Este fin de semana, los días 27 y 28 de mayo, en Artea Espai no te pierdas 'Cataclown', un espectáculo ganador del 3er Premio al Mejor Espectáculo en el XXXI Concurso de Teatro Vila de Mislata. Galaad Torró y Carles Sanchis protagonizan un espectáculo dirigido por Jesús Jara.

Hablamos con el actor Carles Sanchis sobre la vuelta del espectáculo que tiene un recorrido de 10 años.

A.E.: ¿Cómo está siendo la vuelta del espectáculo este fin de semana tras todos estos años?

C.S.: Lo distinto de estos bolos que vamos a hacer es que van a ser los últimos bolos de la historia de este espectáculo, que estrenamos si no recuerdo mal en 2013, y que llevamos 10 años haciendo. Por cuestiones de programación y de tiempo; Galaad vive en Murcia, yo vivo aquí, anteriormente vivía en Barcelona... No teníamos tiempo de volver a seguir ensayando y promocionando la compañía. Cada vez tuvimos menos bolos. Hablamos un poco de cómo afrontar el final de una era, el final de la compañía. Y pensamos que nos gustaría despedir el espectáculo como tiene que ser: en escena, con público, y pasárnoslo bien. Aprovechando que cumplíamos 10 años este mismo año, dijimos de hacer un último "last dance". 

A.E.: Son 10 años. ¿Cómo ha sido el recorrido del espectáculo desde que lo estrenasteis hasta ahora? Además, retomar el espectáculo después de todo este tiempo hace un poso.

C.S.: El espectáculo ha ido cambiando mucho. Al principio era una cosa que hacía Galaad él solo. Lo hacía con el que era su jefe, en una empresa de espectáculos en la que trabajaba. Digamos que mutó en lo que ahora es 'Cataclown'. Me llamó y lo hicimos entre los dos. Hicimos números nuevos, le dimos una historia para enlazar todos los números y acabó siendo lo que es ahora 'Cataclown'. A lo largo de los años, ha ido cambiando mucho, porque había una polémica con Canal 9 y metimos un micro de Canal 9. De repente, había una polémica con el IVA Cultural, y nosotros lo metíamos en el espectáculo. Poco a poco, jugábamos más con el público, íbamos metiendo un número, sacando otro. Dependiendo de lo que funcionaba más o menos, y de lo que funcionaba en la sociedad. Aunque es un espectáculo de clown y de números muy típicos, del clown de toda la vida, queríamos que estuviera en el presente, en lo que estuviera pasando en la sociedad, y que tuviera algo de crítica social por debajo. Al final, ha ido cambiando mucho, pero siempre con una base, la historia que se cuenta ahí, que es muy simple pero muy bonita. Es una cosa del clown, lo pequeño se puede hacer muy grande. Son cosas pequeñitas que van pasando, van creciendo y al final forman una historia.

A.E. Viendo la sinopsis, es divertido hablar de lo que puede pasar en una obra en directo. El escenario no está listo, la obra tiene que empezar, y los técnicos tienen que apagar fuegos.

C.S.: La idea que se ha mantenido durante estos 10 años es que ha habido una fiesta electoral el día de antes. La gente entra y ve el escenario sucio, hay latas de cerveza, de Coca Cola, papeles por ahí tirados, por todo el escenario. Ha habido una fiesta electoral y se cuenta un audio, los técnicos tienen que limpiar esto. Empieza por ahí, pero los dos técnicos tienen que preparar todo el escenario con los dos clowns que actúan. La propia preparación se convierte en el espectáculo, pero sin decir que eso es el espectáculo. Y hasta ahí puedo leer....

A.E.: Hablamos del clown, y también puede sugerir al público que jugáis con la improvisación, que hay un componente de lenguaje físico. Incluso jugar con el público y hacerle pensar que lo que está pasando sucede en ese momento.

C.S.: Claro, es verdad que está todo marcado. Jugamos con el público, sacamos gente en algunos números, ahí sí que hay improvisación y comunicación con el público todo el rato. Nos cargamos la cuarta pared, estamos jugando juntos en escena, aunque el público esté en el patio de butacas y nosotros en el escenario. Siempre hay un juego mínimo de improvisación, y hay una comunicación directa entre lo que está pasando en escena. Un día la gente puede reaccionar de una manera y al día siguiente de otra. El clown debe utilizar eso y vivirlo en ese mismo momento, según como esté reaccionando el público. En concordancia a lo que esté pasando en ese momento. Siempre hay un mínimo de improvisación, este número debe acabar así o tiene que ir así, pero lo bonito es que hay un grado de improvisación, inherente al propio lenguaje.

A.E.: ¿Cómo fue el trabajo de dirección con Jesús Jara?

C.S.: Estuvo muy bien. Es algo que creamos Galaad y yo, desde nuestra absoluta ignorancia (risas) él sí que había hecho clown, pero yo no. Nos lanzamos a ello sin saber lo difícil que era. Nos quedó algo chulo. Es verdad que hubo un momento en el que dijimos que necesitábamos que hubiera una evolución, dar un paso adelante, que esto evolucione, trabajar más la técnica. Había hecho un curso con Jesús en su Escuela de Payasos de Augusto, y pensamos que quién mejor, además es un tío genial y se trabaja muy bien con él. Para que desde fuera, nos dijera qué podemos cambiar, mejorar, retocar... estuvimos un mes con él en una residencia en la antigua Sala Zircó. Estuvo dándole una vuelta al espectáculo, y para mi fue mi primera experiencia con un clown real, que era él. Fue muy bien, nos trató muy bien y aprendimos mucho.

Muchas gracias a Carles Sanchis por esta entrevista para A Escena Valencia.