La compañía murciana Alquibla Teatro cumple 40 años en los escenarios. Todo un recorrido vital para Antonio Saura y Esperanza Clares, que además acaban de estrenar 'Lo más hermoso todavía', tercera parte de 'La Trilogía del Camino', escrita por Alba Clares

Una vida de teatro que nos cuentan con más detalle en esta entrevista para A Escena Valencia.

A.E.: Un aniversario muy especial. Son 40 años. ¿Cómo sienta cumplir 40 años en el teatro?

E.C.: Cada año, cada producción, incluso cada personaje que he tenido que interpretar... soy productora y también actriz... se me han quedado marcadas en la cara, en las arrugas, alrededor de los ojos. Honrosa y honrada de tenerlas. No me pesan más que eso, porque todo lo vivido estos 40 años ha sido satisfactorio. Feliz, a pesar de las desdichas. Feliz y no me arrepiento de nada de la vida que hemos querido llevar. 

Creo que ha sido una vida productiva y maravillosa. Es también una vida de entrega, de ofrecer, de dar, con lo cual el que da siempre recibe algo y hemos recibido mucho.

A.S.: Para mí, este 40 aniversario de Alquibla, lo que genera es la apertura de un espacio para la nostalgia, que a veces es enriquecedor. Las gentes de teatro estamos focalizados y centrados en cuál va a ser nuestra siguiente producción. 

Nunca tenemos tiempo de echar la vista atrás. No tenemos tiempo de recrearnos en los aciertos y errores de un espectáculo anterior. De hecho, el estilo se va conformando con el paso de los años. 

Este año es bello y hermoso, porque decimos: "ahora sí". Ver qué ha pasado y hacer un ejercicio de nostalgia. Es muy bonito, emocionante, y a su vez, te reafirma en esas cosas que a veces te preguntas, en esos interrogantes que a veces te abres: "¿he sido útil para la cultura, para el teatro?", especialmente en la región de Murcia, donde estamos asentados y tenemos nuestra casa. También para el teatro en general. 

Seguir con el interrogante de si hemos encontrado bien la necesidad de hacer cada uno de los proyectos que hemos llevado adelante, y si ha generado algo de legado en las gentes que vienen, que irrumpen con mucha preparación y con muchas ganas. 

Todos estos interrogantes, conforme nos los vamos respondiendo, algunos sí y otros estamos todavía en ese proceso, son hermosos. Ahora tenemos una nueva producción, que se acaba de estrenar, y siempre mirando al futuro. Ha sido divertido.

A.E.: ¿Cómo fue empezar en el mundo del teatro en los años 80? Esos inicios en el mundo del teatro. Mirando el dossier, hablamos del año 83-84, que yo tendría dos añitos. ¿Cómo fue plantearos fundar una compañía de teatro?

A.S.: Éramos muy jovencitos. Creo que el mayor de la compañía era yo. Tenía 19 años. No habíamos terminado las carreras. No nace en un entorno universitario. Éramos un grupo de gente que había nacido en una pedanía muy pequeñita de la ciudad de Murcia, que se llama Algezares, hacíamos teatro porque había uno. 

Nací en la calle Doctor Agustín Ruiz, y enfrente de mi casa había un teatro. Por las tardes, veía ensayar a las compañías de teatro del pueblo, me escondía entre las butacas y me decía que quería subir a un escenario. Me quería subir.

E.C.: Lo he tenido relativamente fácil, porque he nacido en el seno de una familia de músicos. Al fin y al cabo, relacionados con las artes escénicas, con actores, con actrices... Hay mucha vinculación con la zarzuela. Me he criado en una casa donde mi padre era el hombre orquesta. Estudió la carrera de violín, pero toca el piano porque en mi casa hay piano, guitarra, contrabajo, violín, de todo... 

Cuando te mueves en ese ambiente, al final lo absorbes. El culpable es él (risas). Me decía de muy pequeña si quería subirme al escenario, con siete u ocho años, y le decía que vale. Ahí empezó el veneno, tu lo pruebas y te envenena. Estás como absolutamente drogado por el teatro y ya no tienes otra opción. Para mí, mi vida ha sido siempre artística. Música, teatro, desde muy niña. Tuve la suerte de encontrarnos.

A.S.: En una agrupación cultural que había en el pueblo.

E.C.: Tuvimos la suerte de encontrarnos y la capacidad de decidir en Murcia. Pensar que era un hobby, pero pensar qué pasaría si decidiéramos que sería nuestra forma y nuestro medio de vida. Lo primero que pensamos para que fuera nuestro trabajo, era darle la consistencia de un trabajo. Para que puedas decir que trabajo con esto, porque cotizo con esto, contribuyo. 

