A.E.: Bienvenido de nuevo a la revista A Escena Valencia. Estáis hasta el domingo 3 de diciembre con 'Ay Carmela' en el Teatre Talia de Valencia. ¿Cómo están siendo estos días de representaciones?
J.N.: Están siendo unos días muy buenos. Muy emocionantes. El público está respondiendo de una manera maravillosa. María Adánez y yo estamos encantados con la respuesta del público.
A.E.: En este caso, con un texto tan emblemático de José Sanchis Sinisterra y con la nueva visión de José Carlos Plaza.
J.N.: El texto no ha sido tocado, lógicamente. Es un clásico de nuestros días. Se ha convertido en un clásico desde que se estrenó la función. Me parece que es una función que se tiene que hacer siempre. No tiene que parar de hacerse, porque toca muchos puntos del ser humano, y de nuestra propia historia. Quizá en este montaje se haya reincidido más, se haya hecho más hincapié. La historia de la pareja, de ellos dos. La historia de Paulino y Carmela, y cómo esa pareja es víctima de la atrocidad, que con su pequeña troupe de cómicos de la lengua son felices a su manera, y cómo el monstruo de la guerra los destroza.
A.E.: ¿Cómo ha sido el trabajo con José Carlos Plaza?
J.N.: He sustituido a Pepón Nieto, que es quien estrenó la función. No estuve en ese proceso de ensayos. Llegué a sustituir a Pepón Nieto. No he tenido mucho problema, porque José Carlos Plaza ha sido mi maestro y en mis principios empecé con él cuando era director del Centro Dramático Nacional. Ahí hicimos varios montajes juntos como 'Hamlet', 'Las comedias bárbaras', 'La Orestiada', 'El mercader de Venecia', 'Marco Antonio y Cleopatra', 'El jardín de los cerezos'. Hay un conocimiento del maestro. No me ha supuesto mucho inconveniente en el lenguaje de José Carlos Plaza.
A.E.: Estoy pensando ahora en montajes que he podido ver. Te pude entrevistar hace ya algún tiempo cuando viniste con 'El alcalde de Zalamea' de Calderón de la Barca. También pude verte en el Teatre Principal de nuevo, con 'Castigo sin Venganza' de Lope de Vega. Y en la 'Trilogía de los Gondra' en el Centro Dramático Nacional.
Además de ser uno de los grandes actores, hay una vinculación muy especial con el teatro clásico. En este caso, además de ser un texto contemporáneo, tiene la vocación de ser un clásico. ¿Qué es lo que más te atrae de los clásicos?
J.N.: Lo que más me atrae de los clásicos son conflictos, preguntas, que no tienen la contingencia del tiempo. Son eternas. Son preguntas que pueden existir desde hace cientos de años, y los conflictos que plantean también. Eso es el clásico. El clásico siempre es el que va a llegar al fondo de tu corazón. Para mí, eso es un clásico.
A.E.: ¿Cómo ha sido el trabajo en escena con María Adánez?
J.N.: Con María siempre es un placer. Es un auténtico placer poder trabajar. Las cosas son fáciles, aunque parezcan muy difíciles. Siempre sabes que ella está ahí para arroparte y para ayudarte. Estoy encantado con María, es nuestro segundo trabajo juntos. Realmente, merece la pena. Además, en una función como esta, que son dos horas, mano a mano partiéndonos la pana en el escenario.
A.E.: ¿Qué nos puedes adelantar de otros proyectos y montajes que te gustaría hacer? Algún autor, algún texto que a lo largo del tiempo te apetezca hacer o poner en pie sobre el escenario...
J.N.: Hay un personaje y una función que me llevan rondando desde siempre, que es 'Tío Vania' de Anton Chejov. Quizás sea el personaje que más me tira, pero no sé si llegaré a tocarlo o no tocarlo alguna vez. Para mí es un personaje emblemático. Realmente.
A.E.: De las obras que he podido disfrutar como público, en la mayoría son personajes rotundos, con carácter. ¿Qué tipo de personajes te gusta trabajar?
J.N.: Me gusta trabajar de todo, el ser humano. El ser humano tiene muchos puntos opuestos. Sí que es verdad que por mis condiciones me suelen ofrecer personajes muy dramáticos y como muy determinantes. Ahora estoy haciendo Paulino, que es justo lo contrario. Alguien que intenta adaptarse a las condiciones adversas de la vida, a su forma y principios con tal de sobrevivir. Es un superviviente nato. Me encanta explorar el ser humano. Me gusta mucho. Es maravilloso, tal vez sea porque estudié psicología en mis épocas universitarias. Me encanta ver las distintas facetas que tenemos. Las distintas capas que tiene un personaje, y quitándole capas como la cebolla, encontrando su esencia. Eso es lo que más nos gusta.
A.E.: Sobre '¡Ay Carmela!' que ha sido una obra tan representada a lo largo del tiempo, ¿qué reacciones del público te han llegado?
J.N.: Lo del público está siendo impresionante. Estoy muy fascinado. Ayer por ejemplo en el momento de los aplausos, una mujer que estaba en la primera fila estaba llorando a lágrima viva aplaudiendo y diciendo 'bravo'. Porque notabas que la función le había llegado a lo más profundo. Mi feedback con el público es totalmente bestial, porque es de una entrega al final de la función que pocas veces he visto. Cómo el público entra de cabeza y navega por donde vamos navegando. El resultado de los aplausos no sería el que es.
Muchas gracias a Joaquín Notario por esta entrevista para A Escena Valencia.
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