Es uno de los proyectos más esperados de la temporada, una nueva visión de 'La vida es sueño', el clásico atemporal de Calderón de la Barca. Una coproducción de Moma Teatre, Teatros del Canal, Diputació de València y la colaboración de Fuentes de la Voz, que podemos ver en la Sala Verde de los Teatros del Canal de Madrid hasta el 14 de mayo. Un acercamiento a este gran clásico muy recomendable y placentero desde el patio de butacas.

'La vida es sueño [vv. 105-106]' es la adaptación que Carles Alfaro y Eva Alarte proponen al público, respetando al máximo el espíritu y el aroma del texto original. Con la dirección de Carles Alfaro, vamos a la esencia de la obra de Calderón, a la raíz del relato con sus cuatro personajes principales: Segismundo, Basilio, Rosaura y Clotaldo. La dialéctica y el trabajo de verso cobran una importancia clave para dotar de realidad y víscera al conflicto de los personajes, envueltos en un torbellino sin huída hacia delante, donde se mezcla lo que parece ser sueño y realidad, y donde el hado tiene un papel primordial en el desarrollo de los acontecimientos. ¿Qué es sueño? ¿Qué es realidad? ¿Qué es la vida? Estas grandes preguntas universales están tratadas con maestría por Calderón, que siempre deja que el espectador saque sus conclusiones, sin acabar de tomar partido.

Estamos ante una de las obras cumbre de la literatura española y del teatro, y en esta nueva versión de Moma Teatre se respira la esencia de Calderón desde el patio de butacas. La escenografía de Felype de Lima y Carles Alfaro, la iluminación hipnótica en muchos pasajes, donde pasamos de la celda de Segismundo al palacio real, la música de Joan Cerveró, y el vestuario y caracterización cumplen con nota. Todo fluye para potenciar el trabajo actoral por encima de cualquier tipo de envoltorio, y se agradece. Estamos ante una obra de personajes y actores, con momentos e imágenes de gran belleza, violencia y ternura a partes iguales. Otro de los logros del montaje es el ritmo. Lejos de anquilosar la narración ante esa especie de lentitud que puede provocar el verso en el espectador, sobre todo porque no está acostumbrado, en esta versión todo pasa como un suspiro, y es gracias al esfuerzo por hacer entendible y comprensible el verso, qué les pasa a los personajes y cuál es su recorrido en el relato.



Alejandro Saá realiza un meritorio trabajo con Segismundo, dotándolo de una dualidad entre el hombre y la fiera, gracias a su personal timbre y uso del verso. Lejos de epicidad y de clichés sobre lo que podríamos esperar de un personaje tan conocido en la historia del teatro, el trabajo de Alejandro Saá destaca por su sello personal.Vemos a un actor encarnando a un personaje. Lo mismo podemos decir del resto del reparto. Rebeca Valls consigue con arrojo y pasión encarnar a Rosaura, un personaje que es un auténtico torbellino interno de sentimientos, y donde también juega con su dualidad, ser doncella víctima de un agravio y demostrar su valentía como varón para luchar en batalla si es necesario para defender su honor. Vicente Fuentes consigue con su encarnación de Basilio una vulnerabilidad y una humanidad que capta la atención del espectador, alejado del rey déspota y tirano que hemos visto en otras adaptaciones. Es una víctima de sus circunstancias, de los designios del hado, y que finalmente por sus propias acciones y precauciones al encerrar a su hijo en una mazmorra de por vida, provoca y precipita que el destino se cumpla. Enric Benavent dota de temple y carácter a Clotaldo, una víctima más en esta historia de pérdida y sacrificio, ya que tuvo que dejar a su mujer y a su hija para cumplir los designios reales.


La dirección de Carles Alfaro es certera, sabe perfectamente qué quiere contar y cómo quiere contarlo, y demuestra una vez más su versatilidad ante cualquier autor y género. Si en su último trabajo, dio una visión muy personal sobre 'Vània' de Anton Txèkhov; en el caso de 'Atchússs' con la parte más cómica del autor ruso y también de manera notable; en el caso de Calderón estamos ante una digna adaptación del clásico que no os podéis perder y ante un trabajo hecho con mucho mimo y oficio. Lo mismo podemos decir de la adaptación de Eva Alarte y del propio Carles Alfaro, respetando cada verso y cada palabra de los personajes, tal y como Calderón quería que se contara esta historia.

No os la perdáis, hasta el 14 de mayo en la Sala Verde de los Teatros del Canal de Madrid.