Con esa edad, nos montamos una sociedad limitada. La gente nos miraban como si lleváramos antenas verdes. Han hecho una sociedad limitada de teatro y contratan a la gente para ensayos... Eso también es algo de lo que nos sentimos orgullosos, porque también establecimos que esa era la manera de hacerlo profesionalmente. 

A partir de ahí, la profesión en Murcia ha arrancado sin duda a partir de la profesionalidad inicial de Alquibla. En eso, nos abanderamos y nos orgullece, sin duda.

A.E.: La palabra "alquibla" tiene un significado muy especial. Quería preguntaros por ella.

E.C.: Lo decidí yo, porque era un término familiar para nosotros. Es el horizonte, el punto que se tiene enfrente. Alquibla es el lugar hacia el que se postran los musulmanes para el rezo. Al final y al cabo, no deja de ser un "mira hacia adelante", mira hacia adelante siempre. 

Al frente y tener el horizonte como meta. Y como nunca llegas al horizonte, siempre tienes esa meta. Siempre quieres conseguirla. Es energía, es positivismo, y pase lo que pase siempre sigues caminando.

A.S.: Alquibla es el nombre de una acequia que va por el margen derecho del río Segura, y da riego a la huerta murciana en ese margen, durante muchísimos kilómetros. Es una acequia de agua límpida y transparente, que en los años 70 y principios de los 80 pasaba junto a las casas donde habíamos nacido. Cuando cruzábamos a la casa del estudio, del chico que está haciendo el audiovisual de la nueva producción, vi que todo va por tuberías y ese agua ya no se ve. Ahora está sucia y contaminada. En ese agua, nos bañábamos con 10-12 años. 

Nos ha acompañado siempre, toda la vida, ha sido muy próximo. Para nosotros, era referente esa acequia y luego fuimos descubriendo todos los significados que tiene la palabra.

A.E.: Se mezclan elementos personales y a nivel de significado.

A.S.: Nos ha ayudado a mantener un arraigo muy mediterráneo, muy levantino. Murciano, en algún sentido, que no hemos querido abandonar en ningún momento a lo largo de la trayectoria de la compañía. 

A.E.: Viendo la trayectoria de Alquibla Teatro, hay diferentes ciclos o períodos de la compañía. Empezando, hay grandes nombres. Está Dagoll Dagom, como primera inspiración está ver su trabajo. También autores como Bertolt Brecht, como Samuel Beckett... todos estos nombres ¿qué han aportado a la compañía?... y en vuestra forma de hacer... ¿cómo os han inspirado? 

A.S.: Al principio, nosotros estábamos en un espacio de evasión, que recoge toda la tradición musical y lírica del pueblo donde habíamos nacido. De Algezares, la pedanía de la que te hablaba.  Nosotros lo que veíamos siempre en este teatro era cómo hacían esos musicales, o cómo hacían zarzuelas. A nosotros nos apasionaba. Nosotros queríamos hacer teatro musical. 

Cuando descubrimos a Dagoll Dagom, fue un bombazo tremendo. Lo que estábamos soñando hacer, lo estábamos viendo representado. Nos apasionaba. Años después... porque no lo vimos en su momento... vi 'Besos' de Albena Teatre, de Carles Alberola. Estábamos en otra etapa de la compañía. Si hubiéramos visto 'Besos' años antes, habríamos dicho más incluso que con 'Dagoll Dagom', porque eso era lo que queríamos hacer... Vimos a una compañía de Valencia, con una obra que se llamaba 'Besos', el título seducía. Cuando vimos el espectáculo, fuimos a ver tres o cuatro representaciones más porque nos apasionó. 

A partir de un determinado momento, vimos que de lo que adolecíamos era de una falta de formación. De formación técnica y teórica. Pasamos varios años haciendo espectáculos de difícil comercialización, éramos un grupo que se estaba formando. Necesitábamos formarnos en la propia práctica escénica. Hemos pasado por las escuelas de arte dramático, luego llegó el plan LOGSE del 92 y se pudo estudiar dirección escénica, interpretación... La carrera es una cosa, la práctica escénica es otra. El día a día, las influencias estéticas, la configuración de una poética que no sabes cómo pero se va generando. 

Aparecen determinados autores que nos ayudan muchísimo en esa búsqueda incansable del sentido del teatro. No del sentido último del teatro, eso se lo dejaré a Peter Brook. Sería una osadía. Sí el sentido del teatro que significa para nosotros. Del teatro que queríamos hacer y para qué público lo queríamos hacer. Nuestro público no era el del Festival de Otoño de París. 


