Cuatro temporadas de éxito. Una extensa gira por toda España, agotando localidades. Uno de los fenómenos teatrales de la cartelera valenciana y todo un clásico. Hablamos de "Por los pelos", una comedia que nos hará disfrutar hasta el 25 de julio en el Teatro Olympia de Valencia.

L'Om Imprebis y Olympia Metropolitana producen esta nueva versión, dirigida por Santiago Sánchez, con un reparto encabezado por Rafa Alarcón, Carles Castillo, Marta Chiner, Lola Moltó, Carles Montoliu y Alfred Picó. También han participado en el espectáculo Juan Gea y Lara Salvador.



Hablamos con el reparto de "Por los pelos" sobre qué significa para ellos este espectáculo y cómo están viviendo esta cuarta temporada de éxito en el Teatro Olympia.

A.E.: Quería daros la enhorabuena. Son cuatro temporadas. Es un gran éxito. No es algo habitual en Valencia tener una obra cuatro temporadas, y además sigue llenando los patios de butacas. ¿Cómo estáis viviendo este mes de julio en Olympia con el regreso del espectáculo, y la respuesta del público?      

Rafa Alarcón: La verdad es que estoy viviendo este mes de julio en el Teatro Olympia de una manera muy guay porque nos damos cuenta que es algo que le hace falta a la gente. En este tiempo de pandemia hemos estado encerrados, malhumorados, tristones, y esta obra en concreto es una catarsis. Los primeros 45 minutos es una comedia más clásica, pero luego al abrir la cuarta pared y hacer al público partícipe, la gente puede expresarse, puede aplaudir, puede gritar, puedo incluso increpar a los acusados, con lo cual se convierte en una experiencia mucho más allá del teatro. A la gente le viene muy bien desahogarse.

Carles Castillo: Es un regalo. En los tiempos que corren, volver a Valencia y estar en el Teatro Olympia es como estar en casa. Yo siempre digo que el Talia es una habitación del Olympia, y el Olympia es una habitación del Talia. Es nuestra casa en Valencia a nivel teatral. Ha ido muy bien y la verdad es que la gente se lo está pasando genial. Hemos cogido esta temporada con muchas ganas, creo que está siendo la mejor temporada. La gente se está riendo muchísimo más, está cogiendo más detalles. En esta ocasión, estoy siendo más el "asesino" que otras veces, será que empiezo a caerle mal a la gente.  

Marta Chiner: Estamos gratamente sorprendidísimos. Cada plaza a la que vas, incluso en la misma ciudad, cada teatro tiene su público. Cada público viene de un sitio, responde al estímulo de la función de manera diferente. No habíamos hecho Olympia nunca. Hemos estado en Talia, en Teatro Príncipe, en Teatros del Canal, hemos estado por toda España. Es cierto que tenemos muy testada la función. Depende del público, del norte, del sur, depende del público... Cada uno respira de una manera. Pensábamos que iba a ser igual que las otras veces en el Talia, pero aquí va incluso mejor. Entran absolutamente todos los gags. Ayer lo comentaba con Lola. Hay público que está pendiente del gag, de la función. Nunca lo sabes hasta que llega el final, los aplausos son avasalladores. Intuyes mucho al público. A veces están más por la risa, y a veces están más por la historia. Es un público entrenado en la risa, en el teatro comercial, pero también entrenado en la parte seria de la función. Cuando se da eso, la función va muy bien. Nos coloca no solo en hacer las bromas al servicio de la función, nos coloca en los dos puntos. Como estar en los dos hemisferios. Nos viene de lujo y la respuesta está siendo buenísima. Las funciones están saliendo maravillosas. Estamos muy contentos. Ya no hablo por mí, sino por mis compañeros, actores muy habituados a pisar escenarios. El público como un elemento fundamental, es quien decide, quien hace la función. A ellos eso les gusta mucho.  

Lola Moltó: Estoy de maravilla. Es un regalo. "Siempre dicen que donde hay pelo hay alegría" (risas). Es un regalazo estar en esta compañía. Ya parecemos compañía, y estar en el Olympia. Cada vez que salgo al escenario les decía a mis compañeros "aquí ha estado Héctor Alterio, Concha Velasco... todos los grandes... Ana Belén... todos los actores han pasado por el Olympia"  Y pisar ese escenario es un regalo. Da mucha alegría.

