Sala Russafa acoge la tercera
edición de su Festival de Talleres de Teatro Clásico del 12 de junio al 6 de
julio, una propuesta que se consolida y evoluciona hacia una mayor
especialización. Según su director, Chema Cardeña, dedicar íntegramente cuatro
semanas la programación a estos talleres es una apuesta aventurada, “pero difundir
el teatro de corte clásico es uno de los motivos por los que creamos Sala
Russafa, junto a la voluntad de apoyar a las nuevas generaciones de la escena
valenciana, tanto en la formación como en la exhibición”, explica Cardeña. Ambos
motivos confluyen en este III Festival de Talleres de Teatro Clásico que, junto
a una compañía invitada, mostrará el
trabajo de los cursos interpretación para profesionales y aficionados a las
artes escénicas que Cardeña imparte en el centro cultural.
Una formación en la que, durante 5 meses, se trabaja otros aspectos
además de la actuación, permitiendo a los estudiantes desde escribir o
reescribir textos para los personajes que interpretan a diseñar el vestuario,
cartel o escenografía de las piezas. “El trabajo es muy distinto al que se
realiza para un montaje teatral al uso, aquí hay mucho más tiempo y los actores
tienen una implicación mayor en el resultado final”, explica Cardeña. Esto hace
que las obras sean arriesgadas y rupturistas
con el concepto más conservador de representación, llevando al escenario la
investigación que en muchas ocasiones precede a la creación de un
espectáculo.
El cartel de esta tercera edición del Festival de Talleres de Teatro
Clásico de Sala Russafa incluye cuatro montajes. El primero es Don
Juan de tod@s (12-15 de junio), pieza en la que conviven todos los “Don Juanes” que crearon Molière,
Zorrilla, Lord Byron o Tirso de Molina. Los alumnos del taller de
interpretación para no profesionales de Sala Russafa se estrenan con este
montaje que reúne textos de dichos autores clásicos y algunos del propio
Cardeña acerca de este mito, presentando
al famoso conquistador desde distintos ángulos para demostrar que cada uno somos únicos, pero siempre distintos, dependiendo
del ojo de quien nos mira.
El resto de la programación son versiones y adaptaciones de piezas de
William Shakespeare, coincidiendo con la celebración del 450 aniversario del
nacimiento del autor inglés. Un ejemplo es Romeo x Julieta (19-22 de junio),
una versión del clásico ambientada en el
Flower Power de los años 70, en una comuna hippie que prepara,
precisamente, la representación de
los amores prohibidos entre los Capuleto y Montesco. Los alumnos del taller de
interpretación para profesionales de Sala Russafa llevan a las tablas un
montaje novedoso, apoyado en la música de la época, que va mostrando paralelismos
entre lo que ocurre en la comuna y lo que viven los personajes de la pieza más
popular del dramaturgo inglés.
La tercera propuesta del Festival de Talleres de Teatro Clásico es El
moro de Venecia (Otelo) (26-29 de junio). Cuando se cumplen más de
400 años desde su primera representación, Sala Russafa acoge un nuevo acercamiento a esta pieza en la que tiene especial relevancia la
expresión corporal y la danza. Los integrantes del curso de interpretación
para profesionales de Sala Russafa parten de la simbología animal para recrear
un mundo en el que dominan los instintos y emociones más primitivas.
El cierre de la temporada de Sala Russafa y del Festival de Talleres de Teatro Clásico llega de la mano de la compañía
de Teatro de Sombras AVoramar. Mariola
Ponce y Vicent Ortolá (Teatres de la Llum) dirigen a un grupo de discapacitados físicos e intelectuales que
encuentran en las artes escénicas una herramienta para integrarse,
expresando inquietudes y aptitudes a través de su experiencia de la
interpretación. Por tercer año consecutivo visitan el Festival, en esta ocasión
con Enfadados
con Shakespeare (6 de julio), un montaje original en el que todos los miembros de la compañía aportan su
particular visión de las emociones encontradas que tan bien supo retratar
el autor inglés a través de sus personajes.
Sala Russafa pone a disposición
del público un abono por 18€ para disfrutar de las cuatro propuestas de este
Festival en el que Cardeña
espera alcanzar el éxito alcanzado en anteriores ediciones, con llenos
prácticamente diarios. “Los espectadores tienen la oportunidad de descubrir
nuevos talentos y de acercarse a piezas y personajes clásicos desde puntos de
vista muy distintos a lo habitual” explica su director, “mientras que a los actores,
les damos lo fundamental: la opción de que les vean haciendo su trabajo”.
A Cardeña le enorgullece que de los talleres de Sala Russafa hayan
salido intérpretes que se han incorporado a compañías consolidadas, como Arden,
o que han creado las suyas propias e intentan hacerse un hueco en la
irreductible escena Valenciana. “Es increíble que, tal como está el panorama, cada vez tengamos más alumnos, más
gente con vocación teatral”, comenta este director, actor y dramaturgo, quien
ve en las nuevas generaciones la garantía de un futuro para las artes escénicas
valencianas.
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