entero dónde está el balón. Piensan que lo estamos viendo por la tele y que nos apetece escuchar a quien lo narra porque nos gusta más que por la tele. La tele tiene otro tempo. La radio es más emocionante. En la tele lo estamos viendo. No puedes decir "lleva el balón con la pierna izquierda". Ya lo estamos viendo. Son diferentes tempos a los que hay que adaptarse. La emoción de la radio no la tiene la televisión, pero tiene el apoyo de la imagen. Como se suele decir, una imagen vale más que mil palabras. Es un compendio de todo a lo que hay que ajustarse. 

A.E.: ¿Cómo fue ese paso de la radio, donde comunicas con la voz, a la televisión, donde predomina la imagen, y donde todos estos años has marcado un ritmo a la hora de narrar las noticias? Acostumbrarte a que tienes una cámara, estás en un plató, y hacerlo lo más natural posible. 

J.A.: La tele lo que tiene es el apoyo de la imagen. Tienes que construir tu narración alrededor de la imagen. Tienes una imagen y hay que sacarle partido. Es mucho más fácil contar una imagen de algo que se ha producido, que no tener que contar una cosa y buscar una imagen para tapar esa información. Lógico. Hay que ajustarse a la imagen, a la información, al contenido que tienes, para hacerlo más descriptivo y más bonito, en definitiva.

A.E.: Estás en un telediario. En la sección de deportes. Preparas la escaleta. El contenido que va primero, el que va después. Las noticias del día. Quería preguntarte por el proceso. Desde que te llega la noticia y el titular hasta presentarla en pantalla.

J.A.: Seguir la actualidad. No tiene más truco que estar a pie de calle de la actualidad. Saber lo que es noticia, con lo que hay que abrir. Si te fijas, a la hora de la verdad, todas las cadenas de televisión y emisoras de radio abren con lo mismo. Si hay una información estelar, no hace falta ser muy inteligente para saber con lo que tienes que abrir. Lo haces en función de la actualidad del día, y si tienes algo de cosecha propia, si tu has podido conseguir una información que no tienen otros y has podido entrevistar a alguien que no han entrevistado los demás, hacer valer que es una información, no digo exclusiva, porque excluiría como su nombre indica a los demás medios, pero es una primicia que das sobre una noticia, una entrevista, etc. Con esas cosas hay que jugar un poco. 

A.E.: Quería preguntarte en esta entrevista por "Álvarez Café", lo he podido ver y me gustaría felicitarte. Es como tu espacio donde realizas entrevistas más personales y en profundidad a tus invitados. Es algo diferente completamente a estar por ejemplo en un telediario. En ese caso, tienes tu franja de tiempo y tus minutos para narrar la noticia. En este caso, es como más de tu a tu. Mucha gente a la que has llamado habrá ido encantada porque además te conoce de todos estos años. 

J.A.: He hecho 57 entrevistas en "Álvarez Café" de media hora. Ha sido una auténtica delicia. Son grandes personajes, figuras del deporte. Tener la oportunidad de charlar con ellos durante media hora ha sido una auténtica delicia. Creo que es el colofón a mi carrera televisiva en TVE y lo he disfrutado mucho, porque he traído a esos grandes personajes que siempre tienen cosas que contar. 

En una entrevista de 3 minutos, deprisa y corriendo, para un telediario no te da tiempo casi a sacar nada. Te da tiempo a hablar puntualmente de dos o tres cosas. En una entrevista de media hora, puedes repasar perfectamente su vida, obra y milagros. Puedes empezar con ellos una relación cordial y una relación con la que se sientan a gusto, en un medio que no es conocido para ellos, en un estudio de televisión. Te tienes que ganar su confianza, que ellos se sientan cómodos, y a partir de ahí empezar a sacar cosas interesantes que contar sobre su vida. 

Recuerdo la primera entrevista que hicimos con Edurne Pasaban, la primera mujer que escaló los 14 8.000. Primero, me llamó la atención que era ingeniero industrial. Tenía un oficio destacado dentro de la profesión, de hombres y mujeres, porque ser ingeniero no lo es cualquiera. Luego, su afán por subir las montañas más altas a qué le había llevado. En el transcurso de la entrevista, me confesó que había estado un año y medio deprimida. Había estado internada cuatro meses en un hospital psiquiátrico y se había intentado suicidar dos veces. Eso no te lo dicen ni en la primera, ni en la segunda ni en la quinta pregunta, eso tienes que ir poco a poco conociendo su vida.

Por el programa, han pasado Hugo Sánchez, que fue el primero, a Arancha Sánchez-Vicario, Carolina Marín, Rafa Nadal, Vicente del Bosque, Jorge Valdano, Pedja Mijatovic, Martín Fiz, Fermín Cacho, Manolo Martínez... para mí todos son grandes referencias del deporte que he conocido a lo largo de mi trayectoria profesional. 

