Sala Russafa acoge esta semana el estreno de la versión en castellano de El abrazo de los gusanos, el segundo espectáculo de la formación Cactus Teatre, por el que ha recibido cuatro candidaturas en la carrera a los Premios Max: Mejor Espectáculo, Mejor Autoría, Mejor Diseño de Luces y Mejor Actriz. “Es un espaldarazo tremendo para una compañía tan joven porque estamos preseleccionados en categorías muy importantes”, comenta Paula Llorens, quien ha visto reconocida su labor como autora e intérprete de uno de los personajes de la obra.

Todavía se sorprende de la excelente acogida que está teniendo esta pieza que escribió en 2019, gracias a una beca del INAEM. “Nadie hablaba entonces de la salud mental, pero yo pensaba que era un tema que teníamos que naturalizar. Se creía que dar una noticia sobre un suicidio podía incrementar los casos y yo estoy convencida de que es justo lo contrario, de que la gente que está sufriendo se siente menos sola si se habla de estas cosas y tiene más posibilidades de salir adelante”, sostiene la dramaturga y actriz.

Así nació esta comedia en la que dos personajes totalmente opuestos se ven obligados a compartir una habitación de hospital tras haber intentado quitarse la vida. Lo que parece una situación abocada al fracaso, les permitirá redescubrirse, encontrar nuevos apoyos, sentirse acompañados en su proceso de metamorfosis, de tránsito a un nuevo renacer.

“Quería dar un mensaje optimista y, sobre todo, utilizar el humor para que la temática, que podría parecer dura, entrara de manera mucho más suave en los espectadores”, confiesa Llorens, quien ha creado dos protagonistas cotidianos, que podrían ser cualquiera de quienes se sientan en el patio de butacas. “Existe el prejuicio de creer que un suicida es un loco, pero no tiene por qué ser así. Ese pensamiento puede llegar a personas que han estado muy tristes, que han perdido la confianza en el mundo o en la vida. Y quién no se ha visto alguna vez así, quién no puede empatizar con esa falta de esperanza que, en algún momento, hemos vivido todos, sobre todo en los últimos tiempos”, comenta la autora, para quien la pandemia ha supuesto un cambio a la hora de afrontar la salud mental y normalizar la conversación sobre estados de ánimo como la depresión o la ansiedad.

Precisamente, fue durante el confinamiento cuando decidió poner en pie el texto. Cactus Teatre había surgido para poder llevar a escena Historia de una maestra, nominada a la Mejor Adaptación en los Premios IVC 2020. No estaba pensada para ir más allá, pero les había ido tan bien con esa primera pieza que Llorens se dijo que había que intentarlo. “No podía dejar en un cajón El abrazo de los gusanos porque, si esperaba a que alguien lo produjera, a lo mejor nunca la llegaba a ver nadie”, explica la dramaturga y actriz.

En 2020 se estrenó la versión en valenciano del espectáculo, que obtuvo el Premi de la Mostra d’Alcoi 2021 al Millor Espectacle d’Adults, un galardón que otorgan los programadores que acuden a esta feria de artes escénicas. “En la primera función íbamos con miedo porque no sabíamos cómo iba a reaccionar el público y más cuando actúas para unos espectadores que son profesionales del sector, que están allí para seleccionar obras que puedan encajar en sus programaciones. Y empezamos a oír muchas risas, parecía que se lo estaban pasando muy bien, pero lo mejor vino al acabar: se pusieron en pie a aplaudir. Aquello nos dio un impulso tremendo, nos hizo darnos cuenta de que el espectáculo funcionaba. Y en seguida empezaron a llamarnos para hacer actuaciones. Hemos tenido casi 50 bolos en un año, es algo muy poco habitual en estos tiempos y para una compañía joven, como la nuestra. Pero el mayor reto es salir de la Comunitat”, comenta Llorens. Por el momento, han tenido la oportunidad de mostrar este trabajo en Catalunya y en breve en Baleares. Un alcance que esperan ampliar con la versión en castellano del espectáculo que estrenan del 31 de marzo al 3 abril en Sala Russafa, dentro de su XI ‘Cicle de Companyies Valencianes’. Una oportunidad para ver este espectáculo que solo estuvo en la capital valenciana durante dos días en el TEM, en diciembre de 2021. 

SITUACIONES DISPARATADAS Y UNA AMISTAD POCO CORRIENTE EN UNA COMEDIA A LA QUE DAN VIDA PAULA LLORENS Y SERGIO CABALLERO

Mientras Llorens escribía El abrazo de los gusanos, se descubría imaginando a Sergio Caballero encarnando al personaje masculino, un actor que la dejó maravillada cuando en 2002, siendo todavía una adolescente, había visto su interpretación en la Sala Moratín. Años más tarde, tuvo la oportunidad de participar como actriz en dos de los montajes que él dirigía y su admiración encontró nuevas justificaciones por su implicación en el trabajo con los intérpretes y su sensibilidad a la hora de crear la puesta en escena. Así que, finalmente, reunió el valor para enviarle el libreto, confesándole que había fantaseado con que él lo interpretara.

Y una cosa fue llevando a la otra. Primero fue la entusiasta acogida del texto por parte de Caballero, después que ambos encontraron tiempo durante el confinamiento para decidirse a llevarlo a escena y, finalmente, que él se atrevió a compaginar la dirección con la interpretación de uno de los dos personajes que sostienen el espectáculo. “Ha sido muy bonito porque, para los dos, esta obra es como nuestro hijo. Yo la escribí e interpreto. El también actúa y dirige. Estamos muy comprometidos con esta historia y con el montaje”, señala la dramaturga, una comedia donde se van dando situaciones inesperadas, disparatadas, que van haciendo avanzar la trama y que se tejan lazos afectivos entre Clara y Miguel, los dos protagonistas, como también han surgido entre Llorens y Caballero en el que ya supone su tercer trabajo en común.

Para la autora y actriz, la escena valenciana está plagada de talento, aunque no siempre es reconocido. “Te duele ver cómo actores, escritores o directores con una calidad increíble tienen dificultades para trabajar o para que se vean sus trabajos” comenta Llorens, quien durante un tiempo amplió su formación como dramaturga en Madrid. “Dudaba de si volver a València, pero tuve mucha suerte y empezaron a surgir cosas aquí que me hicieron tenerlo claro. Yo quiero trabajar en mi tierra, en mi lengua, donde están mis compañeros, mis amigos, mi familia”, apuesta este joven valor del teatro valenciano, que ha visto refrendado su potencial con reconocimientos como el galardón a la Mejor Adaptación en los Premios IVC 2019 por Tirant y que quizá, con las candidaturas obtenidas en la preselección de los Premios Max, pase a las nominaciones para representar a una nueva generación que llena de futuro las artes escénicas valencianas.