Carles Montoliu: Agradecido. Imagínate. Se estrenó en 2017 y estamos en 2021. La verdad es que es un éxito, un hito, no es lo habitual evidentemente. Por supuesto, esto es gracias a disponer de un teatro y de la colaboración de Olympia Metropolitana y L'Om Imprebis. Creo que muchas veces no se les da tiempo a otros trabajos a que nazcan. En este caso, se ha dado el tiempo para que nazca, la apuesta, es una comedia, un espectáculo participativo. Es un espectáculo que tiene éxito mundial, de récord. 

Ahora las obras están cuatro días, cinco días... No hay un punto de referencia para el espectador. No hay boca oreja. La curiosidad cuando alguien dice "me ha gustado una obra, ¿cómo era?, ¿dónde está?" y luego ya no está. Las cosas no pueden tener éxito en una ciudad. Para mí es un privilegio que la gente se ría de nuevo en esta época, creo que es sanador, necesario. Ahora hace falta para el estado de ánimo de la gente. La gente tiene ganas de comedia.

Alfred Picó:  Me reencuentro esta temporada con el comisario Serrano. Es muy agradable. El espectáculo es un fenómeno teatral. Abarca un amplio espectro de público. Tiene una conexión y un boca a boca fantástico. Es un éxito asegurado. Muy agradecido por volver a retomar este personaje después de un tiempo alejado de él. Feliz de participar en estos fenómenos. No es habitual cuatro temporadas en Valencia. Me ha ocurrido alguna vez en Valencia con "Besos" y con "Spot". Siempre es un placer trabajar en proyectos que gustan al público. Es uno de los mayores regalos que un actor puede tener.         


A.E.: Creo que es una tradición en Valencia, cada vez que vuelve el espectáculo ir a ver "Por los pelos". Ha estado en el Teatre Talia, y ahora en el Teatro Olympia, y se repite el éxito. Pude disfrutarla estos días en el patio de butacas, y me alegré de ver tanta gente en el teatro, y su participación tan activa en el espectáculo. Es una función complicada, porque como espectador te puede parecer fácil y cercana, pero lleva un engranaje muy complicado, que mezcla teatro de texto y una parte muy importante de improvisación con el público. ¿Lo que os da el público es parecido en todas las funciones o depende de cada función? ¿Cómo es para vosotros como intérpretes trabajar una función de estas características?

Rafa Alarcón: Para mí trabajar una función que tiene parte de texto y parte de improvisación y de juego con el público, para mí es muy divertido, yo estoy muy acostumbrado porque llevo 20 años haciendo monólogos. En los monólogos hay una parte escrita y una parte muy viva de interacción con el público. En todos mis monólogos tengo 20 minutos de interacción con el público de lo que ellos te dan, con el esquema que tienes e ir sacando gags. Con lo cual, eso me parece lo más vivo y lo más excitante porque tienes que estar con la adrenalina a tope. Es lo que te hace estar a tope y es lo que te hace estar atento y lo más divertido. Es una función complicada en ese sentido, pero también tiene su punto. Llevo 20 años haciéndolo y me lo paso muy bien.

Carles Castillo: Cada día hay preguntas diferentes que no están en el guion. Te tienes que buscar la vida para salir airoso de la situación. Una es la parte técnica, que no se sale del guion, para que se entienda bien la historia y los personajes. Luego, cuando se rompe la cuarta pared y se encienden las luces del patio de butacas, la gente piensa "madre mía, ahora estos me van a sacar". Es el momento en que el público entiende que es un juego, que todos pueden participar. Te pueden preguntar lo que quieran. En la manera que respondemos, se crea una magia muy grande. Al principio levantan 1 persona o 2 la mano, pero luego no se puede parar. Hay como unas 60-70 preguntas. Por ejemplo, una pregunta "por qué me quito el delantal y no bajo", pues porque lo dejo en el apartamento con la ropa sucia, y te dicen "pues a mí me gustaría verlo". Y pocas veces es el público el que dice que quiere verlo, porque luego es la policía la que decide bajarlo del piso para que lo vean. Ayer mismo un espectador dijo "pues yo quiero verlo", para ver que me había manchado el delantal con tomate, pimiento... Es una pregunta, pero además con una exigencia del espectador. Es lo bonito, le exige a la policía enseñarlo porque no se lo cree.  

