Del 26 al 29 de agosto en el Teatro Olympia de Valencia, la compañía de José Huertas nos trae una vibrante y enérgica visión de "Don Quijote", que mezcla danza, folklore y flamenco. El vestuario del espectáculo corre a cargo de Francis Montesinos. Hemos podido hablar con José Huertas en A Escena Valencia sobre el proceso de creación del espectáculo y su estreno en el Teatro Olympia.

A.E.: ¿Cómo están siendo los preparativos para el estreno de la nueva temporada en el Teatro Olympia?

J.H.: Una vorágine de trabajo, de jaleo... (risas) Todo el tema de la pandemia ha influido también, porque hemos tenido que parar obligatoriamente. Gracias a Dios nos hemos ido escapando con el programa Platea. Hemos podido hacer la temporada pasada relativamente bien. Luego enganchamos con Platea de nuevo, y haremos temporada por toda España, luego también Turquía. Incluso también se está hablando de Emiratos Árabes. Vamos a ver si las fronteras se abren poco a poco, que es lo que esperamos todos.

A.E.: Esta versión del Quijote quizá no tenga tanto que ver con la obra en sí, sino más con el personaje, con la figura del Quijote.

J.H.: Sí. No me gusta centralizar en mis espectáculos a mi persona, o al personaje en sí. Una compañía, un ballet, es todo un conjunto. Indiscutiblemente, en este caso, los personajes principales son Don Quijote, Dulcinea y Sancho Panza. Lo que es el cuerpo de baile y el espectáculo, las coreografías, son claves, tienen el mismo peso. Igual que la iluminación. Todo es un espectáculo desde que entras hasta que sales del teatro.

A.E.: Viendo el programa del espectáculo, se habla de flamenco, pero también de danza española, de folklore, se refleja la filosofía artística de Antonio Gades. Quería preguntarte cómo se plasma en el espectáculo.

J.H.: Mi camino ha sido esa filosofía artística de mi maestro, que fue Antonio Gades. Es de lógica, porque he mamado esa escuela, ese camino y esa forma de teatro, de danza. Es un lenguaje muy característico. En esa línea también vengo de Antonio Gades, Pilar López, Vicente Escudero, José de la Vega. Es un camino que la gente lo ve. No puedo bailar de otra forma. Soy el continuador de una escuela. Esos son los cánones que sigo por mi camino artístico. Lógicamente, nuestra idea, tanto de Marta Fernández, la dirección artística, como mía, es esa mezcla del folklore manchego, la danza española y el flamenco. Esa conjunción de músicas y de variedad es lo que gusta.


A.E.: Quería preguntarte sobre la música, porque hay mezcla de lo que creó el músico austríaco Minkus, hay guitarra española... 

J.H.: Mezclamos las seguidillas manchegas, con Minkus, que es el clásico por excelencia del ballet clásico. En este caso, la composición de la guitarra flamenca es de Diego Losada, uno de los compositores del Ballet Nacional de España. Ha salido la verdad es que bastante bien.

A.E.: Me comentabas antes que hay posibilidad de gira para el espectáculo, no solo en España sino también en otros países. ¿Crees que esa mezcla de elementos, ya que la gente conoce el flamenco, conoce el Quijote, puede crear un efecto de reclamo?

J.H.: Claro, estamos hablando de Miguel de Cervantes, del Quijote, que es la obra cumbre de la literatura española, se ha traducido a miles de idiomas. Todo el mundo conoce el Quijote en el mundo entero, y también conoce el flamenco, y el folklore de cada tierra, que el pueblo lo conoce. Todo ello ayuda a que este "Don Quijote" funcione. Esta mezcla cuaja en cualquier país porque es muy reconocido. El enganche con el público que se buscaba en este caso es Don Quijote, flamenco y danza española. Somos una compañía de 22 personas. Hay que estar bastante loco para tirarse ahora al barro (risas)


A.E.: Del 26 al 29 de agosto en el Teatro Olympia de Valencia. ¿Qué es lo que va a encontrar el público cuando vaya a ver el espectáculo?

J.H.: Es una mezcla de danza flamenca con teatro, es el quid de la cuestión. Van a ver teatro danzado. Somos actores, los bailarines dentro de El Quijote tienen que representar lo más destacado de lo que conoce todo el planeta, que es el Quijote. La taberna, los molinos con sus gigantes, Dulcinea. Lo más típico y reconocible. Además de la técnica de los bailarines, el público reconoce lo que pasa en la obra porque conoce el Quijote. Desde pequeños lo tenemos en el colegio, es relativamente fácil.

Artículo: Pablo Ricart | Imágenes: Sergio Lacedonia (MúsicayPhotografia)