Tras su rotundo éxito en el Teatro de la Abadía de Madrid, llega a Valencia 'La Colección', escrita y dirigida por Juan Mayorga. Del 25 de mayo al 5 de mayo en el Teatro Olympia de Valencia. Con José Sacristán, Ana Marzoa, Ignacio Jiménez y Zaira Montes. 

Hablamos el pasado mes marzo con Juan Mayorga sobre el estreno de su nueva obra de teatro. Repasamos de nuevo en esta entrevista, con motivo de su estreno en Valencia, todas las novedades sobre su nuevo espectáculo, 'La Colección'. No te lo pierdas en el Teatro Olympia de Valencia.

A.E.: ¿Cómo está siendo el proceso de ensayos de 'La Colección'?

J.M.: Fascinante. Siempre lo es para mí. Este está siendo un proceso muy especial porque además de con Zaida Montes y con Ignacio Jiménez, jóvenes actores, muy valiosos, intereses y experimentados, pese a su juventud, además trabajo con dos actores enormes, gigantescos, José Sacristán y Ana Marzoa. Estoy aprendiendo muchísimo con ellos. Primero, están construyendo un Héctor y una Berna fascinantes, maravillosos. Están construyendo una complejísima relación entre ambos, porque son un matrimonio de muchos años, y me está asombrando también y emocionando la ética del actor que hay en cada uno de ellos. El compromiso con el oficio. Lo estudiosos que son. Las brillantes propuestas que ofrecen, y toda la experiencia que atesoran y ofrecen a este espectáculo. La verdad es que está siendo con la presencia de ellos un montaje y un proceso de ensayos muy especial.

A.E.: En el caso de José Sacristán, además estuvo hace poco en Valencia con 'Señora de rojo sobre fondo gris' con texto de Miguel Delibes. Me pareció un ejercicio de amor al teatro, de respetar el silencio, del texto, de la dialéctica, de las pausas, con un dominio del texto que era una maravilla. Te hacía entrar completamente a las imágenes. 

J.M.: Sacristán y Marzoa consiguen que todas las frases parezcan buenas. Y eso es maravilloso, asistir en cómo convierten la literatura en experiencia teatral, aquí y ahora. 

Sobre el espectáculo | Vía Teatro de la Abadía de Madrid.

Segunda producción de un texto de Juan Mayorga como director y autor desde que se pone al frente de la dirección artística de la Fundación Teatro de La Abadía. Tras el éxito de María Luisa, presenta una función más compleja donde las palabras siguen teniendo un valor importante. La obra parte de la lectura de una noticia, en la que un matrimonio de coleccionistas se preguntaba qué pasaría con su colección cuando ellos ya no estuvieran. En esta ocasión, contará con dos actores emblemáticos de la escena teatral como son Ana Marzoa y José Sacristán.

Héctor y Berna son un matrimonio sin hijos, y a lo largo de su vida han reunido una colección a la que sacrificaron todo lo demás. Ahora, ancianos, quieren asegurarse de que su colección los sobreviva, para lo que buscan un heredero. Han convocado a Susana, coleccionista a su vez, acaso para examinarla. Los acompaña Carlos, quizá un examinador, o una pieza de la colección. La colección es una obra sobre el matrimonio, sobre el paso del tiempo y sobre la misteriosa relación entre las personas y los objetos.

A.E.: Quería preguntarte por otro montaje, que actualmente está en gira, 'María Luisa', y que hemos podido ver en el Teatro Principal de Valencia esta temporada. Con lleno de público en todas las representaciones. Es un retrato sobre la soledad, la vejez. También mezclando la realidad con la imaginación. Jugando con el público. ¿Cómo fue el trabajo de retratar la vejez desde la soledad, pero sobre todo de ofrecerla así en la obra? Con ese juego de personajes, y mezclando la realidad con la imaginación.

J.M.: 'Maria Luisa' surge de una frase o comentario que me hace un amigo y compañero mío, que es portero de un inmueble. Me cuenta que ha aconsejado a una persona mayor, que vive sola en su inmueble, que ponga algún nombre más en su buzón para que los cacos no sepan que vive sola. Aquel comentario me estremeció. Me pareció triste. Inmediatamente pensé que se podía invertir. Quizá se puede invertir, y este hecho o noticia, que un portero ponga nombres en el buzón para de algún modo proteger a una persona, que por su vejez o por su soledad está amenazada, quiero no contar una historia triste, sino una historia alegre, de ilusión, de esperanza, de ganas de bailar. 

Eso que en principio podía haberme llevado a hablar de una soledad terrible, estéril. Me condujo hacia una historia, quiero pensar que luminosa, en la que se celebra de algún modo la vida. Un hecho que me llama la atención y me importa es que en nuestros escenarios, en nuestras pantallas, en nuestras novelas, normalmente la mujer de cierta edad está ausente, y cuando aparece suele ser un personaje doliente, portador de problemas familiares, de secretos. 