Marta Chiner: "Por los pelos" es una escuela. Todo actor debería pasar por una escuela así. En los momentos de improvisación, lanzas una pelota. Ayer por ejemplo, hay un momento de impro mía, yo me vi a mi misma, que lancé la pelota, y me dije "tranquila, las manos bajo, cuando veas la pelota asomar por el... ya tiras". Estás tan entrenada que no necesitas estar allí antes. Hice una formación de tao, de hace cuatro años, para ser instructora de un arte marcial. Recuerdo las clases de artes marciales de un profesor mío, que decía que con la energía los maestros notaban cuando los agredían por detrás. Lo notas en la energía, no en el físico. Pues esto pasa en una función como "Por los pelos". Por ejemplo, esto los Carles lo tienen super entrenado. Ellos con Santi son pioneros en este tema. En el caso de Rafa, con todo el tema de monólogos, tiene una velocidad para coger al público y hacer chistes brutal. En el caso de Alfred, o de Juan, en el caso de Lola ya ni te cuento. Quiero decir con esto que entre nosotros nos nutrimos. Y luego cuando tú estás frente al público no tienes ningún miedo. El habitar "en presente" es un aprendizaje de presente. Cuando llegue ya veremos qué hago, pero no tengo que ir ni por delante ni por detrás. Suelo notarlo. Al final es lo mismo, todo fluye, el escenario se pisa como se pisa la vida. El regalo de una función como "Por los pelos" que llevamos más de 400 funciones es ese. Tú vives en escena como vives y respiras en la vida. Una maravilla.

Tenemos el personaje tan mimetizado... Las preguntas están todas cubiertas por guion. Tienes un libro que te lo tienes que estudiar todo, pero hay muchas más preguntas. Tenemos al personaje tan incorporado que va solo. Él solo sabe lo que tiene que contestar. El otro día solté una burrada y dije "yo lo único que tengo rojo es lo de arriba y lo de abajo" (risas) Nos entró la risa a todos y me dijeron "qué bruta". Hay momentos en los que te quedas pensando "me ha poseído esta chica" (risas). Está tan bien hecha la función, y los personajes son estereotipos. Tu te mueves en ese parámetro, en ese patrón los límites están muy bien establecidos. Tu sabes desde dónde tienes que contestar, cuál es el terreno del otro actor. No es algo mental, es algo físico. Sabes el terreno en el que se mueve la señora de Boluda, Santamarta, en el que se mueve el peluquero... improvisas desde tu terreno, tienes muy claros los límites. Creo que este es el secreto de poder improvisar, de que fluya, y de que veas los colores de cada personaje. Improvisas solo. Hay momentos en los que nos da el ataque de risa a todos, y se produce esa fiesta, se ríe el público, nos reímos nosotros. Es una fiesta cuando ha pasado esto.       

Lola Moltó: Es un reto, pero es una cosa fascinante. De adrenalina. Ayer lo estábamos comentando, con unos chicos que vinieron italianos, que están aquí aprendiendo castellano, y la verdad es que fue muy divertido. El público nunca es el mismo. Nos enfrentamos cada día a esa incertidumbre. Es una cosa que te llena mucho. Te hace disfrutar. No sabes qué van a decir. Qué van a preguntar. Es un reto maravilloso. Lo estoy viviendo todo como un gran regalo. Estar el mes de julio en el Teatro Olympia es un regalazo. Estaría toda la vida actuando. Todos los días haciendo teatro.           

