Hablamos en A Escena Valencia con la actriz Lola Moltó, que cada semana entra en nuestras casas como Dora, uno de los personajes más queridos por la audiencia en una de las series emblemáticas de la televisión, "L'Alqueria Blanca". Además, compagina el rodaje de la nueva temporada de capítulos con proyectos teatrales como "Descarados", una producción de L'Om Imprebis y Olympia Metropolitana con Carles Castillo, Carles Montoliu, Juan Gea, Marta Chiner, Víctor Lucas y Rafa Alarcón; y "La comedia de la vida", en la que compartes escenario con Marta Chiner.

A.E.: Me gustaría preguntarte por la nueva temporada de "L'Alqueria Blanca", que ha comenzado su emisión estos días en À Punt. Y por supuesto, por tu personaje. ¿Qué le va a pasar a Dora en estos nuevos capítulos?

L.M.: Como la vida misma. Me esperan cosas maravillosas y otras no tanto. En una serie, todo lo que nos podría pasar en la vida se condensa. Lo que nos pasa es muy intenso. Si no, no habría vida en la serie. Es como cuando vemos una película, pasan muchas cosas fuertes.

A.E.: Conocemos la faceta de Dora. "Patidora", siempre con su familia, se preocupa por todo el mundo. Tanto la temporada anterior, como en este caso, le han dado esa faceta de enamorarse. Esos momentos felices al personaje. ¡Por fin!

L.M.: Es muy bonito. Ya me gustaría que me pasara en la vida real. Ese momento maravilloso y de emoción. Creo que lo estamos viviendo, no como adolescentes, pero sí con mucha ilusión. La verdad es que cuando lo lees, resulta muy tierno. Dos personas que ya son mayores y que no esperaban nada; y vuelve a surgir el amor. Es una cosa muy especial. El amor no tiene edad. Todo está en nuestra cabeza. Cuando te enamoras de alguien, da igual la edad que tengas.

A.E.: Quería preguntarte por los ritmos de grabación, por ese "acelere". Hablamos de una serie diaria; los plazos son los que son. Me imagino que habrá sido una vorágine cambiar el ritmo de una serie semanal a una serie de emisión diaria. 

L.M.: En la semanal, también íbamos muy rápidos, pero paras. Sabes que tienes dos meses y ya paras ahí. Lo que ocurre en la diaria, aparte de que el ritmo se ha acelerado, es que no vas a parar. Aunque paremos 15 días o un mes, casi no te da tiempo porque se te acumula. De repente, tienes otra tanda de capítulos. Tienes que planificártelo todo muy bien. Organizarte los capítulos muy bien. Todas las secuencias. Calmar la mente es muy importante. No lo logras siempre, pero es estar como en modo zen. 

Una cosa que decía Antonio Díaz Zamora estaba muy bien, porque era "como estar alerta, pero con la energía justa para actuar", que no es ni mucha ni poca, en equilibrio. Y esto es lo que necesitas. Calmarte, ir tranquilo. Entrar al set muy tranquilo. Que todo lo que has estudiado y has memorizado esté ahí. Desde esa tranquilidad, que fluya todo. Que confíes. Confiar, y siempre desde la tranquilidad. 

Justo una de las actrices decía "he dormido dos horitas". Si te tienes que levantar a las cinco de la mañana, aunque te acuestes a las nueve, igual no te duermes a las nueve. Ya sabes qué nos pasa, que no te duermes, se hacen las once. No me queda tiempo para dormir, ya no te duermes. Si eso lo arrastras muchos días y llegas al rodaje sin haber dormido bien, no tienes la mente tan despejada y no te fluye tanto el texto. Todo eso es, más que el ritmo, que te encuentres bien, despejada, lista. Para lo que te pidan como actriz. 

Somos como un depósito de emociones, y debes estar preparada para que en ese momento justo surja esa emoción. Allí muchas veces, la gente que trabaja de técnico, o de vestuario, te dice "¿pero cómo lo puedes hacer en un momento que te dicen que hagas esto y lo haces?". Somos profesionales y estamos entrenados para dar todo en un segundo. Es como pasar del 0 al 100 en nada, y hacer lo que te piden. Si no estás con la medida justa o te pasas o no llegas. Tienes que estar desde la tranquilidad.

A.E.: ¿Cómo ha sido compaginar el rodaje de la serie con teatro? Has estado con el rodaje de la serie, y también en funciones con "Descarados" en el Teatre Talia, y también con "La comedia de la vida" en el Teatro Olympia este verano. ¿Cómo ha sido compaginar rodaje y teatro?

