Es uno de los espectáculos más esperados de la temporada, y la vuelta a los escenarios de la directora y coreógrafa Rosángeles Valls. Ha agotado localidades en San Miquel dels Reis y retrata el crudo mundo diario por el que pasan y viven las mujeres afganas y sus familias. Su título "Kabul", una propuesta escénica que mezcla texto, danza y música. Una producción de la Dirección General de Cultura i Patrimoni. Conselleria d'Educació, Cultura i Esport de la Generalitat. Producción delegada de Yapadú Artística.

Hablamos con Rosángeles Valls del proceso de creación de "Kabul" en A Escena Valencia.

A.E.: ¿Cómo surgió la idea de hacer "Kabul"?

R.V.: La idea de hacer "Kabul" surgió de Carmen Amoraga, la directora de Cultura y Patrimonio de la Generalitat Valenciana. Una mujer fuerte, decidida, que no le asusta el riesgo, y sobre todo con un sentido de cultura pública que la hace diferenciarse bastante de todo lo que existe en la Comunidad Valenciana y en España. Ella tiene un espacio maravilloso como es San Miquel dels Reis, en el que el patrimonio, el propio espacio, ha sido y tiene muchísima historia. Piensa que lo tiene que resguardar, que lo tiene que tener vivo. Y vivo significa utilizado para la cultura, para que lo disfruten los valencianos. Y utilizado con un sentido, no solamente de riesgo escénico sino de utilidad pública. Me parece maravilloso lo que está haciendo en la Dirección General de Cultura y Patrimonio.

A.E.: Además, no cabe duda de que "Kabul" es un proyecto muy especial por muchos motivos. Trabajas con Rodolf Sirera en la creación de textos, y con Rebeca Valls como actriz. A todo ello, se añade tu esperado regreso a los escenarios tras "Âtman, el comiat", que fue el broche de oro de despedida para Ananda Dansa. ¿Cómo ha sido este regreso y poder vivirlo con el equipo?

R.V.: Trabajar con Rodolf Sirera y con Rebeca Valls ha sido un camino de rosas. Son dos personas con talento, grandes, generosas, en las que confío plenamente. Rodolf y yo hemos trabajado toda la documentación que hemos reunido a lo largo de estos meses previos; y Rodolf con su generosidad le ha dado forma bella, cruda, despiadada, en verso-prosa. Y eso ha hecho engrandecer el espectáculo. Luego esos textos los ha cogido Rebeca, y con su talento y su generosidad, su gran amor a las palabras, lo ha hecho suyo, y a través del movimiento lo ha llevado a este espectáculo para hacer una simbiosis total con el trabajo de las bailarinas. Creo que ambos, cada uno en su vertiente, han hecho un trabajo muy hermoso y ayuda a que el espectáculo sea mejor, mucho mejor. Y además de las cuatro niñas que tengo, un equipo maravilloso, que están todos, como dice una de mis bailarinas, Ana Lola Cosín, dándolo todo continuamente. 

Nada de esto hubiera sido posible si no hubiera tenido un equipo a mi lado, de mujeres bailarinas, creadoras, intérpretes. Ocho mujeres que hemos trabajado codo con codo, que son un ejemplo de profesionalidad de esta ciudad. Mujeres a las que amo como personas y respeto muchísimo y admiro como bailarinas y profesionales.

A.E.: Y a todo ello se le añade un sitio mágico como es San Miquel dels Reis a la hora de poner en pie un proyecto. Además de la puesta en escena, la iluminación... ¿Cómo ha sido el trabajo en San Miquel dels Reis y elegirlo para este espectáculo?

R.V.: Elegir San Miquel dels Reis estaba dado por la iniciativa de Carmen Amoraga. Elegir ese espacio ha sido una decisión personal, que también asumió Carmen. Le gustó mucho. En ese claustro no se habían hecho nunca espectáculos, porque son muy difíciles de hacer allí. No solamente porque es enorme, son cuatro escenarios, de 10x10, cuatro escenarios igual que en el Teatro Principal. También porque el público no puede verlo desde abajo, hay unos setos, había que subir al público arriba, y verlo en picado. Para mí, han sido retos artísticos que me seducían. En lugar de echarme para atrás, me seducían esos retos. Siempre he trabajado en un escenario convencional, para la cuarta pared. Para mí trabajar en este espacio ha sido un reto muy apetecible. Hacer cosas que no he hecho nunca. Trabajar con el público en los cuatro lados, en los escenarios, cinco en este caso, porque he puesto un escenario central, con el público arriba. Hemos tenido problemas y los seguimos teniendo, problemas típicos de un claustro. Hay un ligero "reverb" en el sonido. Son cosas que tenemos que asumir a cambio de la belleza de ese espacio.             

A.E.: Ahora que ha pasado el estreno del espectáculo, ¿qué reacción has recibido del público?

R.V.: Está teniendo una recepción de público maravillosa. Estamos llenando todos los días. Cuando sale el público, sale emocionado. Me buscan, me abrazan, lloran en mi hombro. Es un espectáculo muy duro, pero muy hermoso. La belleza que tiene el horror despierta unos sentimientos muy controvertidos. Siempre hay gente que, como el espectáculo termina con un canto a la esperanza, sale muy emocionada. Eso nos reconforta a todos. Nos reconforta porque cualquier espectáculo del mundo se hace para conectar con el público. Este espectáculo lo ha conseguido, a pesar de todas las dificultades.  Es más fácil trabajar en un espacio cerrado, reducido, con un contacto directo con el público. Aquí es todo lo contrario, el espacio es muy amplio, no hay contacto directo con el público. Hay problemas por estar al aire libre, y sin embargo esa conexión existe. Nos sentimos todos muy agradecidos, la verdad.    

A.E.: Ahora que has estrenado "Kabul", ¿se abre un nuevo ciclo para ti? ¿Qué proyectos te gustaría poner en pie?

R.V.: Siempre. Siempre tengo en mente cosas que me gustaría hacer y poner en pie. Siempre hay cosas en esta sociedad que estamos viviendo, que me indignan y que me llevan a querer denunciarlas y hablar de ellas, y sensibilizar. De momento estoy terminado las funciones de "Kabul" y estoy centrada en ello.  

Fotos: Fede Caraduje