A.E.: ¿Cómo nació la idea de poner en pie 'Sáhara'?


J.C.G.: En realidad el proyecto nació de la idea de trabajar con otras compañías que consideramos afines al modo de hacer de Arden. Esa idea se materializó en una coproducción con Tranvía (Zaragoza) e Inconstantes (Madrid) y cada una aportaba una serie de valores artísticos al proyecto. El primer paso fue encargarle un texto a Chema Cardeña; fue él quien propuso el tema y escribió la historia. No es habitual llevar al teatro este marco socio político y nos pareció a todos una estupenda propuesta, sobre todo tomando como punto de partida a un pequeño grupo de personas que tienen que hacer un viaje a través del desierto, desde un campo de refugiados en Argelia hasta la costa atlántica de Sáhara Occidental. Una pequeña historia humana que reflejaría todos los puntos de vista de un conflicto mucho mayor y olvidado deliberadamente.


A.E.: Habláis de un conflicto real y de una realidad que parece olvidada y que merece ser reivindicada. ¿Para crear tu personaje te has basado en alguna persona real?

J.C.G.: Todos los personajes sin duda existen, a pesar de ser ficción. Estoy seguro que hay muchas Lamira, muchos Bassim, Mahmud o Fadí. Personas que han vivido y viven exactamente lo que viven los personajes de la obra. El mío (Bassim), representa el testimonio de quien vivió lo que ocurrió en los años 70, la salida de españoles de Sáhara, -hasta entonces una provincia más de España-, la Marcha Verde, la invasión marroquí… Simboliza la tradición y remarca el respeto que esa cultura aún tiene con los ancianos porque reúnen la sabiduría y la experiencia; algo que sin duda en países del “1er mundo” estamos perdiendo de forma acelerada. Bassim no es nadie en concreto y a la vez es la voz de la generación que mantiene los ideales, las tradiciones y los valores de los saharauis.


Efectivamente el conflicto de Sáhara es un problema deliberadamente ocultado, no aparece ni en libros de texto, ni en telediarios. España tuvo un papel protagonista en la situación actual y lleva 5 décadas de tensión diplomática que no ha permitido resolverlo. Creemos que sí merece la pena que en teatro se hable de ello.



A.E.: ¿Cómo ha sido el proceso de ensayos y el trabajo de equipo para contar 'Sáhara' en el escenario?


J.C.G.: Cada compañía aportaba una serie de valores artísticos a la producción. En un primer momento, era el director de la compañía Inconstantes quien se iba a encargar de la dirección del espectáculo. Por motivos logísticos y de agenda finalmente no pudo, y Chema Cardeña se encargó de la dirección y de la autoría. Ha sido realmente un proceso, creo que los más tranquilos, sosegados y gozosos que hemos podido tener. Seguramente por la coyuntura, porque se ha ensayado todo el proceso durante el verano. Durante el mes de agosto, un mes en el que hay mucha más calma. El ritmo frenético de la temporada teatral baja a mínimos, y te permite hacer un "slow time" para crear. Ha sido muy bonito encontrarse con gente en escena con los que no habíamos trabajado nunca, como es el caso de Cristina Ñánez y Jorge Muñoz. Han sido dos descubrimientos, magníficos compañeros. Es muy enriquecedor trabajar con gente con la que previamente no has tenido ningún contacto. Eso es fantástico. El compositor de la música, la escenografía, el vestuario. Miguel Ángel Remiro y Silvia de Marta han contribuido de una forma muy diferente a la que tiene el equipo habitual de Arden. Con lo cual contrastar con nuevas propuestas creativas te induce a trabajar de otra manera, a salir de ese ámbito de confort, de esa zona a la que estás acostumbrado, y recibir estímulos nuevos que te llevan a crear de una forma diferente. Ha sido muy enriquecedor y muy gozoso.


A.E.: Tras las primeras funciones de gira, ¿qué sensaciones y comentarios te han llegado?


J.C.G.: Sí, hemos tenido la ocasión de tener varias funciones en diferentes ciudades. Aragón, Extremadura... testear cómo recibe el público la función. Ha sido muy bonito. Es una obra que no deja indiferente a nadie, pero también a nivel estético y formal, y la temática. Hemos tenido la ocasión de hablar después de la función con saharauis que han venido de algunas asociaciones. Fue en Zaragoza, y ha sido realmente muy bonito constatar que para ellos es emocionante que se hable de esta historia, que se han visto reflejados en su propia piel. La sensación es que 'Sáhara' es una propuesta muy especial, y que la indiferencia no es algo que te transmita el público, todo lo contrario. Estamos realmente contentos con la respuesta.



A.E.: Este viernes además hay un interesante coloquio en Sala Russafa después de la función.


J.C.G.: Es habitual en Arden hacer encuentros con el público cuando las obras tienen un contenido social importante. Es el caso de la última trilogía que ha hecho Arden, 'La Trilogía de la Memoria'. Son obras que reflejan una situación socio política muy particular y momentos de nuestra historia reciente que son partes de la historia que hicieron realmente cambiar el mundo o el país donde se desarrollan. En este caso, vamos a mantenerlo. Tener coloquios siempre que podamos, cuando estemos varios días en una misma ciudad, porque enriquece muchísimo nuestro trabajo. También, por ende, la proyección del espectáculo. Este viernes vamos a tener dos testigos de primera mano, que van a aportar dos visiones diferentes, porque es desde diferentes puntos de vista, que van a aportar mucho contenido. Son altamente enriquecedores estos encuentros. Es muy bonito escuchar al público después de la función, las impresiones que ha sacado, cómo ha visto el trabajo del equipo en escena. Experimentar cómo ese tema trasciende el escenario es algo fantástico.


A.E.: Además de 'Sáhara', Arden estrena nuevo espectáculo esta temporada. 'Iaia' es una obra familiar escrita y dirigida por Marian Villaescusa, con Rocío Ladrón de Guevara y Andrea Jara.


J.C.G.: Arden siempre, desde hace casi ya 15 años, lanza al mercado y simultáneamente obras dirigidas a público joven y adulto. 'Iaia' es una consecución de esa línea de teatro infantil, destinado a chavales entre 5 y 12 años, con una temática que a nosotros nos parecía maravillosa, a partir de una propuesta de Marian Villaescusa, que es quien ha escrito y dirigido 'Iaia'. Es esa relación intergeneracional tan apasionante entre los abuelos y los nietos. Hay un vínculo muy diferente entre padres e hijos. Es sorprendente, y es una obra que recoge el testigo de 'Xim Pum', de 'El viaje de Alicia'. Nos ha encantado el trabajo de Marian, el de Rocío y el de Andrea. Está recién salida del horno, y creemos que puede llenar un hueco para el teatro de niños y niñas en nuestro país.