Prácticamente, todo el mundo tiene en la cabeza la icónica imagen de Los Girasoles de Van Gogh, pero pocos conocen lo que el pintor tenía en la mente. Esta semana, Sala Russafa acoge el estreno de la versión en valenciano de Vincent, de L’Últim Toc Teatre. Un espectáculo que trata la salud mental y la relación del enfermo con sus cuidadores a través de uno de los artistas mundialmente más populares.

Esta pieza es la segunda propuesta de la programación especial ‘Alcem el teló’, con la que el centro de producción y exhibición teatral de la compañía valenciana Arden arranca su XII temporada. Una selección de obras dedicada este año a mostrar el talento de jóvenes creadores que están dinamizando la escena de la Comunitat.

Del 15 al 18 de septiembre puede verse el montaje de L’Últim Toc Teatre, que ofrece una nueva visión sobre el mítico pintor. A diferencia de las películas en las que era encarnado por Kirk Douglas (1956), más basada en su faceta artística, o por Willem Dafoe (2018), donde se recreaba su carácter filosófico y reflexivo, la obra de teatro acerca al espectador su psicología.

Vincent descubre al público una mente compleja, aquejada de epilepsia, que acaba desarrollando alucinaciones y otros trastornos al tiempo que descubre una creatividad sensible e inagotable. “Como muchos enfermos mentales, Van Gogh lo llevaba todo al extremo. Cuando se ordenó sacerdote protestante, casi muere de hambre cumpliendo los votos de pobreza a rajatabla. Y cuando descubrió la pintura, animado por su hermano Theo, en apenas ocho años dejó un legado impresionante, con más de 1.000 cuadros”, señala Emili Chaqués, autor, codirector y uno de los actores de este montaje, quien está casi convencido de que eso no hubiera ocurrido si el artista hubiera nacido en el siglo XXI.

“Hoy, muy posiblemente, le habrían diagnosticado un Déficit de Atención siendo un chaval, le habrían dado una consola de videojuegos para que estuviera entretenido y un Diazepam para que no molestara. Pero Theo se esforzaba por mantenerle ocupado, por darle una vía de expresión para que se sintiera útil”, afirma Chaqués, quien quería mostrar en el espectáculo la importancia para un enfermo mental, como para cualquier persona, de tener alguien que confíe plenamente en sus capacidades.

EL ESCENARIO SE TRANSFORMA EN EL INTERIOR DE LA MENTE DE VINCENT VAN GOGH

A la hora de crear el texto de Vincent, el dramaturgo y actor se ha sumergido en la correspondencia entre los dos hermanos Van Gogh. También en documentación de historiadores del arte, médicos y psiquiatras que han trabajado sobre la figura del artista holandés. El resultado es una pieza emocionante, con toques oníricos, poéticos, pero también humor y drama.

La puesta en escena corre a cargo de Joan Miquel Reig, con quien Chaqués codirige la obra. Ambos vuelven a hacer tándem, después de la elogiada Federico: función sin título, una obra que giraba alrededor de García Lorca y que también pasó por Sala Russafa.

Reig consigue trasladar al escenario la asombrosa imaginación del pintor, sus emociones y su particular estética se apoderan de la caja escénica, donde se desarrolla una trama en la que el público descubre las asperezas de tratar con una persona enferma, pero también cómo estimularlas puede desencadenar algo maravilloso.

“Gracias a Theo, hoy conocemos a Vincent Van Gogh. Él le animó a dedicarse al arte, impresionado por los dibujos que colaba entre en sus cartas. Le convenció para que empezara a pintar, aunque ya tenía 27 años y muchos hubieran pensado que ya era demasiado mayor”, afirma Chaqués, quien recuerda que el propio artista escribió que “si se quiere vivir, hay que atreverse” y remarca que ese es el mensaje optimista de esta obra.

El dramaturgo y actor se mete en la piel del hermano menor y tutor legal del artista, mientras que Claudi Ferrer interpreta a Vincent con quien, además de un parecido físico, tiene cierto paralelismo vital.

Ferrer siempre había soñado con dedicarse a las artes escénicas, aunque no fue hasta cumplir los cuarenta cuando se decidió a intentarlo. Y casi medio siglo después, con una gran trayectoria profesional, su experiencia también demuestra que no hay edad para lanzarse a desarrollar un talento. “Esta obra habla de que todos tenemos una habilidad, incluso las personas con una enfermedad mental. Siempre hay algo que hacemos muy bien, solo es cuestión de descubrirlo y de encontrar en el entorno el apoyo necesario para poder llevarlo adelante”, concluye el autor de Vincent, que del 15 al 18 de septiembre puede verse en Sala Russafa.


Entradas: ALCEM EL TELÓ 2022 VINCENT (salarussafa.es)