Con la llegada de octubre, se pone en marcha la oferta formativa de Sala Russafa de esta temporada. El centro de producción y exhibición escénica de la compañía valenciana Arden también tiene una faceta formativa por la que han pasado desde 2011 más de 650 alumnos.

Para 2022-2023 se ofertan unas 60 plazas en tres talleres reducidos, pensados para 15 o 20 personas máximo, y coordinados por la Acadèmia Escènica de València.

“La formación es una parte esencial de Sala Russafa. Cuando nos propusimos abrir el centro cultural queríamos dinamizar la escena valenciana. Y para eso hay que exhibir los trabajos de las compañías autonómicas, pero también hay que ofrecer residencias creativas en las que puedan desarrollar sus proyectos y, yéndonos a un paso previo, hay que poner la experiencia, los conocimientos y la vocación docente de nuestro equipo al alcance de las personas que tienen inquietud por las artes escénicas”, comenta Juan Carlos Garés, director de la sala.

En el primer piso de sus instalaciones en el barrio de Ruzafa hay dos aulas polivalentes para las clases, que también son ocupadas por las compañías residentes, además de en los procesos de creación y producción escénica del propio teatro o de Arden. Todo ello hace que se haya apostado por plantear un número de estudiantes y cursos reducido, con trabajo personalizado y procesos de selección para escoger al alumnado cada temporada.


ALUMNOS QUE HAN ENCONTRADO SU HUECO EN LA ESCENA VALENCIANA

Chema Cardeña, director artístico de Sala Russafa, es el encargado de impartir el ‘Taller postgrado de interpretación para profesionales’, dirigido a personas que ya tienen una formación académica previa y que incluso han tenido experiencia en montajes y compañías dentro del circuito profesional.

Dramaturgo, director de escena y actor, Cardeña es docente desde hace más de 20 años, en los que no solo ha dirigido la línea formativa de Sala Russafa, también ha compartido sus conocimientos en cursos, workshops y masterclass organizadas en Escalante, Escuela del Actor de València o la desaparecida Sala Marlowe, entre otros.

En el centro cultural de Ruzafa, sus talleres arrancan en enero y contemplan 5 meses de trabajo intensivo, con 250 horas. Aún está abierta en la página web de Sala Russafa la preinscripción para el casting que decidirá el alumnado admitido en unas clases por las que han pasado muchos talentos que hoy se desarrollan en la escena valenciana y nacional.

Por ejemplo, Juanki Fernández y Lucía Poveda forman parte de éxitos como ‘Billy Elliot’ o ‘Els Villalonga’, respectivamente. O Nieves Soria, forma parte de la compañía del Centro Dramático Nacional. También varios actores y actrices han montado sus propios proyectos, como Lucía Sáez y Ester Martínez (La Subterránea), José Torres e Irene González (Entre4paredes), Pablo Ricart y José Terol (La Dramática Producciones), Yarima Osuna (A Tiro Hecho), Laura Sanchís (Perros Daneses), José Blasco (La Caixeta) Ernest Sendín (Dinamo Teatre) o Paula Llorens (Cactus Teatre).

La formación impartida por Cardeña se centra en trabajar un aspecto especializado, el teatro clásico. Partiendo del montaje de una obra de Shakespeare, el alumnado se enfrenta a las dinámicas de trabajo de una compañía profesional que, este caso, vienen apoyadas por la enseñanza de técnicas para memorizar e interpretar textos clásicos. Aspectos como la dicción, el equilibrio entre la expresión corporal y el uso de la palabra en parlamentos ricos, o la identificación de las emociones a la hora de construir personajes son algunas de las habilidades que desarrollan quienes pasan por este taller.

Un aprendizaje que pueden mostrar en espectáculo que van construyendo durante las clases, una versión y dirección de alguna de las obras del maestro inglés que Cardeña dirige y que se estrena en junio en el Festival de Talleres de Teatro Clásico de Sala Russafa, permaneciendo durante dos semanas en cartel.

También participan en el festival los alumnos de Iria Márquez. La actriz, directora de escena y dramaturga, con más de 15 años de experiencia en la docencia de artes escénicas, imparte el ‘Taller de interpretación para no profesionales’. En este caso, la formación dura nueve meses, desde octubre hasta junio y los alumnos que fueron seleccionados el 27 de junio se dividen en dos grupos. En el primero, reciben 170 horas de clase mientras que en el segundo tienen sesiones más cortas, con un total de 100 horas. Técnicas vocales, las bases de la interpretación, improvisación o el trabajo con los textos forman parte de una formación que también culmina con el montaje de un espectáculo por grupo. Una adaptación o versión de un clásico en el que caben desde Chéjov a Lorca o Molière. La propia Márquez firma y dirige estas piezas que suben al escenario de Sala Russafa con las condiciones técnicas de una representación profesional, abiertas al público y dentro de la oferta del centro de producción y exhibición teatral, donde también tiene su espacio la danza.


LA EXPERIENCIA DE CREAR UN ESPECTÁCULO DE DANZA

El coreógrafo y bailarín Toni Aparisi imparte el ‘Taller de danza contemporánea’ que completa la oferta formativa que la Acadèmia Escènica de València desarrolla en Sala Russafa y para la que aún está abierto el plazo de matrícula.

Diez veces nominado y tres veces ganador del Premio Max al Mejor Bailarín, el valenciano ha desarrollado una carrera de más de 30 años sobre el escenario y, en paralelo, se ha dedicado a la docencia, impartiendo cursos en el Conservatorio Superior de Danza de Valencia, Universitat de València o Escalante, entre otros.

De octubre a junio, en un taller de 115 h, el alumnado de sus clases en Sala Russafa adquiere las habilidades básicas para aprender y desarrollar una coreografía. Personas que van desde los 20 a los 60 años, algunas con contactos y estudios previos de baile, otras simplemente aficionadas, componen un grupo diverso, enriquecedor.

Sus miembros disfrutan de la experiencia de ir construyendo, entre todos, un espectáculo que se muestra también en junio, como programación paralela del Festival de Talleres de Teatro Clásico. Esta cita sirve para descubrir nuevos talentos y mostrar las capacidades adquiridas por quienes pasan por la formación de Sala Russafa. Pero, sobre todo, es el culmen de un plan de estudios que busca potenciar los beneficios de entrar en contacto de manera directa con las artes escénicas, aprendiendo a trabajar en equipo, a empatizar con lo que se representa, a descubrir y expresar emociones, a contribuir y disfrutar de los procesos creativos.