L.M.: Ha sido bastante locura. Ahora no estoy viviendo en Valencia, vivo relativamente cerca. Acababa el rodaje, estamos rodando en Buñol, y me iba al teatro. Aparcaba, comía, me tumbaba en el coche, cerraba como media hora los ojos. Cuando me despertaba de la mini siesta, me estudiaba las secuencias del día siguiente, que ya me las había organizado. Me iba al teatro y al acabar la función me volvía a casa. Con lo que me gusta a mí la "cervecita" cuando acabo (risas). Pues no, me iba a casa, una valeriana y a dormir. También es verdad que no iba todos los días. Me lo había organizado y lo había hablado con la productora para no tener que ir todos los días. Eso lo ha facilitado. Ten en cuenta que tenemos sábado y domingo, pero el lunes y el martes no tenemos teatro. Eso también ayuda. Es un poquito de locura, no lo recomiendo a nadie (risas). No podemos dejarlo, en esta profesión no puedes decir que no, porque nunca sabes lo que te va a pasar. Además, me considero una actriz de teatro. Me gusta estar en el teatro también.

A.E.: Quería preguntarte por "Descarados", una producción de L'Om Imprebis y Olympia Metropolitana. Una comedia de Darío Fo, además divertidísima y con esa familia, porque ya sois una familia después de tantos bolos con "Por los pelos".

L.M.: Somos como una familia de hecho. Como soy intensa también me lo cojo todo así. El proceso fue duro. Por la cantidad de texto que hay, y el personaje que tengo yo hay un momento de la segunda parte que no para, con toda esa comedia de equivocaciones de la segunda parte. Fue fructífero y doloroso. A veces pensaba "no llego". Creía que no iba a llegar. No me puedo aprender todo esto, moviéndome tan rápido. Y al final, sí que llegas y sí que puedes. Eso también te da satisfacción y confianza. Tienes comprobado que trabajando sobre las cosas llegas. Ya sabes cómo somos que si no tenemos lo que queremos inmediatamente o al cabo de dos días, te crees que no va a venir nunca. Estoy muy contenta, porque a la gente le gusta. Funciona muy bien. La gente se divierte. Estamos todos encantados. 

A.E.: Cuando vi la función comprobé que en este caso tu personaje y el de Juan Gea lleváis el peso más principal por el propio texto. Además, creo que con las vecinas hay una obra aparte que habría que hacer.

L.M.: De hecho, fue muy gracioso. En un principio las vecinas no salían. Me acuerdo que estrenamos en Sumacàrcer. Luego fuimos a L'Eliana, y nada más llegar le digo a Santi: "Santi es que estado pensando que las vecinas tienen que salir"; y él me dijo: "Espérate y verás la sorpresa". Ellos ya lo habían pensado y ya estaban con todo el vestuario. Hubo un día en el Talia, cuando estuvimos allí en la temporada, que yo no las miraba mucho. Uno de los últimos días me dije "voy a mirarlas". "Voy a trabajar la mirada". No podía mirarlas porque me descojonaba. Un día las miraría y no podría continuar. Y pensé "ya no las voy a mirar". "Las voy a mirar, pero de refilón", porque mirar a los Carles, que son tan maravillosos, es una risa. Estas vecinas tienen mucho recorrido, creo que podríamos hacer un trío de vecinas. "Las vecinas", ya tengo el título, o "La vecinas trans". 

A.E.: ¿Quería preguntarte por las próximas funciones de "Descarados"?

L.M.: En octubre y noviembre tenemos bolos. También en diciembre, y luego volvemos al Talia otra vez.

A.E.: Quería preguntarte también por "La comedia de la vida", que además vuelves a coincidir con Marta Chiner, y en julio estuvisteis en el Olympia.

L.M.: En julio estuvimos en el Olympia. También estuvimos en la Feria de Julio. Muy bien la verdad. Es una comedia muy fresquita, muy llevadera. La gente se lo pasa muy bien. Tocamos como varios estilos del teatro. Cuando nos dirigimos al público es como un monólogo. También cantamos, bailamos. Lo que pensamos se traduce en una canción. Son varios códigos y diferentes. Viene muy bien para estar despierta. A veces, piensas que ya lo has hecho todo. Pero luego te pones a hacer y además otras cosas, a cantar, a bailar y ¡qué gozada!. Aún me queda muchísimo por hacer. Estoy por ir a clases de canto, y ser actriz musical. En el teatro, tenemos la suerte de tener personajes de nuestras edades, como hace por ejemplo Lola Herrera. 

Muchas gracias a Lola Moltó por esta entrevista para A Escena Valencia.