Yo quería hablar de una mujer mayor que tenía ganas de bailar, con ganas de vivir, que desea amar y ser amada. Que aparece bella, y cuya belleza es celebrada. Hay algo que me importa, y es lo guapa que aparece Lola Casamayor, y cómo realmente sus pretendientes que están ene escena la aman. Se enamoran de ella. La belleza de la mujer mayor está en el centro del espectáculo. De algún modo, hay un discurso que nos rodea conforme al cual, cuando uno va teniendo años, y sobre todo si se trata de una mujer, pues es algo así como que debería aceptar desear menos. Pero la renuncia al deseo es tanto como la renuncia a vivir. Vivir es desear, reconocerse incompleto y por tanto desear. Creo que todo eso estaba en mi deseo de escribir 'María Luisa'. 

A.E.: De hecho, lo has comentado ahora. Cuando piensas en una persona más mayor, o cómo se suele retratar. Hay esa parte más de drama. En este caso, no. Es una especie como de juego, de comedia, en muchos momentos. Creo que es lo genuino y lo novedoso, a la hora de ver la función.

J.M.: Siempre decíamos en la sala de ensayos que si la historia de 'María Luisa' es triste, queríamos que el espectador lo descubra o reconozca esa parte melancólica horas después de ver la función. Pero que durante la función, comparta la alegría de María Luisa, que es su deseo de vivir. Deseo de vivir, que es deseo de bailar y también deseo de hacer el amor. Creo que gracias a estos seis magníficos actores. Lola y también Marisol Rolandi, los dos porteros que ha habido, Juan Paños y Jose Luis Alcobendas, y los pretendientes: Azzopardi que es Carlos Troya, y antes fue Juan Paños; Beckenbauer ha sido Juan Codina y ahora es Jorge Basanta; y Olmedo que siempre ha sido Juan Vinuesa. Todos ellos construyen esa historia de alegría y de ganas de bailar.

A.E.: Hay un nexo de unión entre el espectáculo de 'María Luisa' y 'Teresa'. Es la soledad. En este caso, la de Teresa. Es una soledad más espiritual, más estar con Dios. Pude leer el texto y ver la película. La película de Paula Ortiz me pareció magnífica. Una de las grandes películas del año. Salí encantado de la sala. Muy emocionado con el texto. Hay momentos de texto que me encantan, lo pude leer antes de verla. Visto en pantalla, y cómo se ha hecho. Además con el trabajo de Blanca y Asier, son los dos personajes. Las imágenes, la poética visual. Es muy de orfebre, muy de detalle. Quería preguntarte, porque tuve la oportunidad de verla en los Cines Lys, además vino Paula para presentarla, cómo ha sido trasladar un texto de teatro a imagen de cine.  

J.M.: 'La lengua en pedazos' se ha repuesto recientemente en Teatro del Barrio, tres domingos seguidos. Los actores han hecho sitio en sus agendas para recuperar la obra. Todo dentro del marco de conmemoración de los 10 años de Teatro del Barrio. Ha querido recuperar algunos montajes emblemáticos. Nos ha hecho el honor de señalar entre ellos 'La lengua en pedazos'. También Paula Ortiz estuvo invitada por el Papa para tener una conversación tras ver la película. Me alegra que la película haya tenido a un espectador tan especial y con una experiencia de la fe tan especial. Es cierto que Teresa de Jesús, la Teresa que nosotros construimos, está siempre acompañada. De hecho, dice en cierto momento "me trae molida tanto andar con gentes". Al mismo tiempo, siempre está atravesada por la angustia de la soledad, y la que más le angustia es el percibir, el temer... la soledad que más teme es descubrirse sola ante el amado, ante el Señor. Se siente siempre acompañada por Jesús, pero teme que ese Jesús sea una fantasía, una creación hecha de palabras. De hecho, con eso le amenaza el inquisidor. 

El golpe más duro que puede recibir Teresa no es que se le amenace de muerte o que ni siquiera se la expulsa de su primera fundación, el Monasterio de San José. La mayor arma del inquisidor, que es como teme Teresa y piensa el Inquisidor, ese Dios tan cercano sea solo una palabra. Sean solo golpes de voz. Hay un temor radical a esa soledad, que es profundo desamparo. También hay combate por dar sentido a cada instante. Y creo que eso hace a Teresa nuestra contemporánea. Está amenazada por el sinsentido. Que lo que hacemos no tenga un sentido, una trascendencia. Una y otra vez, desde la duda, pelea.


A.E.: ¿Cómo nació escribir una obra sobre Teresa de Jesús?

