“Melomans” en el Teatre Talia. Del 25 de agosto al 11 de septiembre no te pierdas este
refrescante espectáculo lleno de ritmo y de humor, con voces 100% a capella.
Tuvimos el placer de hablar con Víctor Lucas, director escénico del nuevo espectáculo
de “Melomans”, “Se canta pero no se toca”, antes de la pandemia. Fue un éxito en su estreno en 2019 en el Teatre Talia, y ahora tenemos la oportunidad de volver a disfrutar del espectáculo. Como dicen los comentarios del público en las redes sociales, el ritmo del verano lo ponen ellos.
Sobre Víctor Lucas:
Hablar de Víctor Lucas es sinónimo de música y también de trayectoria. Ha trabajado en decenas de montajes con compañías de ámbito nacional, entre ellas "L'Om Imprebis", "La Pavana", "Tempus Producciones", "Trencadís Produccions", "Ornitorincs", "Teatres de la Generalitat", "Linea Scénica" o "Institut Valencià de Cultura"... entre otros. Algunos de los directores que han disfrutado de su talento actoral y musical son Rafa Calatayud, Jaume Pérez, Jaime Pujol, Santiago Sánchez, José Tomás y Diego Braguinsky.
Como compositor y director musical ha recorrido un largo camino participando en obras a nivel nacional tales como "Malos y malditos", "Crisis de identidad", "Tío Vania", "Sherlock Holmes y el cuadro mágico", "Pinocho, un musical para soñar", "Aladín, un musical para soñar", "El narciso en su opinión", "Mecbeth", "La mejor canción del mundo", "El crimen de la hermana Bel", "Peter Pan contra el Youtuber", "Rapunzel, un musical muy peliagudo"... entre otros.
Sobre "Melomans":
Uno
de los grandes éxitos del espectáculo y de “Melomans” es que conecta con
público de todas las edades. El día que fui como espectador, en el Teatre Talia
había infancia, juventud, familias viendo el show. “Melomans” gusta tanto a
gente joven como adulta. ¿Antes de
dirigir “Se canta pero no se toca” conocías a “Melomans”?
Nos
conocimos un poco antes de la Gala de los Premios de las Artes Escénicas del
IVC. Conocí a Pau de “Melomans” en una cena sobre doblaje, y en la propia gala,
en la que trabajé con Santiago Sánchez, curré con ellos mano a mano para hacer
las entradillas, ya que todo el hilo conductor lo llevaban ellos junto a Rafa Alarcón. Ahí fue donde
los descubrí. Tanto Santiago como yo, descubrimos que ellos eran un filón para
hacer proyectos juntos. Le tengo mucho que agradecer a Santiago, ha estado en
muchos ensayos y nos ha echado un cable. Desde que conecté con “Melomans” en la
gala, ya sabía que algo teníamos que hacer juntos.
Hablamos de un equipo creativo joven. Al
dirigirlos, ellos tenían su propio camino como cantantes y su formación, pero
quizá actoralmente era una de sus primeras experiencias. ¿Cómo ha sido trabajar
ambas cosas en el espectáculo, lo musical y lo actoral?
Cada
uno de “Melomans” es un talento propio. Edu, Gonzalo, Javi, Pau; su talento
real reside en sus voces, te quedas embobado con su manera de cantar las
músicas a capella. Tienen un sello como “Melomans” que es indiscutible después
de sus diez años de trayectoria. Ahora han decidido contar algo más en sus
espectáculos, y ahí entraba la parte más actoral. Es decir, desde el principio
hemos intentado basarnos en la historia del grupo para tener como hilo
conductor ese making off que ha sucedido
en estos diez años. Me parecía mucho más fácil partir de ahí, construir un guión con Rafa Alarcón, Jesús Manzano y los propios "Melomans". Me parecía mucho más intuitivo para ellos partir de
una base natural en la que no se sintieran encorsetados y contar un poco su
historia, añadiendo lógicamente toques de ficción, para que ellos empezaran con
la interpretación. Nos pareció más sencillo empezar desde sus vivencias y su
historia. Luego, puedes dar vueltas de tuerca, porque creo que ellos saben ya
que tienen un actor dentro. Gonzalo ya había tenido algunas clases de
interpretación, Pau había tocado el doblaje, Javi también cursos con sus alumnos
en direcciones de ópera, todos habían tenido intervenciones interpretativas
pequeñas, pero al final se han metido de lleno en la historia y creo que el resultado es genial.