A la hora de llamarles y comunicarles mi deseo de que vinieran al programa no me han puesto ninguna pega. Han venido muy satisfechos. No he sido el típico periodista polémico que ha buscado siempre la polémica y sabes que te puede poner en un compromiso con una pregunta. Saben que conmigo no iba ese tipo de periodismo. Me agrada que muchos de ellos, y algunos que no han estado en el programa pero sí a lo largo de mi trayectoria profesional, me hayan enviado un mensaje con palabras como "me encanta cómo dignificas tu profesión desde el respeto, desde la sinceridad".        


Mis amigos me decían que tenía suerte de estar en sitios privilegiados y he conocido muchos. Evidentemente, he estado en los cinco continentes gracias a Televisión Española, un medio al que yo amo profundamente. Una cosa es lo que has sentido tu trabajando en el medio todos estos años, y otra cosa es cómo se hayan comportado personas en determinados momentos contigo. Siempre he dicho que amo profundamente a Televisión Española, a pesar de que muchas veces no me he sentido especialmente tratado como creo que se me debía de tratar. Pero bueno, eso es aparte. Además de haber estado en sitios que no podía haber imaginado, me he sentido parte del mobiliario de televisión, que no un mueble, al llevar tanto tiempo. En ese sentido, amo a Televisión Española porque me ha dado todo profesionalmente.

Me decían eso mis amigos, que tenía suerte de estar en los sitios en los que he estado. Ahora, me gustaría volver a conocerlos. Cuando estuve conocí el hotel, el aeropuerto, el campo de fútbol, el circuito de coches o la pista de esquí. Tengo ganas de volver para conocerlos. 

Si me preguntas qué me ha proporcionado más satisfacción en mi profesión, es estar en el sitio adecuado en el momento oportuno. Por ejemplo, cuando ganamos el Mundial de Fútbol en Johannesburgo el 11 de julio de 2010, para mí fue muy especial. Fíjate que habíamos sido campeones de España prácticamente de todo: de balonmano, de baloncesto, de Fórmula 1, de tenis por la Copa Davis... pero nos faltaba el título del Mundial de Fútbol. 

Después de tantos años, soy de la generación aquella de "jugamos como nunca, perdimos como siempre", y los fatídicos cuartos de final... Recuerdo que mis hijos cuando tuvieron uso de razón me dijeron que esto estaba chupado, que habíamos ganado una Eurocopa, un Mundial, otra Eurocopa... Estamos ganando todo. Yo estaba muchos años a dos velas aquí, contando lo de siempre, que hemos jugado muy bien pero que hemos perdido. Romper ese maleficio y estar en el sitio adecuado donde, por fin después de no sé cuántos años, nos proclamamos campeones del mundo, fue lo más destacado profesionalmente. 

También tuve momentos duros dentro de la profesión. Estuve en el Estadio Heysel de Bruselas en el año 1985, cuando hubo 39 muertos. 39 asesinatos díria yo, porque fueron los hooligans del Liverpool los que aprisionaron en las vallas del Estadio Heysel a los seguidores italianos y provocaron la asfixia de 39 personas. Fue muy duro. Estábamos en la posición de comentaristas y me tocó bajar a contar los muertos. Fue muy duro y es una de las cosas que he vivido en la profesión.


A.E.: Además del periodismo, eres un conductor de moto concienciado y durante muchos años.

J.A.: Soy motero. Me gusta la moto. He tenido moto desde los 16 años. Hubo una época en la que me saqué el carnet de coche y la dejé un poco de lado, porque lo que te gusta es conducir. Luego al final vuelves a la moto, y más en una ciudad como Madrid. Te das cuenta de que sin una moto estás perdido, que no llegas a ningún sitio, siempre tarde y no encuentras sitio para aparcar. 

Decidí desde hace ya tiempo usar moto en Madrid siempre que el tiempo acompañe, incluso cuando no acompaña. Pero si salgo de casa, no está lloviendo, y me pilla lluvia después pues mala suerte. Hay que apechugar con ello. Si veo que llueve y hace frío, no suelo. Si hace frío y no llueve, sí saco la moto. Si el tiempo está desagradable y desapacible y lo ves antes de salir de casa, procuro coger coche o transporte público, taxi o VTC, o autobús, sobre todo el metro. 

En Madrid, tenemos un metro fantástico que nos conecta con todos los sitios. Es un metro moderno, con vagones adecuados. O coches... El otro día en un viaje iba con el director de comunicación de RENFE y dije "vagón". Me dijo que no, que vagón era para carga. Esto son coches. Tomé buena nota. Muchas veces uso el metro, es un medio muy eficaz para llegar también pronto a los sitios.           

 

Foto: Jose M. Alegre

A.E.: Además de periodista y motero, también bailas. Participaste en un concurso. ¿Cómo fue esa experiencia en televisión con "Mira quién baila" y "Bailando con las estrellas"?

J.A.: Siempre me han gustado los retos. Yo no he bailado nunca, no me gustaba el baile. El día de la boda no bailé ni medio vals porque no me lo sabía. Con eso te digo todo. "Mira quién baila" surgió en un momento en el que había un aniversario de televisión, creo que era el 50 o el 60 aniversario. Nos hacen una gran foto de familia, donde estamos todos los presentadores del momento y los que habían estado. Estaba Jesús Hermida, Matías Prats, toda la gente que en un momento determinado habíamos trabajado en Televisión Española. Me pusieron al lado de Poti en la foto. Venía de hacer el Telediario con chaqueta, corbata, pañuelo. Me mira de arriba a abajo, le pregunté qué miraba y me dijo que era carne de "Mira quién baila". Le dije que se equivocaba, que yo no bailaba ni me gustaba bailar. Y me comentó que por eso y que yo no sabía el bailarín que iban a hacer de mí en la academia. 