J.M.: Nació de una lectura del 'Libro de la vida' de Jesús. Recuerdo que me impactó la lectura, y pensé que había una palabra que conquistar para el escenario. Pensé que, si bien había sido escrita para su lectura solitaria, podía tener un valor especial al ser pronunciada en un escenario. Me fascinó la palabra y el personaje. Es un personaje extraordinariamente complejo, poderoso, inteligente, cuya fuerza es el amor. 'La lengua en pedazos' cuenta una historia de amor.

A.E.: Con Blanca Portillo has trabajado recientemente en 'Silencio', que pudimos ver en el TEM Teatre el Musical de Valencia. Nace de una experiencia vivencial tuya.

J.M.: Cuando entré en la Academia tuve que pronunciar un discurso. Cuando entré en la Casa de las Palabras pensé que pudo tener un valor. Que reflexionase sobre aquella palabra que me dije sería la última a la que renunciaría como dramaturgo. Y pensé que esta palabra sería silencio. Porque tiene un enorme valor cuando un personaje la pronuncia, aparece en una acotación, o cuando en un cierto momento se pronuncia en una sala de ensayos, precisamente para dar valor a un silencio. Me parecía interesante reflexionar sobre el silencio en nuestras vidas, en el teatro. 

Cuando empecé a escribir el discurso, que luego representé ante mis compañeros académicos, imaginé un hecho teatral. Qué honor y qué alegría que en un trabajo así haya tenido a un cómplice así como es Blanca Portillo. Es una actriz superdotada. Convirtió este espectáculo en una experiencia teatral y un homenaje al teatro y a la experiencia del actor. 



A.E.: Quería preguntarte también por 'Amistad', que pudimos ver en La Rambleta. Un retrato muy ácido y gamberro de la amistad y de la situación que planteas. ¿Qué nos dirían nuestros amigos, y además los de toda la vida, con esa broma que se gastan en un momento así? Es un montaje al que le tengo mucho cariño porque está dirigida por un gran amigo que admiro mucho, José Luis García-Pérez. ¿Cómo es enlazar un tema como es la amistad con la muerte como en este caso?

J.M.: Admirado actor y también director. Creo que ha hecho un trabajo y un espectáculo estupendo. Con Daniel Albaladejo y Ginés García Millán. Ha hecho un trabajo estupendo. Además aplaudido en toda España. Lo que estaba en el origen de la obra no era la amistad, sino la representación de la muerte. Cuando empecé a imaginar la obra, imaginé a dos personas hablando a una persona que está en un féretro, en un ataud, como si estuviera muerto, y que luego resulta que no lo está. 

Se hizo muy interesante el hecho de que lo que pudiera vincular a esos tres personajes fuera la amistad. Antes que eso, creo que 'Amistad' es una obra sobre la muerte, sobre imaginar la muerte e imaginarse muerto. En este sentido, es una comedia y una obra muy seria. ¿Qué diríamos sobre un amigo si estuviera muerto, y qué dirían sobre mí? ¿Qué dirían sobre cada uno de nosotros si estuviéramos muertos? Es una obra sobre imaginar la muerte. Hay algo muy serio ahí. Esta misma persona está escuchando lo que se está diciendo. Y luego esta persona tomará sitio y será otro el que ocupe el lugar del juego. Se acumulan informaciones, que no sabemos si son verdad o son mentira. Lo cual también tiene un valor. Estamos en un lugar en el que no sabemos si lo que se nos cuenta es una vida verdadera o imaginaria. No sabemos si estamos en la realidad o en la ficción de nuevo. 


A.E.: En 'Amistad' hay un contraste muy genuino entre la comedia y un humor muy ácido y que plantea temas mucho más profundos. 

J.M.: La situación es teatral, y alberga situaciones de comicidad que son aprovechadas por estos tres grandes cómicos. En buena medida, se trataba de que esos personajes no hubieran dicho en otro contexto. De modo que en ese discurso, ese dispositivo de juego que ellos arman les permite decir lo que no habrían dicho de otro modo. Acaso se pueda considerar que quien provocó ese juego, lo ha armado precisamente para decir lo que hace años que quería decir. Hay un personaje que le declara su amor a otro, y no sabemos si es verdad o una provocación dentro del juego. Hay amistad, pero también mala uva. Hay gente que me decía "vaya amigos", pero precisamente podemos invertir el juicio. Pese a eso, son amigos. Cada uno se sostiene y sostiene a los demás. Se sostiene en los demás y también a los demás.

A.E.: ¿Sobre qué temas te gustaría escribir?

J.M.: Ahora mismo estoy escribiendo una obra que es un poco loca, sobre el Camino de Santiago. Prefiero ver si voy hacia delante y cuando lo tenga un poco más claro, te lo cuento. Ahora mismo está un poco en el aire.

Muchas gracias a Juan Mayorga por esta entrevista para A Escena Valencia. A partir del 25 de abril, no te pierdas 'La Colección' en el Teatro Olympia de Valencia.