Carles Montoliu: Nos seguimos sorprendiendo con el público. La propia obra tiene una guía, un manual de posibles preguntas, que el público hace. Hace 30 o 40 años que se está haciendo esta comedia. El autor ha cavilado qué posibles preguntas, porque las incita él con el texto, con la reconstrucción. Me parece magistral. Creo que el público supera en preguntas a las que él soñó y preguntó. Es más maquiavélico y retorcido sospechando (risas) y gente que ya la ha visto dos o tres veces, para ver dónde le pillo y qué pasa. Vamos adquiriendo recursos, cómo responder a una cosa. El juego también es el inocente y sostener tu inocencia, pero al mismo tiempo todos tenemos que tener un punto, un detalle, un motivo, una manera de hacerlo e interpretarlo que parezca sospechoso. Todos tenemos que tener una parte de sospechoso y otro de inocente, para que se equilibre. Y es el público con sus preguntas y su reconstrucción el que va a decantar también su voto. Nosotros escuchamos muy bien al espectador, no solo la pregunta sino la forma en la que lo hace. Hacer protagonista al público de su pregunta; es el protagonista de ese momento, y su pregunta es clave para resolver el caso. Si tú le das el valor a esa comedia y funciona hasta el final es como una mascletà. Arranca y ya va sola. Incluso que el público vaya cambiando su punto de vista durante la función. Es lo bueno que tiene la obra, que va cambiando. Hay gente que participa, hay gente que es más retraída. También siempre desde el equilibrio.   

Alfred Picó: Tengo que reconocer que al principio me daba muchísimo respeto. La parte de improvisación y de interlocución con el público era algo para mí desconocido. He trabajado con cuarta pared en comedias, muy divertidas, y no la traspasábamos. En este caso, eso venía en el espectáculo, viene en el espectáculo. Para mí era un reto personal, porque siempre me causó mucho respeto lo que podía pasar. Con el tiempo, afortunadamente das los pasos, aprendes a gestionar las situaciones. Es de los mejores recuerdos que puedo guardar como actor. Este espectáculo me ha permitido aventurarme en el mundo de la improvisación. Para mí es lo mejor que me ha pasado en este espectáculo. 

El espectáculo tiene una arquitectura dramatúrgica, una escritura compleja y muy interesante. Toda la parte de preguntas, toda la parte de improvisación es un amplísimo abanico de posibilidades. Luego no salen todas porque son muchísimas, pero el autor contempla muchísimas posibilidades con preguntas dispares. Aun así te sorprenden. El otro día, dijeron que la señora de Boluda llevaba en su bolso un mando a distancia y había apagado la música del primer piso. En función se comprobó el bolso, y no era un mando a distancia, sino un teléfono inalámbrico. Sorprenden muchas veces las preguntas de lo que ha visto y de la percepción que tiene de lo que ha visto. El abanico de preguntas que te puede hacer el público es muy amplio. En cuanto a los finales, realmente hacemos que sea el público el que decida. Rafa y yo hacemos el recuento, y evidentemente se hace aquello que ha ganado. Y tiene esa parte con tres finales, era un poco lioso. Hay mucho texto que se repite en los tres. Evidentemente, con el tiempo y el trabajo todo se va diluyendo. Es diáfano, es muy claro, cuando le toca a cada uno. Es la potestad que tiene el público, y nosotros la hacemos valer.         


A.E.:  En tu caso Alfred, el comisario hace el papel de mediador, el que lleva la batuta de lo que está pasando. Tiene también una función de narrador. Con respecto al resto de personajes, sería el más distinto. Sería el interlocutor entre obra y público. 

Alfred Picó: Es el payaso cara blanca. Intenta mantener el orden, una cierta coherencia, una cierta investigación. Es el que sirve los gags, porque los gags los tienen los otros, y tienes que servirlos. Sobre el ritmo, el comisario tiene la responsabilidad de mantener un cierto ritmo en el espectáculo. Es el responsable de que las partes estén en su tiempo, y que podamos pasar de una cosa a otra de la manera más diáfana posible. Hay partes que requieren mantener ese tiempo. 


A.E.: En el caso de la señora Boluda y el peluquero sois los personajes más cómicos de la función. 

Carles Castillo: Para mí es un regalo este personaje. No me ha sido fácil. Tenía que unir los timbres de voz tan variados que hay en la función, los ademanes afeminados del personaje con el texto. Tenía que unificar el resultado para conseguir un Toni Carreras muy simpático, muy "loca", y de hecho la gente le coge mucho cariño. En el caso de la señora de Boluda, es un personaje que dentro de su seriedad tiene mucha comicidad, porque todo lo que dice es tan exagerado, tan al límite. Lo bonito del humor es hacerlo tan en serio. En el caso de Toni Carreras, está pendiente de sus cosas, de que entren tíos buenos a la peluquería, que gane dinero, que la señora Isabel Sczerny deje de tocar el piano y le deje en paz. Y todo ello hace que ese personaje se haga con tanta energía y tan divertido.

