N.P. | Tras un año de parón forzado por la crisis sanitaria, este fin de semana pasado regresó a los patios, los salones y los jardines de las casas de Polinyà del Xúquer el festival de teatro de pequeño formato Polinyà Íntim. La cita cultural, que estuvo programada los días 6 y 7 de noviembre, duplicó la asistencia con respecto a su anterior edición, celebrada en 2019. En total, alcanzó el millar de espectadores.

La muestra de artes escénicas agotó sus localidades en la mayoría de los pases y hubo de duplicar el aforo en varios espectáculos cuyas condiciones lo permitían. Así sucedió con El camino de las cabras, de La Teta Calva, Joc de xiquetes, por la que Bullanga Compañía Teatral se alzó con el Premio Max del Público 2018, y Lázaro, la versión de El Lazarillo de Tormes a ritmo de hip hop a cargo de Leamok que le acaba de valer a su protagonista, autor y director, Roberto Hoyo, el reconocimiento al mejor actor en los Premios de las Artes Escénicas Valencianas.

“No podemos estar más que agradecidos. El público ha respondido con entusiasmo tanto a las compañías pequeñas y emergentes que escenificaron propuestas arriesgadas, como a las más consolidadas. Ver esta cálida respuesta nos da fuerzas para seguir adelante”, ha declarado el director de Polinyà Íntim, Jacobo Julio Roger.


El pueblo acogió un total de 11 cápsulas escénicas contemporáneas de disciplinas diversas. Hubo teatro de texto, títeres y autómatas, música, circo social, clown y cuentacuentos. En suma, un conjunto de propuestas muy diferentes entre sí, de formatos distintos, pero con un alto nivel de riesgo y compromiso en común.

Además de la heterogeneidad y la calidad de las piezas, Roger apunta otras razones que se hallan entre la excelente acogida de esta última edición: “Existe una sensación postpandemia, la gente se siente más tranquila y los espacios teatrales han demostrado ser de los más seguros, inclusos los más íntimos. Tras lo vivido este fin de semana, se comprueba que tenemos ganas de volver a vivir puertas afuera, o en nuestro caso, puertas adentro, pero en otros interiores que no sean nuestra propia casa. Así mismo, gracias a un esfuerzo notable de un ayuntamiento que apuesta firmemente por la cultura, los espectadores han podido beneficiarse de una bajada radical del precio de las entradas. La conclusión es que la propuesta Polinyà Íntim se está consolidando y merece la pena seguir luchando por ella”.

Edición tras edición desde su puesta en marcha en 2017, el festival Polinyà Íntim se ha ido convirtiendo en un revulsivo social en el municipio de la Ribera Baja por su impulso para dinamizar el panorama cultural y poner en valor la riqueza patrimonial.

Sus organizadores aspiran a continuar con esta labor y atraer a espectadores y espectadoras atraídos por el teatro. “El objetivo es ser noticia y poner en valor nuestros pueblos, y no por sucesos catastróficos, sino porque la cultura ha demostrado que también nos mueve, y que el vivo y directo del teatro es una experiencia única que merece ser vivida”.