De todo el espectáculo de “Se canta pero no
se toca”, hasta el 12 de septiembre en el Teatre Talia, hay un momento, sin hacer
muchos spoilers, que se hace un homenaje a Raphael. Ese “momentazo” salió de
ellos como improvisación o estaba claro que era algo que debía estar en el
espectáculo.
El
momento “Raphael” fue una de las últimas incorporaciones. Midiendo la energía
del espectáculo, necesitábamos algo potente después de una canción preciosa
como es “Alfonsina y el mar” que nos dejaba en un sitio que es bonito pero que
nos bajaba un poco la energía. Nos hacía falta un contrapunto justo después.
Ensayando y probando cosas, descubrimos a un Javi que es un imitador nato. Ya
lo empezamos a descubrir en la gala de premios que tuvo un momento
Raphael, pero de repente es que estaba
en su salsa. Además, ellos son muy payasos. Llevan un pasayo dentro de cada uno
de ellos. Edu, por ejemplo, tiene un humor ácido que me encanta. La verdad es que fue improvisado y se fue quedando ese momento “Raphael”
en el espectáculo. Creo que es uno de los momentos que más recuerda el público.
En el nuevo espectáculo de “Melomans”, la
selección de temas ¿cómo se hizo? ¿Cada uno aportaba una canción que quería
para el show y le dabais un orden? ¿O se
fue construyendo durante los ensayos?
Hay
muchas canciones que ellos junto a Moisés Bautista, que es el gran arreglista
que tienen, es un genio, ya iban
testeando en mini conciertos que ellos tienen. Las canciones de “Se canta pero
no se toca” no se han usado en ningún otro espectáculo. Ellos querían que este
espectáculo fuera original. Ellos iban probando en sus mini conciertos
canciones que creían que funcionaban y otras porque directamente les apetecía.
Lo que he hecho ha sido ordenar un poco las energías de esas canciones,
proponerles remixes de algún grupo o cantante, como Lady Gaga. Actualizar un
poco y cubriéramos un espectro más juvenil también para que cupiera todo el
mundo dentro del show. Las canciones las han elegido ellos y yo les he ido
dando forma, remix, las he cortado, las he alargado, las he ido poniendo y
colocando según veía que la energía del espectáculo iba subiendo y bajando.
Sobre la puesta escena, lo que más me
atrapó aparte de las canciones, del show, de los momentos de humor, es el ritmo.
Es un espectáculo que empieza con un ritmo potente y se mantiene ahí. No hay
ningún momento de bajada. Al combinar los diferentes elementos del espectáculo,
los temas, las micro canciones, querías darle un ritmo potente al show.
Efectivamente.
Yo por sistema soy una persona muy energética, no puedo parar. Todavía no he
tenido vacaciones (risas) y tampoco las echo de menos. Me gusta mucho vivir con
intensidad y ritmo. El ritmo de mis espectáculos me gusta que esté todo el rato
presente. Y si hay alguna caída escénica o de ritmo siempre intento despuntar
con otra cosa para que no caiga. Al final, estamos por y para el público. Que
cada cosa que vea tenga intensidad y una energía potente. Es como un virus que
llevo dentro (risas) y suelo trabajar mucho el ritmo en los espectáculos. Me ha
gustado mucho trabajar con “Melomans” mano a mano, ordenando muy bien los temas
para que al final no decayera. Las micro canciones iban a ser un apartado más
dentro del show, pero vienen muy bien para resetear después de una canción, que
puede haber entrado o no en tus gustos, pero de repente entra una micro
canción, te resetean, te echas unas risas y vamos a otra cosa. Me ha gustado incluir “pildoritas” de vez en
cuando para que aumente un poco el ritmo.