A.E.: Son obras muy diferentes...

A.S.: Y todas aportan cosas distintas. Brecht nos aporta ese teatro de apertura con vocación política, que busca un espectador activo en su reflexión, que no busca un espectador voyeur, un espectador al que golpees y reaccione, que quiera participar contigo. Se establece un diálogo, que es el de la propia representación y el que es posterior a la representación. 

Beckett también ha sido fundamental para la trayectoria de la compañía. Es la metafísica del teatro. El vacío es la nada. Es el hombre jugando en un mundo en el que es imposible comunicarse, es imposible dialogar. Solo queda la ternura, la amistad que puedas tener entre Vladimir y Estragon, y luego no hay nada. Un pozo que aparece, o un niño que aparece y dice que Godot no vendrá hoy, que vendrá mañana, y por tanto hay que pasar un nuevo día. En medio qué hay. Nada. Un vacío absoluto. 

A Beckett y a Brecht nos los encontramos en Shakespeare, porque en él está todo y hemos representado muchos espectáculos suyos. Está también la pulsión violenta de Antonin Artaud, que nos marca mucho. Fue un espacio de formación que no lo hemos cerrado nunca. Nos llevó unos 15 o 16 años responder los interrogantes del teatro que queremos hacer y para quién queremos hacerlo, y cómo lo queremos hacer. Incluso en etapas donde hemos hecho teatro para nosotros y nos daba igual el público. Éramos nosotros los que estábamos madurando. 

Un proceso de formación, de búsqueda, muy enriquecedor. Nunca se puede vivir de las rentas de cerrar ese proceso. Siempre hay inquietudes, corrientes, espectáculos que te impactan. Cómo evolucionan las poéticas y las estéticas de cualquiera que se dedique al teatro, con el impacto que te producen determinados espectáculos.


En los años 80, lo leíamos todo y lo veíamos todo. Igual veíamos a Comediants con 'La nit', que a La Cuadra con 'Medea', que los espectáculos de Arena Teatro, que dirigía Esteve Graset, que eran una conmoción brutal. Los espectáculos de Atalaya, con Ricardo Iniesta, le recuerdo un 'Hamlet Machine', que fue impresionante; 'Así que pasen cinco años', que la remontó tiempo después, y que también vimos. 'Electra' también brutal. Me fui a Valladolid, al estreno de 'El Avaro', de Molière. 

La gente va a Madrid, a Barcelona... He venido a Valencia a ver a Joglars, en una época en la que no iban a Murcia. A ver producciones de danza contemporánea. Luego si quieres ir a Londres, Berlín, Argentina, la cosa se complica mucho más. Lo tienes que hacer y coincidir con más cosas.

Nosotros pasamos una época muy mala en Murcia. Al principio, estaba todo por hacer. Las infraestructuras culturales no existían. Los teatros se estaban restaurando. A mediados de los 80, los teatros de Murcia estaban cerrados. No quedaba ninguno abierto. Eran espacios culturales muy pequeños y el gran teatro que se estaba haciendo en este país por Murcia no pasaba, a excepción del Teatro Romea y de lo que pudiera contener en esa programación. 

Hoy, en 2024, la programación de la región de Murcia es excepcional. Hay una docena larga de teatros, una programación muy potente, los teatros de Murcia han hecho sus deberes, y tanto el Teatro Romea como el Teatro Circo de Murcia tienen una programación de una excelencia extraordinaria. Te ahorras muchos kilómetros. 

Antes de ver un espectáculo, siempre pregunto si va a venir. Hay muchos espectáculos que puedo ver yo y también las nuevas generaciones, que es lo realmente importante. No necesitan que pasen ocho años viendo, ahora en Murcia lo puedes ver en un mes, en dos meses, porque ha pasado prácticamente todo. 


A.E.: Quería preguntaros por la 'Trilogía del camino' y cómo nació este proyecto.

A.S.:  Nace en agosto de 2020, en un momento de incertidumbre absoluta, en el que no sabíamos qué iba a ocurrir con la compañía. En marzo, cuando se cerraron los teatros, nos quedamos sin actividad. Muchos compañeros más optimistas pensaban que en mayo, cuando se recupera todo, en junio... Estaba muy negativo en ese momento, pensé que hasta octubre no se va a normalizar nada, va a estar parado todo, y nos vamos a ir a marzo del año siguiente. Les decía a mis compañeros de Murcia que se tenían que preparar, también tenía conversaciones a nivel nacional con mis compañeros de 'EnCompañías' y por desgracia no me equivoqué nada. 