Lola Moltó: Es un gustazo, porque es una facha "redomà" (risas). Tiene esa cosa... Es que cuando hacemos personajes que están tan lejos de nosotros también es muy bonito. Siempre intento, con la señora de Boluda, exagerarla al máximo. Para que la gente vea que es una mujer radical, es muy fuerte. Le intento dar la vuelta con la educación, pues ahora meter lo de sanidad, lo de las vacunas. La señora de Boluda es un caramelo, un gustazo. Me estoy mimetizando con ella. Me gusta ir a las tiendas de marca (risas).           

A.E.: ¿Hay algún personaje que salga más de "asesino" o va variando según las funciones?

Rafa Alarcón: Suelen salir más Bárbara y Santamarta, sobre todo Bárbara, porque es la que tiene más, se le acusa más, tiene un móvil más claro, es la heredera directa de la señora de Boluda. Es más potente eso. Y luego, Santamarta porque tiene esa pinta de malo y cuando se cabrea llama más la atención. Toni es más bonachón, sale menos veces, y tiene menos un móvil menos potente.

Lola Moltó: Los que más salen son el señor Santamarta y Bárbara. Estamos viendo ahora en el Olympia que Toni sale también mucho. Lo bueno que tiene el Olympia es que está en la calle San Vicente. Es una calle muy transitada. Ayer aquello parecía la ONU (risas) Había italianos, argentinos, algún francés seguro... Ayer estaba prácticamente lleno.... Muy bien.

Carles Montoliu: Hay gente que viene y dice "he ido tres veces y no he visto tu final". La peluquera y yo somos los que más salimos, y Castillo menos. Esta semana creo que hemos salido uno cada día. Cada personaje tiene sus motivos, su final, su por qué. Curiosamente cuantas menos preguntas te hagan, menos cosas quieran de ti, pruebas... te culpan más. Si las respuestas les convencen, te exculpan. 


A.E.: Han sido muchos bolos,  tantas experiencias, es como un engranaje, ya os conocéis. ¿Cómo es subirte al escenario cada día con este reparto?

Rafa Alarcón: Subirte cada día con este reparto por un lado es un lujazo y por otro lado es como tu familia. Nos conocemos tanto ya y sabemos cómo va a tirar. Con una mirada nos estamos entendiendo perfectamente y sabemos perfectamente lo que va a hacer el otro. Los miramos y ya nos conocemos muchísimo. Es un gustazo y una tranquilidad muy grande. El espectáculo puede salirnos un día flojo y la función está brillante, y cuando nos sale realmente bien la función es para morirse de risa.

Marta Chiner: Nosotros como compañeros somos familia. Nos entendemos mucho. Hemos pasado por todo. Como las familias. Por broncas en escena, por querernos mucho. Estamos en un momento como ideal. Desarrollas la mirada hacia el otro de admiración. Y eso es muy importante. En una compañía que lleva tantos años como nosotros, parte del secreto del éxito es desarrollar esa mirada hacia el compañero. En el caso de Santi, él viene mucho. El sábado tuvimos un ensayo de cuatro horas. Viene a ver la función regularmente. Es una función que hay que regularla también. Por las características de la función. Se dan una serie de circunstancias, todas ellas, que hacen posible que se produzca el feedback con el público. Nosotros hemos pasado por todo. Ten en cuenta la furgoneta, los viajes, los rollos de cada uno, somos muchos, y ahora estáis muy hechos a estar juntos. Hay una complicidad muy bonita. Con todo lo que implica, que nos conocemos para lo bueno y para lo malo.