Otro elemento que me encantó fueron las
luces. Tienen muchos cambios y muy rápidos, con mucha personalidad. ¿Cómo ha sido esa
selección de luces?
Desde
el principio tenía muy claras las luces. Una de las condiciones que "Melomans" me
pidió para este espectáculo es que en los anteriores shows había sido farragoso
moverlos porque tenían una escenografía, llevaban muchas cosas. Querían un
espectáculo que fuera más movible, más 4x4. Que llevara poquitos elementos, pero
resultones. Eso conlleva establecer unos espacios con la luz. Desde el
principio, tanto el guión como las canciones debían tener mucha potencia en las
luces. Dividir mucho los espacios y que fueran muy rítmicos. Que no fuera una
luz de concierto, que fuera muy especial, escénica y con personalidad. Desde el
principio, he trabajado mano a mano con Ximo Rojo. Bueno, qué tengo que decir
de Ximo Rojo, todo el mundo sabe que es una garantía. Desde el principio
conectamos muy bien. Ciertas cosas de espacios, usando muchos recortes para
separar, usando mucho color a través del ciclorama, a través de la contra, y
desde el principio tuvimos muchísima conexión. Le gustó muchísimo lo que le
proponía, y me gustó mucho lo que me proponía él. Al final, estuvimos mano a
mano en el Talia, y hemos conseguido que la gente no eche de menos una escenografía,
porque ya la luz te está dando espacio, te está dando ritmo, te está dando
aromas dentro de la propia escena. Cabe destacar también la magnífica propuesta de vestuario de María Almudéver, en combinación con las luces les ha dado una frescura maravillosa. Estoy muy contento con el trabajo de luces.
Tras estos días de funciones en el Teatre
Talia, el público ha reaccionado muy bien al espectáculo. Cuando fui como
espectador el teatro acabó en pie y aplaudiendo. ¿Qué sensaciones y reacciones
te han llegado?
Estoy
muy contento, porque tanto la reacción del público como la reacción de “Melomans”
ha sido muy buena. Me gusta mucho usar las temporadas para testear un
espectáculo, observar lo que falla, donde cae, donde puedes rescatar cosas que
a lo mejor en los ensayos se te han escapado, que piensas que la gente va a
aceptar y se va a reír, y de repente es otra cosa, y al contrario. El test de
la temporada está siendo muy positivo. Ya tengo apuntados algunos cambios y
ciertas cosas que vamos a pulir y que va a evolucionar el espectáculo. Estoy
muy contento con la reacción del público, las críticas están siendo muy buenas.
Y sobre todo, que la gente esté acudiendo un 31 de julio al teatro, sobran las
palabras. Un miércoles de julio que la gente esté llenando el Talia es una
satisfacción para todos.
¿Qué puede esperar el público que vaya al
Teatre Talia a ver “Melomans”?
Es
un espectáculo para todos los públicos. Van a verse reconocidos desde los más
pequeños a los más mayores. Vamos a hacer un paso por muchas épocas, pero
además creo que el espectador va a sentirse como un voyeur, porque va a poder
ver los entresijos de un grupo que ha pasado por muchos momentos en su
historia. Vamos a poder ver momentos en los que no se ponen de acuerdo, y cómo
solucionan esos conflictos, cómo el propio grupo ha tenido estudios a la hora
de presentar nuevos proyectos ante la gente. Vamos a descubrir las micro
canciones, una canción que pasa por diferentes estilos. Se van a encontrar con
música a capella, con una muy buena historia, pero sobre todo se lo van a pasar
pipa.
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