La sociedad evoluciona y sus expresiones artísticas también. Del cabaré vanguardista del primer tercio del siglo XX al picante, con sus vedettes explosivas en el tercero hay un trecho. Pero también se pueden apreciar grandes diferencias respecto a los espectáculos de quienes hoy día se lanzan a modernizar este género, aportando el virtuosismo musical, la crítica social, el riesgo estético o el humor ácido como nuevos rasgos de identidad de un género que sigue vigente. Es el caso de Cashalada, la formación valenciana que ofrece en Sala Russafa las últimas cuatro funciones de Divina Aberración, una pieza que sirve como ejemplo del cabaré contemporáneo.
“La chispa para empezar a crear este espectáculo surgió de unos versos de Sor Juana Inés de la Cruz que me dejaron impresionadísima. Ahí tenía a una religiosa hace tres siglos dando una lección de feminismo a quienes culpaban a las mujeres de toda provocación y pecado”, explica Noèlia Pérez, responsable de la dramaturgia.
Poco a poco fue cogiendo forma en su cabeza la idea de hacer una crítica a lo aberrante que ha ido surgiendo tras la divina creación. Y tomar como punto de partida la autocrítica y el humor, invitando al público a mirarse al espejo para ver lo que es y a reírse de ello.
Ayudan canciones como Lo vais a flipar, uno de los primeros temas musicales del espectáculo, donde advierten que no buscan ofender a nadie porque son “gente de buena fe”. Pero no tienen pelos en la lengua a la hora de tratar temas como el matrimonio, la maternidad, los roles de género, la sexualidad, el postureo o la política, entre otros.
UN SINFÍN DE PERSONAJES Y DE ESTILOS MUSICALES
Noèlia Pérez y Josep Zapater, los co-compositores y co-directores musicales de este montaje, suben al escenario durante una hora y cuarto para ser Adán y Eva, una pitonisa del Este y un monito platillero, un lobo y una ovejita, un hetero-no-futbolero y una amante infiel… hasta son Dios y una mujer Papa. Transformándose en un sinfín de personajes, van haciendo un repaso a la sociedad que se ha ido cimentando sobre el mito del pecado original.
Y todo ello mientras transitan una gran diversidad de estilos musicales, desde el pop o el rock a la bossa nova, el góspel, el blues o la ópera en canciones cargadas de humor y con puntos de ternura, que interpretan en directo acompañándose por teclados, guitarra eléctrica, acordeón y sintetizadores.
A este amplio abanico de sonidos se suma lo ecléctico de un vestuario con toques de glam-rock y de cuento de hadas, del que van cayendo capas conforme avanza el espectáculo. Una caracterización algo excéntrica que busca aumentar la comicidad de los personajes y situaciones de este montaje que ha dirigido Joan Font, director artístico de Els Comediants, animando a los intérpretes a llevar más allá su tono gamberro y divertido.
El resultado es una pieza de cabaré que trae al siglo XXI este género y de la que Sala Russafa ofrece sus cuatro últimas funciones del jueves 27 al domingo 30 de abril. El espectáculo forma parte de su XII ‘Cicle de companyies valencianes’, por donde han pasado propuestas escénicas de corte tan distinto como los trabajos de Arden, 7 Colectivo, Vivirei, La Dependent, Maquinant Teatre o Alarcón&Cornelles, entre otros, tratando de reflejar la variedad y calidad artística de la escena autonómica.
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