La 'Trilogía' nació en un entorno muy familiar, porque la autora es hija nuestra, Alba. Ella quería ser actriz, dirigir. Ha hecho muchas ayudantías de dirección en la compañía, ha participado siempre en el equipo de dramaturgia de la compañía, la decisión de los nuevos títulos, del repertorio de la compañía. Su faceta como investigadora hace que se aleje geográficamente y ahora trabaja en Barcelona, pero afortunadamente estamos muy bien comunicados. Ella es investigadora, teatróloga. En la Universidad Autónoma de Barcelona.  

Tenemos que contar algo sobre los tránsitos, sobre la movilidad en un momento en el que no había movilidad. Empiezan a surgir los temas que ciertamente tenían que ver con la trayectoria de la compañía. Ese devenir migrante que ha tenido la compañía de teatro en teatro, durante toda su vida. Esa ausencia de familia y de entorno social, porque la gente de teatro somos los que nunca estamos. En cumpleaños y bodas, estamos de bolo. No estás ni te esperan, ya no te esperan. 

E.C.: No cuentan contigo porque no estás.

A.S.: Todas esas ausencias, esos caminos migratorios. Todo ese tránsito es el que iba a caracterizar las tres obras. En realidad, no se escriben en ese orden: 'Lo más hermoso todavía', 'Mi cuerpo será camino' y 'No me falte el aire'. 

Aunque nosotros las hemos estrenado en otro orden. 'Mi cuerpo será camino' está centrada en el movimiento migratorio; 'No me falte el aire' más centrada en la juventud, en la salud mental, entre los 30 y los 40. Dificultad de acceso a la vivienda, de encontrar un trabajo digno con arreglo a tu formación profesional y académica, estudiar para algo y luego no encuentras trabajo para ello. Y 'Lo más hermoso todavía', que es echar la vista atrás, qué ha pasado y cuál ha sido el legado. Si ha tenido sentido toda mi vida. 


Cuando cogí el esbozo de la trilogía pensé que este sería el cierre, el final feliz de los 40 años de trayectoria de Alquibla. Muchos elementos simbólicos, toda la trayectoria profesional de la protagonista de nuestra nueva obra. Toda su trayectoria profesional, porque es fotógrafa, cabe en 40 cajas. Son las fotos que ha hecho durante toda su vida, a lo largo de los años. ¿Dónde está la trayectoria de Alquibla? 

En 40 cajas, donde hay un DVD, un dossier, unos programas de mano, recuerdos de los festivales donde has trabajado, algún billete de avión o de hotel, fotos en un pendrive, y todo cabe en cajitas de 60x40x40. En 40 cajitas una trayectoria de 40 años. Se reduce a esto que cabe en un camión pequeño y piensas si es posible, y lo es. El vestuario, los materiales técnicos, las luces, todo se hace viejo a una celeridad impresionante. Esos equipos que compramos en 2010 y que en 2024 ya no puedes sacar, estaban al fondo de la nave, no eran LED... 

La 'Trilogía' responde una reflexión más profunda, sobre las compañías estables como Alquibla. El sistema de producción de este país te obliga a producir mucho, lo que es un error porque genera sobreproducción, y te obliga a producir en tiempos que no son correctos. Las cosas no se maceran. No hay tiempo. Una producción al año. 

Hay ayudas bienales, pero te obligan a hacer varias producciones al año, con lo cual es peor. Querría una ayuda y saber qué presupuesto de producción tengo para estos tres años. Esto es un sueño. Brook habla muchísimo de ese tiempo de investigación y reposo, que los espectáculos necesitan. Él lo dice porque tiene un talón en blanco y puede poner la cantidad que quiera. La realidad del teatro en el mundo no es así. Eso no quiere decir que uno aunque sea de forma utópica no lo reivindique para uno mismo. 


Si la inversión pública no es suficiente, estamos obligados a coger estructuras que no nos corresponden, que son las del teatro comercial, y todo se arrebata. No macera bien, se quema todo, o le falta un poquito o le sobra y sale mal el condimento. Sí me gustaría tener ese espacio y ese tiempo. A lo largo de la trayectoria de la compañía, hemos estabilizado los repartos. 

Aunque cambiásemos de proyecto y tuviéramos que ensayar, que fuera con actores con los que ya nos conocíamos. Hay un lenguaje y una comunicación que ya no es necesaria. Nos podemos ahorrar muchas palabras y muchísimas sesiones.