Era el mes de septiembre, no le di importancia. En diciembre, se hace "Telepasión" para acercar a la gente la Navidad, y ese año lo hicieron con "Mira quién baila". Me proponen estar en el programa y me insistieron tanto que lo hice. Era un face-to-face, tenías que bailar contra un compañero. Pensé que lo importante era participar, y además me tocó competir contra Lucrecia. Bailamos los dos. Gano, me quité la espinita de no saber bailar. Me citan para la siguiente semana, vuelvo a ganar. Y me dijeron que me esperaban para el Día de Reyes. Al final quedé tercero. Empezamos 14 y quedé tercero, creo que ganó Bustamante. Una bonita experiencia y me pegué una paliza, agujetas por todos los lados. (Risas).

Había que ensayar mucho para saber la coreografía. Termina aquello y me llaman a finales de enero. Me llaman de la dirección de casa, les gustó cómo había estado en "Mira quién baila". Fui el único de los de deportes que estuvo en la "salsa". (Risas). Nadie se atrevía y yo tampoco debí atreverme, pero bueno. (Risas). 

Soy más de retos que de metas. Iba a empezar la quinta edición, con gente conocida, con bailarines profesionales. Me comentaron que les gustaría que participara, que había dado una buena imagen. Les había gustado mucho cómo me desenvolvía ante las cámaras. Estuve dando vueltas, lo comenté en casa y pensé que era una forma de que conocieran otra faceta de mi vida y que cambiaría, no sé si mi trayectoria pero gracias a esto harías otras cosas con las que no contaba y que no había hecho nunca. 


Estuve en el programa. Fueron cuatro meses bailando. Lo que era una participación puntual para un programa navideño, fueron cuatro meses de baile. Fue una experiencia muy bonita, me lo pasé muy bien. Aprendí determinadas coreografías que preparaba Poti, me sabía esos bailes y con las bailarinas con las que me tocaba. 

Luego iba a bodas, bautizos y comuniones, y las señoras querían bailar conmigo, porque pensaban que sabía bailar. Sé bailar algo determinado, con una coreografía determinada y con una bailarina determinada. (Risas). No sé los fundamentos del pasodoble, del cha cha cha, o del rock&roll... Fue divertido.

A.E.: Me gustaría acabar la entrevista hablando del presente. ¿Qué te gustaría hacer ahora? ¿Qué proyectos profesionales o formatos te gustaría llevar a cabo?

J.A.: Estoy una situación de jubilación. Me ha jubilado Televisión Española desde el mes de febrero, con lógica, porque aunque no lo aparente tengo 65 cumplidos. Creo que estoy en un momento... hay gente que con 65 años está en el mejor momento de su carrera profesional. Con más conocimientos, con más tablas, con más credibilidad. Te cercenan esa posibilidad, y ahora estoy buscando hacer cosas y proyectos que tenía para Televisión Española que no pude realizar en ese momento. Estoy intentando buscarlos con otras plataformas y televisiones. Es todo muy complicado. Trabajar desde el manto de Televisión Española es muy cómodo, porque tienes de todo. Tienes producción, tienes dirección, tienes realización. Tienes guion, tienes estudios. Tienes medios técnicos. Ahora te lo tienes que buscar todo. Tras darte 20 vueltas y de recorrerme televisiones, plataformas, etc. 

Una persona me abrió los ojos, que además tiene una productora. Me dijo: "A las productoras nos interesa que venga el producto hecho, y decidimos si nos gusta o no, si lo compramos o no, o si nos lo quedamos entero". Cómo haces eso, cómo te arriesgas. Buscar patrocinadores, buscar tu dinero para hacerlo, los medios para llevarlo a cabo. Sin saber si el tema va a tener repercusión o no, o si lo van a comprar o te lo vas a comer con patatas. Es algo bastante complejo. Me estoy dando cuenta, y estoy en una posición diferente a la que he tenido estos años en Televisión Española. Es bastante complicado, intentado hacer esas cosas. Tengo tiempo libre, pero lo lleno más que antes. Tenía una misión al día, hacer un telediario. Mi jornada era hacer el telediario. 

Ahora tengo mucho tiempo libre y me llaman de sitios, para dar charlas, ir a eventos. Me han dado muchos premios. En los últimos meses, me han dado más premios que en toda mi vida. Son muy de agradecer. También me gustaría otro tipo de premios: que me encarguen un programa. En esas andamos y con la esperanza de hacer cosas. Tengo que ver por mi situación lo que puedo y no puedo hacer, pero tampoco puedo dejar de hacer lo que me apetece hacer. Jugar todo eso un poco, y ahora es lo que hago.


Muchas gracias Jesús Álvarez por esta charla para A Escena Valencia, y por su cercanía y apoyo a la labor periodística.