Es un tÃtulo de referencia doble, por un lado al famoso tema de ABBA que ganó el Festival de Eurovisión, y por otro a la gran tormenta que se desata en una familia convencional, con la que todos nos podemos sentir identificados. No puedo ni debo haceros ningún spoiler de lo que vais a ver. Es una obra que se vive muy en presente, y que implica al público de manera emocional. Carles es el mejor capitán de barco, y sabe muy bien cómo conectar con el público a base de un ritmo imparable durante toda la pieza.
El gran acierto y el gran trabajo de Carles en esta pieza es contar una historia y mantener en todo momento la atención del público. La duración de la pieza se pasa en un suspiro. Y lo hace desde el oficio, desde los mimbres del teatro, que son un escenario que se llena de vida y de vivencias; un narrador que nos traslada a través de imágenes, de voces que van resonando en la sala, de gestos medidos al milÃmetro, y también de esa espontaneidad a la que Carles nos tiene acostumbrados, con algún chiste o broma con su sentido del humor; y el público, que entra de lleno en la propuesta.
"Waterloo" es un acto de amor al teatro, al oficio de contar historias, al papel del teatro para perpetuar la memoria de nuestros seres queridos y de las propias historias. Porque cuando no estemos, lo que perdurará serán las historias.
Gran trabajo de Carles Alberola, que sabe combinar perfectamente la comedia y el drama, en una obra que le sienta como un guante, y que junto al trabajo de Pasqual Alapont, y la producción de Toni Benavent y del equipo de Albena, no dejará indiferente a nadie. "Waterloo" es uno de los estrenos potentes de esta temporada y un triunfo hecho desde el buen oficio.
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