Con la 'Trilogía' son los mismos actores en las tres obras. Hemos hecho un recorrido en un entorno mucho más familiar. Esa familia que vas perdiendo porque nunca estás, por las ausencias, la suples con esa familia que se va creando. Las actrices más jóvenes hablan con Esperanza y se llevan 30 años. La más joven tiene 30 años. Mantiene relación en cosas que parece que esté hablando con su madre. 

Me haría falta un año para levantar cualquiera de los proyectos de la Trilogía y ese tiempo no lo tengo. Es el mismo equipo, técnicos y todo el staff artístico es el mismo. Estamos muy a gusto pero no se cumplen los requisitos que me gustarían para tener a estas alturas un poder y una situación económica más desahogada. Poder producir, crear. Hay que imbricar más producción y creación. Es un problema de tiempos.


A.E.: Hay que pensar también en la parte más fría, los números. También en los tiempos de distribución, que no son los de producción. Estrenas y hasta la siguiente temporada a lo mejor no hay bolos, porque entre programación y contratación pasan meses. Quería preguntaros por vuestra línea docente, por la escuela de Alquibla. ¿Cómo nace el proyecto de formación?

E.C.: La escuela empieza a funcionar como proyecto piloto en 2010. Llevamos 14 años de escuela. Fue un experimento. Nunca me planteé el tema docente y no sabía si sería capaz de poder transmitir a nivel docente mi experiencia. Por una parte, ha funcionado muy bien como línea empresarial de la compañía, y he descubierto también que la docencia es muy creativa, que se aprende mucho como docente. 

Estás tratando con personas que pueden tener un interés más o menos profesional en formarse. Hay gente joven que quiere luego derivar su vida en una formación reglada, y los derivamos luego a la ESAD, RESAD... Luego hay personas, adultos sobre todo, que quieren ampliar su relación social, su capacidad de comunicarse, de expresarse, perder esa timidez. Formarse como persona, tener otro tipo de formación, de experiencia. Enseñarles a canalizar y gestionar sus propias emociones. 

En el caso de los niños, potencian su capacidad creativa, su capacidad crítica, de relacionarse en comunidad. Me he dado cuenta que es una línea que a nivel empresarial nos está funcionando muy bien. Ahora mismo tenemos 300 alumnos en la escuela. Hemos ido ampliando disciplinas, no solo el teatro textual, sino también el musical... Estamos con el audiovisual también... Tenemos una línea potente y da mucho trabajo. Estoy feliz por ello.


A.S.: La experiencia más hermosa que hemos tenido con la escuela es en septiembre de 2020. El mundo entero confinado y de pronto hay un vacío legal donde se permite abrir los gimnasios y... las escuelas de teatro. Nosotros abrimos y pensando quién se querría apuntar llevando mascarilla en plena pandemia. 300 alumnos. Gente que necesitaba salir de su casa y que le daba igual meterse en un aula con 12 alumnos más, con mascarilla, que nos podíamos contagiar... En las terrazas... cuántos cogíamos COVID tomando una cerveza con los amigos...    

E.C.: Es más importante la relación social, el abrazo. Más que cualquier contagio. 
 
A.S.: Enfermabas por COVID o enfermabas por estar en casa solo. La salud mental es más peligrosa de lo que podemos pensar. Era como salir a los comercios a comprar, de una manera casi clandestina... por si te paraban... era una sensación muy extraña. 

A.E.: Ahora nos parece lejano y no hace tanto, cuatro años.

A.E.: Quería preguntaros también por un dramaturgo, Fulgencio Martínez Lax.

A.S.: Íntimo compañero de Alquibla y muy importante en la trayectoria de la compañía. Hemos estrenado textos suyos y ha participado en una etapa de la compañía muy marcada por Beckett. El entorno beckettiano, fuera o no del autor. 'Auto' de Ernesto Caballero, 'Las reinas del Orinoco' de Emilio Carballido, 'Paso a nivel', del propio Fulgencio. Aprendimos en esa época una forma de hacer teatro y una forma de ir al público. El teatro siempre es un acto entre dos, el actor y el espectador. Es imprescindible en una ceremonia que se da aquí y ahora. Es irrepetible. 

40 años en los escenarios para Alquibla Teatro en un año muy especial, donde además se ha presentado la publicación de las tres obras que forman la 'Trilogía del Camino'. Una oportunidad única para conocer el arte y el oficio de una compañía de referencia.

Muchas gracias a Antonio Saura y Esperanza Clares por esta entrevista para A Escena Valencia.