Lola Moltó: Somos ya una familia, más que una compañía. Somos una familia. Como todo, somos de un padre y de una madre, la verdad es que ajustarnos nos llevó un tiempo. Como en todo, cuando tienes pareja te molesta esto, te molesta lo otro, pero poquito a poco al ir conociéndose... conocerse es quererse. Nos hemos ido queriendo tanto, que las cosas incluso que nos podrían llegar a molestar nos divierten. Hemos llegado a una complicidad que es muy bonita, la verdad. Date cuenta que yo empecé con los Carles haciendo los cursos de Imprebis, de improvisación. Yo le decía a Santi "a ver cuándo haces una obra de dos mujeres". Con Juan Gea, con Alfred, con Marta que ahora estoy haciendo "La comedia de la vida".   

Carles Montoliu: Una fiesta. Las hemos pasado de todos los colores también. De reírnos el público y nosotros muchas veces. En Bilbao, Castillo se hizo un flequillo en el peinado, y yo le dije "déjatelo para el personaje que eso le da una cosa rancia" (risas). Esta función fue con Juan Gea. Juan que no lo había visto empezó a reírse y el público con nosotros. O preguntas que te hace la gente y nos entra la risa. Una vez a Rafa le dio por meterme cosas en el maletín, me ha puesto de todo (risas).  También es verdad que tienes que ir con cuidado, esta función es muy golosa para improvisar. A veces tienes que improvisar, porque hay claves... Es muy delicado, porque la parte de quién tiene que improvisar en ese momento, y está puesto en el manual de la función. Lo importante es estar al servicio de la función. Cuando eso se ha entendido y se entiende es una fiesta. Mi personaje no es el gracioso de la función, apenas tiene gags. Tiene tres contados. Luego está el peluquero y la señora de Boluda que tienen más gags, que hablan de la actualidad, de política, de clases... Para que la música suene bien cada uno tiene que estar en su sitio. 

A.E.: ¿Cuál es la siguiente parada en la gira de "Por los pelos"?

Rafa Alarcón: Lo siguiente que tenemos es San Sebastián, cinco días. En agosto, finales. Y luego tenemos algún bolo suelto por ahí. A partir de ahí no sé la vida que puede tener el espectáculo, pero yo creo que esta función no se acaba. Podemos dejarla descansar un año y retomarla de aquí a dos años y va a seguir vigente. Nos queda mucha España que recorrer y parte del extranjero.

Carles Castillo: Ahora vamos a ir a Donosti. Del 18 al 22 de agosto. Está yendo muy bien la venta de entradas. Gente que venga el primer día, es posible que vuelva a los dos o tres días con otras personas. En octubre y noviembre vamos creo que a Cheste, a Chiva, y al Puig.

Marta Chiner: Nos vamos a Donosti una semana. Del 18 al 22 de agosto. Al Teatro Victoria Eugenia. Estaremos una semana en el norte, con muchas ganas de ir allí. Un público maravilloso. Hemos estado en Bilbao dos veces. Hemos estado varias veces en Santurce. El norte nos gusta mucho. Un público muy especial. Tiene un sentido del humor muy especial que participa muchísimo. Tenemos muchas ganas de estar allí en agosto, la verdad.

Lola Moltó: Nos vamos a San Sebastián. Estamos encantados de la vida. Esperemos que la cosa se haya mejorado y podamos disfrutar de San Sebastián, de la playa, de la gastronomía, que es increíble. Como decía Montoliu, hemos ido por muchos sitios. Sabes que "Por los pelos" ha ido por media España, y lo que nos quedará. Esto no se ha acabado (risas). Dentro del momento en el que estamos, de mucha tristeza, también llevamos alegría a la gente. Es muy gratificante, la verdad. Cuando se acaba y empiezan a aplaudir pienso "ya tengo para dormir bien esta noche" (risas)  

Carles Montoliu: En agosto, nuestra siguiente parada es Donosti y más sitios que quedan en la gira. 

Alfred Picó: Sé que el espectáculo ahora va a San Sebastián. Yo me incorporaré de nuevo el 3 de octubre para hacer una función en la población de Chiva. Luego la gira continuará con Juan Gea, que es el comisario oficial en este espectáculo. 

     

A.E.: "Por los pelos" siempre llena, da igual el lugar donde se represente, siempre agota localidades. ¿Qué crees que hace tan especial a esta función?

