Rambleta arranca la celebración de su décimo aniversario este fin de semana con ‘Antígona’, símbolo de lucha y determinación, en una versión contemporánea de la tragedia clásica universal de Sófocles.

‘Antígona’ será el pistoletazo de salida de un aniversario de dos lustros, que contará en el mes de marzo con ‘Futuro imperfecto’, las jornadas de pensamiento de Rambleta y Jot Down, bajo el epígrafe ‘Nuevos medios. Nuevos retos’, donde Álvaro Corazón Rural entrevistará a Pere Rusiñol, fundador de Alternativas económicas. Posteriormente se reflexionará sobre el panorama actual y futuro de los medios y su relación con el poder en una mesa redonda titulada ‘Poder y medios de comunicación’.

En el mes de septiembre llegará el plato fuerte con una celebración multidisciplinar muy especial, donde el barrio, la cultura y el tejido artístico valenciano serán los protagonistas.

Coproducida por El Desván Producciones, el Festival Internacional de Teatro de Mérida y el Teatro Español, ‘Antígona’ coloca la conversación en torno a la democracia, la justicia, las formas de gobernar, la libertad, la desobediencia civil, los derechos civiles, la rebeldía y la complejidad. Una reescritura contemporánea del autor y director mexicano David Gaitán, con un castellano moderno y cercano para el público que logra que el mito griego, muchos siglos después, nos siga resultando estimulante y de rabiosa actualidad.

Protagonizada por Irene Arcos y Fernando Cayo, como Antígona y Creonte, respectivamente. El reparto lo completan Clara Sanchis, Isabel Moreno, Antonio Sansano y Domingo Cruz. Una experiencia que habla directamente al espectador, sobre sí mismo, sobre su entorno, sobre la capacidad o imposibilidad de entender el mundo de manera compleja… de la que podremos disfrutar en Rambleta durante los días 26 y 27 de febrero con dos funciones únicas.

Una ciudadana de Tebas -representada por Clara Sanchís- tiene la oportunidad de hablarle pública y directamente a Creonte, inteligente y vanidoso, por lo que ella busca la provocación exacta, esa que cimbre tanto el ego como el discurso. Su objetivo, un debate público sobre la sentencia de muerte que recientemente impuso a Antígona por dar sepultura a su hermano. Para la ciudadana de Tebas que goza del beneficio de la tribuna, la acción de Antígona es un acto de desobediencia civil pacífica y amerita, por lo menos, una conversación amplia.

La obra de teatro termina por ser un debate político salvaje, que pone en crisis el perfil tiránico de Creonte y la incuestionable civilidad de Antígona que el mito original habitualmente plantea.