Hablamos con el actor Francesc Orella sobre la última película de la Trilogía del Baztán, obra basada en las novelas superventas de Dolores Redondo. Una trilogía que ha sido número 1 en Netflix. En las tres películas, interpreta al inspector Fermín Montes, compañero de la inspectora Amaia Salazar, en la resolución de los misteriosos crímenes que asolan el Baztán.
A.E.: Con la trilogía estrenada, quería preguntarte cómo ha sido tu experiencia en la trilogía. Ahora que puedes hacer balance, ¿esperabas el éxito que ha tenido entre el público?
F.O.: Eso nunca se sabe. En ninguna producción de teatro, televisión, cine, no sabes nunca qué va a ocurrir. Lo que sí sabes, en este caso, al haber el antecedente literario de las tres novelas que tuvieron un grandísimo éxito, es que siempre es un reto transformarlas en cine. Los lectores, la gente que ha leído la trilogía, la adoraban y estaban encantados. Las expectativas que uno se forma ante la película son de todo tipo. Normalmente suele pasar lo de "la película no es tan fiel a la novela" y cosas similares. Pero en el caso de la trilogía del Baztán la crítica ha sido bastante unánime, que son muy fieles. Hay algunos ligeros cambios, pero han sido muy fieles a las tres novelas. En cuanto a la producción de las películas, la factura artística de fotografía, de dirección, de casting... la verdad es que en general ha habido muy buenos comentarios. De la última entrega, "Ofrenda a la tormenta" lo que estoy recibiendo es que está gustando mucho.
A.E.: Creo que "Ofrenda a la tormenta" es como un broche de oro para las tres películas. Es un mismo director, que cierra un material con el que ha trabajado en una trilogía.
F.O.: Totalmente. Es un viaje, un largo viaje. "El Guardián Invisible" se rodó en 2016. "Legado en los huesos" y "Ofrenda a la tormenta" se rodaron a la vez, desde finales de 2018 hasta primeros del 2019. Al rodarse la segunda y la tercera a la vez, eso supone un rodaje de cinco meses y medio. Una maratón con un equipo muy numeroso, tanto artístico como técnico. Con todo lo que conlleva de complicación de agendas, de calendarios, de localizaciones... realmente fue un reto para todos. Sobre todo para la ayudante de dirección que tuvo que hacer el plan de rodaje para cinco meses y tanta gente. Con los actores, con sus múltiples compromisos... fue un reto mayúsculo de dirección, de producción, artístico. En "La Trilogía del Baztán" hay muchas localizaciones, hay efectos especiales de maquillaje, de caracterización. Hay mucha tela que cortar.
A.E.: Estaba pensando ahora en las novelas, porque está la trilogía, y además un cuarto libro, que funciona a modo de precuela, "La cara norte del corazón". Como has comentado se rodó primero "El Guardián Invisible" y luego "Legado en los huesos" y "Ofrenda a la tormenta" seguidas. ¿Desde el principio se pensó que serían tres películas? Que había material potente para una trilogía, porque en el cine español no es frecuente que haya trilogías.
F.O.: Creo que es la primera vez. De hecho, las tres novelas estaban ya escritas. Hubo el proyecto de rodar la primera, y en el horizonte de la productora, si iba mínimamente bien la primera, sabiendo el resultado abordar la segunda y la tercera. En el horizonte estaba poder hacer las tres. Siendo una trilogía literaria tan conocida, habría quedado muy cojo si solo se hubiera hecho la primera. Creo que la productora, por la propia estructura de rodaje, le convenía rodar la segunda y la tercera juntas, y tener a todo el equipo junto. Como una serie, que ruedas durante meses, y varios capítulos. Aquí son dos películas y las ruedas a la vez. En una jornada de trabajo, a veces tenías secuencia de "Legado en los huesos" y otra secuencia de "Ofrenda a la tormenta".
A.E.: Convivían una con otra en el rodaje...
F.O.: Sí, las localizaciones mandan. Tanto en cine como en series. La localización manda. Cuando hay secuencias en una comisaría, en una localización de un caserío... a nivel de producción tienes que rodar todas las secuencias que aparezcan en este sitio. Hay secuencias que pertenecen a un capítulo y otras a otro.
A.E.: Hablamos de una historia potente. Es un thriller, está lleno de giros. Un rodaje hecho en parajes naturales. Con mucho exterior también, que es un personaje más de la película. Tiene mucha fuerza. ¿Cómo ha sido rodar en el valle del Baztán? Con esos paisajes naturales. Cuanto más avanzan las películas más se hace palpable, ese frío que cala, esas tomas nocturnas, la lluvia. ¿Cómo ha sido ese rodaje?
F.O.: Es un ingrediente que forma parte de la historia. El lugar geográfico, la localización del Baztán es un personaje más, muy potente, porque influye mucho en el clima psicológico que se crea en la investigación de esos casos. El Baztán es alucinante, la localización geográfica, sus bosques, sus rincones, la lluvia, la oscuridad, con esos colores durante las noches y los atardeceres. Es un sitio muy mágico y muy poderoso. En directo ya te lo puedes imaginar, tiene mucha fuerza. Fernando González Molina tenía muy claro que tenía que reflejar todo eso muy bien. Tenía que reflejar la realidad del sitio, y también influye en el ritmo, en el tempo de la película, en la tensión psicológica que va creando todo el caso y el lugar donde se produce. Era muy importante reflejar esto. Fernando es navarro y conoce muy bien el sitio. Tuvo especial empeño en que tuviera mucha fuerza a nivel de fotografía y de dirección artística. Que tuviera mucha presencia. Y creo que la tiene.