Rafa Alarcón: Casi siempre desde la pandemia, ha habido veces que no se ha llenado. Por ejemplo en Bilbao antes de la pandemia y fue muy bien porque los dos días llenamos el aforo y los otros dos muy bien. Después de la pandemia fue más flojo porque teníamos la mitad de localidades de las que se podían hacer. Con la pandemia ha sido todo muy raro. Antes de la pandemia lo llenábamos todo o casi todo. Estaba lleno y creo que lo hace tan especial que no es habitual que una comedia sea tan divertida y la gente pueda participar. Y que también es para todos los públicos, puedes ir con niños, puedes ir con gente mayor, con gente de mediana edad. Es algo amable, vivo, que gusta a todos los públicos.  Depende de cómo esté el público. Si el público está más gamberro, la función sale más gamberra. Si el público está más tranquilo, la función está más tranquila. El público es realmente un personaje más, que marca el tempo de la acción y la energía que se imprime en el espectáculo. Es una experiencia que va más allá del teatro, porque la participación del público es tan fundamental, que incluso puede decidir el final. Es más una experiencia que un acto teatral, que lo es.

Carles Castillo: En toda España, como en Canarias que fuimos, fue espectacular. La gente se lo pasa tan bien. Cuando haces dos funciones seguidas en el mismo sitio, al día siguiente se nota el boca oído que ha ido a toda pastilla. La frescura. Pasados los primeros 26-27 minutos, el público se sitúa, y le hace pensar, siempre con humor. En plan positivo y divertido. Y sobre todo, la interacción con el público. A la gente le hace partícipe y eso le gusta.

Marta Chiner:  El público se siente protagonista. El público es un personaje más. Gusta tanto a público teatral como a público no teatral. El público viene al teatro, y luego puede ir a ver otras funciones porque ha venido esa vez al teatro. Y esto te lo facilita mucho el teatro comercial. Comercial, en el sentido digno de la palabra. A veces tiene una connotación peyorativa, que para mí no la tiene en absoluto. Uso el mismo rigor haciendo "Por los pelos" que otras funciones. Ese el éxito también, hay un equipo de actores super hecho. Los personajes fluyen solos.   

Nosotros decíamos: "me van a tener que pagar operaciones de estética" (risas). De choni joven o hacer yo la Boluda... (risas)    

Lola Moltó: La fórmula, si la supiéramos todos, la haríamos todos, y todos tendríamos éxito. La obra está representadísima. No ha parado de representarse. El dúo de productores, L'Om Imprebis y Olympia Metropolitana están ahí arriesgando siempre. Cuando pones todos los ingredientes, esto es como un gazpacho, este tiene todos los ingredientes para que te salga bueno. Se ha dado esa circunstancia. Igual el Sol estaría, como dice Carreras, en Neptuno; la Luna estaría en Venus; y entramos nosotros y explosionó. Y surgió el Big Bang. No siempre que se ha hecho "Por los pelos" ha tenido tanto éxito. Tiene que coincidir todo: los actores, los productores, el cielo en ese momento. A mi que me gusta la astrología, es ver cuando hacemos un montaje y en qué momento se encuentra el cielo (risas)        

Carles Montoliu: El éxito está en el equilibrio. De no romper las reglas de juego. Parece una obra de repertorio, de sitios que hemos ido y hemos vuelto. A Bilbao se ha ido dos veces. En Santander estábamos pendientes para repetir. Creo que el juego está ahí, cada uno en su sitio, luego también la dirección de Santiago, para enmarcar esos equilibrios y esa historia. El público sale contento porque ha participado. 

Alfred Picó: La gente sabe que hay espectáculos que son muy recomendados. Y que saben que van a ver algo que les va a divertir. Que se lo van a pasar bien. Es un espectáculo ideal para gente que no ha ido nunca al teatro, que presenta un abanico desde teatro convencional hasta improvisación. También por la manera en la que se hablan las cosas para un amplio espectro de público, por la temática. Es un espectáculo que tiene su aureola, que la fama le precede. Es un espectáculo a tener en cuenta. Sabes que te lo vas a pasar bien, que va a ir mucha gente. Que te vas a poder llevar una sorpresa agradable. Es una de las claves del éxito. Por eso es una de las obras más representadas.