El Teatro Olympia de Valencia pone en cartel hasta el próximo 13 de julio, 'La mujer de negro', uno de los montajes más exitosos de la escena internacional. Emilio Gutiérrez Caba vuelve a reencontrarse por tercera vez con una de las obras que más le han marcado en su carrera, esta vez no sólo como actor, sino también como director. Compartiendo escenario con el veterano actor encontramos a Iván Massagué, un joven actor que realiza un magnífico trabajo. Junto a ellos, el relato se impregna de luces, atmósferas, la complicidad del público con momentos en los que se rompe la cuarta pared, un regusto al teatro radiofónico en la narración, y la presencia de la mujer de negro que dispara la imaginación del espectador.


"A Escena Valencia" ha tenido el placer de hablar con Emilio Gutiérrez Caba, lo que siempre es  especial. Su trayectoria y su buen hacer hablan por sí solos. Es el padrino de nuestro programa, con la primera entrevista que hicimos para "A Escena" cuando estrenó "La Muerte y la Doncella" en el Teatro Talia. Volvimos a hablar con él en el estreno de la espléndida "Poder Absoluto", y como él nos dijo después de la entrevista de "La Mujer de Negro": "no hay 3 sin 4". Esperamos repetir y hablar con él en su próximo proyecto.





Gutiérrez Caba ha asegurado que los espectadores que acudan a la representación van a "sorprenderse", puesto que es un espectáculo que atrapa y mantiene alerta en todo momento al público, más que con sustos, provocando su "desasosiego". Además, el actor y director ha destacado que la producción actual suma "nuevas facetas, una magnífica interpretación del joven valor Iván Massagué y unos efectos técnicos, de sonido y luces, mejorados". El prestigioso intérprete ha reconocido que siente "un especial cariño" por esta pieza: "Es como volver a hacer un viaje por una obra conocida, supongo que es parecido a lo que les pasa a los cantantes de ópera con su repertorio. Para mí, además, es una oportunidad de reencontrarme con personas e imágenes de los años 1998 y 2006" y salir de "ese mundo solitario en el que a veces estamos en nuestras vidas particulares". El actor y director justifica el mayor éxito de la adaptación teatral --realizada por Stephen Mallatratt sobre la novela de Susan Hill-- a la cinematográfica a que "en el cine sabes que lo que estás viendo está en la pantalla y difícilmente puede salir; sin embargo, en la obra de teatro hay una vulnerabilidad del público, que siente que puede ser afectado y eso va creando una sensación de desasosiego que en esta obra es fundamental".