"La mujer más fea del mundo" es la nueva producción de las compañías Dacsa Produccions y La Penùltima Teatre. Escrita por Manu Valls, y dirigida conjuntamente entre él e Isabel Martí, está protagonizada por Juan Carlos Garés, Lucía Aibar y el propio Manu Valls.

Nos trasladamos a Estados Unidos, y luego a la vieja Europa del siglo XIX. A la época de pleno auge del "show business", con una figura clave, sobre todo en el ámbito del circo, P.T.Barnum, quien revolucionó el negocio en su época. Pero detrás de ese logro, había mucha oscuridad, muchas sombras e intereses financieros, un ansia por llevar el morbo y la curiosidad por lo extraño hasta estadios y límites que rompen con la moralidad y las convicciones del ser humano. ¿Dónde está el límite de las buenas prácticas en el negocio del espectáculo? ¿Hasta dónde son capaces de llegar ciertas personas para conseguir notoriedad y dinero con el sufrimiento ajeno? 

La obra se basa en un hecho real, donde además se demuestra un esfuerzo de documentación a medida que avanza el relato, con algunas licencias dramatúrgicas para construir la historia, como la relación entre Theodore Lent y Barnum. Ambos eran coetáneos, pero no hay constancia de que trabajaran juntos. En "La mujer más fea del mundo", Lent en su juventud conoce a Barnum, en el Museo de las Maravillas, propiedad del afamado empresario. Aprende todos los entresijos de la profesión, sobre todo las tretas y las estafas, los trucos para ganar dinero a costa de la curiosidad del público. En un momento de su juventud, Lent conoce a Julia Pastrana, una mezzosoprano de aspecto simiesco que sufre hipertricosis. Lent ve en ella un auténtico filón, le propone matrimonio, y tienen un hijo. Tras un parto terrible, madre e hijo fallecen, y Lent utilizará esta tragedia para ganar público y dinero hasta sus últimas consecuencias.

El espectáculo presenta un aspecto multidisciplinar, donde se combinan escenas de diálogo textual, proyecciones integradas, canciones en directo, y una escenografía y vestuario que juega muy a favor del espectáculo y de la recreación de la época. "La mujer más fea del mundo" es un espectáculo vibrante, arriesgado, necesario, totalmente inmersivo. La dirección de Manu Valls e Isabel Martí es sobria y firme, traza una línea histórica para narrar la historia, sin miedo a salir de lugares comunes y profundizar en otros no tan agradables. Estupendas interpretaciones del trío protagonista, apoyadas por varios elementos que llevan a este montaje a un nivel muy atractivo para el público: una impecable y muy aprovechada puesta en escena de Luis Crespo, una iluminación magnética de Ximo Olcina, un vestuario de Marta Chiner, Gloria Román y Arden Producciones que nos introduce totalmente en la época y en el propio espectáculo. A esa inmersión en el espectáculo, contribuyen también los arreglos musicales de Carles Chiner y el audiovisual de Josemi Felguera.

"La mujer más fea del mundo" no es un espectáculo al uso, lleva al espectador a lugares donde puede que no se sienta cómodo ante lo que ve, sobre todo en su tramo final, pero es un viaje necesario. El teatro es un espejo del ser humano, tanto de lo bueno como de lo malo.