El rodaje, al haber tantas sesiones de noche, con lluvia... son rodajes intensos, cansados, estás pisando barro, hojas, ramas... las secuencias de exterior bosque noche, o monte, son especialmente duras. Estás rodando todas las horas de noche, sin luz, y con la lluvia. En el lugar suele llover mucho, y cuando no llovía teníamos que poner la lluvia artificial. Todo esto lo hace apasionante. Estar allí y poder contar toda esa historia fue todo un reto para todo el equipo.
A.E.: Hay como una especie de efecto llamada del público. En Instagram hay fotos de personas que se desplazan allí para ver el valle del Baztán, a las localizaciones.
F.O.: Está sucediendo desde hace algún tiempo. Cuando "El Guardián Invisible" se estrenó, Elizondo, que es la capital del Baztán, donde vive Amaia Salazar y donde ocurren los hechos, hay visitas turísticas, nacional e internacional. Tenemos un amigo Juan que es el encargado, el guía turístico, donde se recorren los lugares que Dolores Redondo recreó en sus novelas y aparecen en las películas. Es un lugar muy interesante para visitar. El Baztán es un lugar recomendable para cualquiera, y especialmente ahora con el aliciente de que ocurren las historias de esa trilogía.
A.E.: Si hablamos de tu personaje, del inspector Montes, empieza siendo como más rotundo, en las primeras imágenes de "El Guardián Invisible", como más arisco hacia Amaia, pero a medida que avanza el relato se va haciendo más piña, le reconoce más su labor. Viendo la evolución de tu personaje en las tres películas ¿cómo lo definirías?
F.O.: Es lo que has dicho tú, el arco emocional, el arco del personaje empieza con un poli de la vieja escuela, de la policía foral de Navarra, con sus esquemas mentales, y con sus problemas personales, algo que queda quizá más patente en el libro. Tiene determinados problemas a nivel personal, el que se puede hacer mayor le fastidia, y le fastidia que lleve el caso una policía joven, que ha trabajado en el FBI de Estados Unidos, y esa diferencia de generación, de modus operandi, de maneras de trabajar...es en la situación en la que los vemos en "El Guardián Invisible". La evolución en esta relación es que Fermín Montes tendrá su carácter y sus maneras de trabajar y de funcionar como policía, está muy implicado en su profesión y en su trabajo, en concreto en esta investigación. Es un hombre que no muestra abiertamente sus sentimientos, pero los tiene y sufre. Va empatizando con Amaia a medida que avanzan los casos porque está desbordado, y también alucinado por la dimensión que está tomando. Siempre hay ese punto irónico o sarcástico en los comentarios. Tiene ese humor frente a lo que se están enfrentando, intenta sacarlo, aunque le cabrea que ese tipo de leyendas del Baztán estén sucediendo. Él no cree en eso. Ve que tienen mucho poder y que la realidad de los casos va por ahí. No tiene más remedio que enfrentarse a un enemigo o enemigos desconocidos. En ese sentido, es un policía efectivo, que hace su trabajo. Que lo quiere hacer bien. En su relación con Amaia, al principio tiene esa distancia y esa crítica, pero progresivamente va entendiéndola y va queriéndola también como su superiora, está al cargo del caso. La va apreciando y va apreciando su trabajo, está valorando el coraje y la valentía que le está poniendo Amaia a la investigación. Va descubriendo a una persona que tiene esa vocación también. Como policía, y luego también con la implicación que tienen para la propia familia de Amaia también. Todo ese mundo de Amaia no solo como policía, sino cómo su familia está implicada en esos casos tan lúgubres, coge mucho peso, no solo a nivel humano sino también personal, tanto de ella como también de sus compañeros. La evolución en esa relación me pareció bonita y también interesante. Me gustó mucho meterme en ese viaje. Estas tres historias son todo un viaje, espero que para los espectadores también.
A.E.: Quería preguntarte por el fenómeno del streaming, y por las plataformas digitales que estaban en pleno crecimiento, pero ya en el confinamiento han crecido mucho más. En A Escena Valencia, cuando hablaba de la trilogía lo comentaba, y aprovecho para preguntártelo. La última película no se estrenó en cines y fue directamente a Netflix. Esto a mucha gente le cogió por sorpresa. ¿Crees que el estreno en Netflix hará crecer el fenómeno de la trilogía?
F.O.: La existencia de las plataformas digitales, y el streaming que tiene esa dimensión tan global, ayuda a lanzar las producciones audiovisuales, y esa trilogía no es ninguna excepción. Es cierto que estas tres películas queríamos verlas en pantalla grande, por sus imágenes y el poder de la historia. Pero es verdad que la gente tiene en casa televisores cada vez más grandes y unas pantallas estupendas, y seguro que han podido disfrutar de mucha calidad audiovisual y de sonido. Y en Netflix están las tres. "Ofrenda a la tormenta" ha tenido una resonancia a nivel mundial, y la difusión ayuda mucho, junto con la promoción. La dimensión de nuestro trabajo cambia muchísimo, al saber que son muchos millones de personas las que pueden verlo.
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